Las patronales catalanas fracasan en su intento de ofrecer un mensaje unitario
El peligro de que se instrumentalice el acto del 14 de febrero podrÃa llevar a Foment a anular el acto
Sólo un acto de carácter empresarial, con el lema Anem per feina, sólo una muestra de que las patronales quieren que se pongan en marcha políticas que reactiven la economía. Esa era la intención del presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, que convocó para el 14 de febrero un acto en la Fira de Barcelona con el objeto de liderar la agenda política y económica catalanas. La mayoría de las patronales le secundaron, pero, a medida que pasan las semanas, las divisiones se han acrecentado, porque el proyecto soberanista de Artur Mas lo ha contaminado todo.
El primero en mostrar sus dudas fue el presidente de Pimec, Josep González, quien dejó claro que no participaría si el encuentro derivaba en un acto político. Tras una entrevista con el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, la pasada semana, González precisaba que el acto tendría “una significación empresarial”. Pero la dinámica de la política catalana ha obligado al mundo empresarial a tomar partido.
El mensaje del Cercle Català de Negocis
El Cercle Català de Negocis, y pequeños y medianos empresarios, muy activos en las redes sociales, y que han buscado en los últimos meses el cuerpo a cuerpo con las patronales –que son las que tienen reconocida la representatividad empresarial—han hecho mella en las sedes de Foment, Pimec o Cecot. El argumento que defienden es que el acto del 14 de febrero no puede convertirse en una especie de proclama que trate de frenar el proyecto independentista.
Y creen que, en estos momentos, no se puede separar nada de la política. Para justificar sus planteamientos, recuerdan que Cecot y Pimec realizaron encuestas entre sus afiliados sobre el proceso soberanista, con porcentajes importantes favorables a la independencia de Catalunya. Ese es el mensaje central que difunde el secretario del CCN, Joan Canadell.
El discurso de Piqué
Tampoco ha visto bien la operación, desde el primer momento, el Cercle d’Economia, un lobby económico que agrupa a personalidades muy distintas. Su presidente, Josep Piqué, junto con Gay de Montellà, estaba dispuesto, sin embargo, a asistir al acto y expresar su propia visión de la situación. Y esa visión es conocida. Piqué se ha mostrado muy contrariado por la deriva soberanista del president Mas, y entiende que se debería hacer un esfuerzo de aproximación entre el gobierno catalán y el gobierno central para acordar un pacto fiscal, que es el gran objeto de deseo de las patronales catalanas, o, como mínimo, de Foment del Treball.
Las divisiones también se han producido en el seno de la Cambra de Comerç. Su presidente, Miquel Valls, también deseaba que ese encuentro ofreciera un mensaje centrado en los intereses empresariales, pero no ha surgido un único discurso. Y Cecot, presidida por Antoni Abad, advertía de que no se podía magnificar un acto pensado para ofrecer salidas a la maltrecha situación de la economía catalana.
Polarización social y empresarial
Pero todas esas organizaciones empresariales son ahora muy plurales. Y la conclusión podría ser que es mejor anular el acto, para evitar un choque de trenes. Si se produce, sería la segunda vez, porque Foment ya lo intentó en octubre. Entonces se argumentó que se aplazaba la concentración por la proximidad de las elecciones del 25N.
Ahora ya podría quedar claro que los empresarios, como el conjunto de la sociedad catalana, han entrado en una situación de polarización política, a raíz del movimiento soberanista. Otro factor, sin embargo, es que en las últimas semanas la agenda política catalana se ha desplazado hacia otra gran preocupación: la corrupción y los problemas de CiU, que podría afrontar en breve la imputación del secretario general de CDC, Oriol Pujol, por el caso ITV. Y los empresarios prefieren concentrarse en los problemas de sus propias empresas. Foment, impulsora del evento, deberá reaccionar en los próximos días.