Las firmas sólo pagarán a las víctimas de Bangladesh una quinta parte de lo comprometido
El Corte Inglés, Mango e Inditex colaboran en el fondo de compensación al que se sumaron otras 124 empresas
Este viernes se cumplía un año de la tragedia de Bangladesh. Hace 365 días, el derrumbe del complejo textil Rana Plaza se saldó con la vida de más de 1.100 personas. Los supervivientes clamaban esta semana contra las multinacionales que habían contratado sus servicios como mano de obra. Les pagaban unos 28 euros mensuales y todavía siguen pendientes de cobrar la indemnización prometida.
La aportación se repartirá en las próximas semanas por la intervención de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero la suma será mucho menor a la anunciada a bombo y platillo. De los 40 millones de dólares que se comprometieron a desembolsar firmas como Gap, H&M o Mango, la cifra se ha reducido a los 15 millones. Es decir, una quinta parte.
Isidor Boix, coordinador de industrial global unión ha seguido muy de cerca la precariedad laboral vivida en Bangladesh y las consecuencias del derrumbamiento. Es reticente respecto a que las firmas cumplan con la promesa de aportar 40 millones y reconoce que el balance, un año después, es negativo. Principalmente, por la falta de responsabilidad social tanto de las empresas como del propio Gobierno. Pero asegura que la desgracia vivida en Rana Plaza ha cambiado, ligeramente, las reglas del juego.
Acuerdo fallido en 2005
La creación del fondo de compensación se puso en marcha tras el accidente. Aunque en 2005 ya planeaba la idea. Las multinacionales con presencia en el país querían negociar con el Gobierno un protocolo de actuación en caso de incidente. Estaban dispuestas a asumir el 50% de las aportaciones si el ejecutivo aportaba la otra mitad. Finalmente, no llegaron a ningún acuerdo.
Tras el accidente en Rana Plaza, las firmas pactaron no desvelar la cuantía que iba a aportar al fondo de compensación. Las empresas españolas como El Corte Inglés o la textil Mango aceptaron participar después de verse salpicadas por el escándalo laboral. Sobre todo la compañía que preside Isidoro Álvarez ya que, según matiza Boix, tenía un pedido real mientras que la empresa catalana había solicitado unas muestras. Incluso Inditex, que llevaba dos años fuera del país, se agregó a la iniciativa. Pese a todo, no han conseguido reunir ni la mitad de lo previsto.
Fondos para la seguridad
Al fondo de compensación se sumó un acuerdo para la supervisión de la seguridad en los edificios. En este caso participan 150 firmas que, según explican Boix, se comprometieron a desembolsar medio millón de dólares anuales para crear equipos de inspección y formación.
En el país del sureste asiático existen cerca de 6.000 fábricas, de las cuales, entre 1.800 y 2.000 centran su actividad en la industria textil. Casi la mitad de los trabajadores del sector se concentran en estas plantas de deficientes condiciones laborales y bajos sueldos. Pero, como en muchas ocasiones, hacia falta una tragedia de estas dimensiones para sacar a la luz estas condiciones. Boix asegura que hace un año, en tan sólo 60 fábricas había presencia sindical. Hoy son 140.