Mango se desentiende de las víctimas de Bangladesh
La textil catalana se compromete a mejorar la seguridad de las fábricas pero se niega a compensarlas económicamente
Mango vuelve a estar en el centro de la polémica. Hace unas semanas desató las críticas en las redes sociales por equiparar la 40 con una talla grande. Ahora, su supuesto pasotismo con las víctimas del derrumbe en Bangladesh ha vuelto a indignar a consumidores e internautas.
En diciembre, cuatro empresas –entre las que se encuentra El Corte Inglés— acordaron crear un fondo de compensación para los damnificados por el derrumbe de la fábrica en la que perdieron la vida más de 1.000 trabajadores y otros 2.400 resultaron heridos. La aportación ronda los 29 millones de euros. Pero Mango ha decidido quedarse fuera de la iniciativa.
Versión empresarial y laboral
La compañía dirigida por Isak Andic defiende que el proveedor Phantom todavía no trabajaba para la textil catalana. Este medio se ha puesto en contacto con Mango y la única respuesta que ha obtenido es el mismo comunicado que envió tras el fatídico accidente. Entonces, mostró su pésame a los familiares de las víctimas y puntualizó que la auditoría social que realiza con todos sus proveedores todavía no se había efectuado en la planta afectada. Por ello, justifica que, todavía, no había un vínculo comercial con los responsables.
Pero lo cierto es que ya tenía previsto un pedido de 25.000 prendas que todavía no se había efectuado. O es lo que asegura Mango. Por el contrario, algunos testimonios de supervisores y trabajadores Phantom Tac, en el suburbio industrial de Dhaka Savar, contradicen la versión oficial.
Eco internacional
Los empleados aseguran que algunas muestras ya se habían empezado a producir en el momento del derrumbe. Las declaraciones las recoge el periódico The New York Times, que en la portada de su sección internacional destaca el abandono de Mango hacia las víctimas. La publicación ha reavivado la polémica en las redes sociales.
Fuentes de la textil reiteran su compromiso con los afectados a través del acuerdo que firmó a finales de año (Fire and Building Safety en Bangladesh) con el que se compromete a actualizar las medidas de seguridad en las fábricas del país. Pero de compensación económica, nada.
Representación sindical
La responsabilidad social de Mango también se ha puesto en entredicho en España. La federación de comercio de Comisiones Obreras (CCOO) asegura que la textil no facilita la representación sindical en sus puestos de trabajo.
La multinacional, con sede en Palau-solità i Plegamans (Barcelona), asegura que tiene mecanismos de comunicación directa con los empleados en plantilla. Además, realiza una reunión anual denominada Si yo fuera presidente en la que, según Mango, se abordan las sugerencias de los trabajadores.