La plantilla de Seat planea una bronca con el jefe de VW
Los trabajadores de la fábrica de Martorell exigirán explicaciones Herbert Diess por las dudas que les genera el futuro a medio plazo de la instalación
Hoy todo es de color de rosa en Seat Martorell. La fábrica cerrará el ejercicio 2018 con 480.000 vehículos puestos al mercado y sólo la falta de motores procedentes de Volkswagen aguará los últimos meses del año. Pero el futuro a medio plazo no es tan claro para los trabajadores, pues ven como el mercado se orienta hacia el segmento SUV, un camino opuesto al que parece haber tomado la fábrica catalana.
Fuentes del comité de empresa explican a Economía Digital que en el próximo comité europeo, previsto entre el 4 y el 7 de diciembre, elevarán sus quejas a Herbert Diess, presidente de Volkswagen AG –el grupo que engloba a Seat, Volkswagen, Audi y Skoda— desde el pasado mes de abril.
La gota que colmó el vaso fue la decisión de mantener el Seat Ateca en Europa del este una vez se deje de fabricar en la planta checa de Kvasiny en 2023. Acoger la nueva generación del SUV era una de las grandes reivindicaciones de la plantilla de la instalación catalana, a pesar de la escasez de espacio libre en la instalación.
Más allá de la negativa, las mismas voces lamentan que se enteraron de la noticia por la rueda de prensa celebrada en Wolfsburgo. «No es la manera para notificar a unos trabajadores que no van a tener el modelo», criticaron.
La tendencia del mercado choca con la de Seat Martorell
Sin embargo, los miedos de la plantilla se fijan en el medio plazo, pues mientras las ventas de los modelos SUV se disparan, este tipo de vehículos vuelan lejos de Martorell. Además del Ateca, el Seat Tarraco, el coche más grande de la compañía, se producirá en Wolfsburgo.
Queda por ver, eso sí, donde se ensamblará el CUV que la empresa pronostica sacar al mercado en 2020. «Seat es solidaria, pero al final habrá más productos de la marca fuera de la fábrica que dentro», lamentan.
Es más, Martorell perdió en verano el Audi Q3 en detrimento de la llegada del Audi A1, otro modelo compacto como el Seat León y el Seat Ibiza que ya poblaban las otras líneas de la planta. El segundo comparte espacio con el Seat Arona, el SUV más pequeño de la marca, que cada vez gana más peso en la línea de montaje.
El futuro de Martorell
“El futuro de la instalación pasa por desvincularla cada vez más del nombre Seat y convertirla en multimarca”, explicaban hace semanas fuentes de la cúpula de Seat a Economía Digital. De este modo, el A1 que hoy se elabora en la factoría podría tener pronto compañía de otros vehículos de Volkswagen o Skoda.
“Las apuestas son claras: más SUV y potenciar la marca Cupra, que está dando buenos rendimientos”, añadían. “Creemos que podemos llegar a las 600.000 unidades”, auguraban. Los deberes pendientes: varias inversiones en cartera y adoptar más medidas de flexibilidad.
Los trabajadores también esperan que en el futuro el coche eléctrico aterrice en la manufactura. El primer modelo de cero emisiones de la marca pasó de largo y se realizará en Zickwau (Alemania), una de las exigencias del grupo para el proyecto.
Todavía es pronto para hacerlo en la planta catalana. “La versión híbrida del nuevo León es sólo el principio, pero está claro que parte de la flota eléctrica de Seat debe estar aquí”, dijo el presidente de la marca, Luca De Meo, en la presentación de resultados. Y pidió: “Dennos tiempo. Ahora comenzamos a aportar híbridos, quizás el año que viene ya podamos hablar de aportar productos eléctricos a las fábricas españolas”.