La estrategia de El Corte Inglés para reducir deuda sin cerrar centros
Los grandes almacenes optan por la venta de edificios, la cesión a terceros y estudia deshacerse de unidades de negocio
Fue una de las máximas de Isidoro Álvarez, histórico presidente de El Corte Inglés durante 25 años: nunca cerrar un centro. Ahora, un lustro después de su fallecimiento la compañía trata de cumplir la frase mientras reduce su abultada deuda, requisito imprescindible para lograr el investment grade que tanto persigue su primer ejecutivo, Jesús Nuño de la Rosa. La estrategia: vender algunos edificios, reorientar otros y deshacerse de parte del negocio que no sea imprescindible.
El último movimiento confirmado fue el de reconvertir el centro comercial de Arroyosur (Madrid) en un outlet de terceras marcas. El nuevo establecimiento costará a los grandes almacenes hasta 100 millones de euros –las marcas invertirán otros 100 millones— pero le permitirá obtener unos ingresos fijos procedentes de sus socios.
Así, la compañía ya estudia como replicar el modelo en otras ciudades de la geografía española. Busca ciudades con amplia presencia de El Corte Inglés para transformar alguno de los centros secundarios. Por ello, ya registró las marcas Barcelona Fashion District, Málaga Fashion District, Murcia Fashion District, Valencia Fashion District, Euskadi Fashion District y Canarias Fashion District.
No es el único cambio. Por ejemplo: en Zaragoza se va a cerrar el centro de Gran Casa y se transformará en un Sfera y un centro de liquidación. Además, habrá varias recolocaciones de plantilla en la ciudad para adaptarse a los nuevos requerimientos de cada uno de los edificios.
Además, la empresa tiene en venta un paquete de 95 inmuebles, el mayor proceso de desinversión de su historia. Encargada a PwC, la operación está valorada entre 1.500 y 2.000 millones, aunque parece complicado que un solo inversor se haga con todo el portafolio debido a la diversidad: engloba desde centros comerciales a oficinas y suelos.
Un total de 11 centros comerciales se pondrán a disposición de quien los quiera comprar, además de tres edificios de oficinas en Madrid y suelo urbano y para desarrollar, informó Expansión. Los locales comerciales a la venta se encuentran en Madrid, Barcelona, Sevilla, Las Palmas, A Coruña, Zaragoza, Málaga, Valencia y Navarra.
Sin embargo, es posible que el gigante español si deba acometer finalmente el cierre de algunos centros deficitarios en ubicaciones secundarias si no logra la manera de rentabilizarlos.
El Corte Inglés también sopesa vender unidades de negocio
Más allá de sus inmuebles, El Corte Inglés también tiene sobre la mesa la posibilidad de vender alguna de sus unidades de negocio. Si bien todavía en fase inicial, fuentes internas aseguran: “La intención es deshacerse de aquello que no sea el core de El Corte Inglés, pero todavía no se ha decidido el cuándo ni el cómo”. Así, las candidatas a salir son la división de seguros –que ya ha sido ofrecida por intermediarios a varios fondos de inversión–, la de viajes y la de informática –cuya venta al grupo mexicano Kio Networks se frustró en diciembre tras la due dilligence–.
En febrero, El Corte Inglés anunció la venta al grupo GrandVision de su división de ópticas: Optica2000. La filial cuenta con 106 tiendas en España y dos en Portugal y tiene más de 800 empleados, informó el grupo de distribución, que no detalló el importe de la operación.
Todo forma parte del compromiso que Nuño de la Rosa tiene desde que alcanzó la presidencia el pasado mes de junio: alcanzar el investment grade entre las agencias de rating con tal financiarse a través de inversores de primer nivel y afrontar con garantías una posible salida a bolsa en el futuro.
Por el momento, todavía está lejos de los niveles deseados. El pasado mes de septiembre, antes de una emisión de bonos de 600 millones de euros, las grandes firmas la alejaron del grado de inversión. Standard & Poor’s y Fitch le otorgaron una nota de BB y Moody’s la calificó como Ba1. Es decir, bono basura.