La crisis de Nissan da paso a un septiembre tenso en sus subcontratas
Después de que la automovilística japonesa lograse zanjar el conflicto con su plantilla llega el turno de los proveedores, con condiciones más precarias
Después de que Nissan acordase con su plantilla el cierre de la planta de Zona Franca, la patata caliente salta ahora a los despachos de los proveedores que prestan servicios a la instalación catalana. La batalla se espera a la vuelta de las vacaciones, con la reactivación de la industria, pero este jueves un colectivo ya amenaza con paralizar la actividad de la instalación catalana con una huelga indefinida.
Un colectivo de 300 personas que agrupa trabajadores de Acciona, Magneti Marelli y otros proveedores ya interpuso una denuncia en julio para que se les considerase trabajadores de Nissan. Con el asunto judicializado, la amenaza es ahora la de bloquear la reanudación de los trabajos en la fábrica.
Así lo advirtió el presidente del comité de empresa de Acciona en Nissan, Juanma Seco. El dirigente avisó de que si no se aborda la situación de estos empleados se valora «realizar una huelga indefinida». «Si las subcontratas paran, Nissan se para», advirtió. «Quizás de este modo se ve con más claridad que forman parte de la compañía».
A mediados de junio, ya unas 500 personas, según datos de la Guardia Urbana, se concentraron frente a la instalación catalana para dar voz a «lo invisibles» cuyo trabajo depende directamente de la automovilística. Los manifestantes reclamaron que se les reconozca también como empleados equiparables al resto de afectados -unos 3.400 empleados- para poder negociar las condiciones de su ERTE con las respectivas administraciones y con la patronal.
La situación se agravó una vez sellado el acuerdo entre Nissan y los 2.525 empleados afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) que acarrea el cierre de la instalación. «En el acuerdo no hay ni una línea dedicada a la subcontratas»; lamentan.
Acciona, la más afectada
Según explican fuentes internas de la fábrica de la Zona Franca, la principal afectada sería Acciona. La empresa tiene a 523 personas que prestan servicios en el interior del planta barcelona. Son la principal partida de trabajadores externos frente al alrededor de 2.525 personas que ocupan el centro bajo un contrato firmado con la propia Nissan. El segundo proveedor en importancia dentro de las instalaciones es Magneti Marelli, que se encarga de los tubos de escape y el frontal, con alrededor de 150 implicados.
No llegan al medio centenar de trabajadores destinados a la fábrica compañías como Tachi-S, dedicada a ensamblar estructuras de asientos; Magna, también centrada en las butacas; Snop; Howa Tramico, que colabora con los revestimientos y los techos; y MMM, centrada en tubos de escape y frenos.
Sin embargo, la lista de afectados no se limita a las organizaciones que prestan servicios directamente en el interior de la instalación barcelonesa. El resto de los proveedores del fabricante nipón también se verán afectados, aunque aquí la factura ya se difumina más y es así como se eleva hasta las entre 20.000 y 30.000 personas. Afectados: Faurecia –el protagonista del incendio que paralizó la fábrica de Seat el pasado noviembre–, la cotizada Gestamp, Valeo, Sumitomo, Hutchinson o Flexngate.