La caída de Fagor desata el pánico ahorrador en Mondragón
Los ‘preferentistas’ vascos y los clientes de Caja Laboral temen un contagio a toda la cooperativa
El concurso de acreedores de Fagor, el primer fabricante vasco de electrodomésticos, ha extendido el temor entre los trabajadores, cooperativistas y ahorradores del grupo Mondragón. Casi todos se hacen la misma pregunta: ¿habrá efecto contagio? La empresa se ha apresurado a desmentirlo. “La situación de Fagor no afecta a las demás cooperativas de la Corporación ya que no se trata de un holding empresarial, sino de asociación de entidades independientes y autónomas”, explicó la compañía en un comunicado.
Pero los ahorradores no piensan lo mismo. Los trabajadores y cooperativistas de Fagor, que depositaban fondos en la empresa, no pueden retirar su dinero desde hace un año. Al margen de las conocidas preferentes vascas (títulos subordinados con los que Mondragón se financiaba), los empleados aportaban voluntariamente sus ahorros para permitir el crecimiento de la compañía y ganar intereses. En total, Fagor se ha quedado con 87 millones de euros por este concepto, según la asociación de afectados Ordaindu.
Además, unos 10.000 ahorradores también dan por hecho que perderán su dinero con el concurso de acreedores. A pesar de que sus participaciones eran conocidas con el título de “preferentes”, serán los penúltimos en cobrar, sólo por delante de los socios.
Aseguradora afectada
Los inversores y ahorradores del resto de empresas del grupo Mondragón también comienzan a temer. “Hay gente que tiene miedo de que la próxima en caer sea Lagun Aro, Eroski o Caja Laboral. El día después de que se conoció el concurso de acreedores de Fagor, la sucursal de la Caja Laboral en Elorrio se quedó sin efectivo”, explica Ricardo González, presidente de los usuarios afectados por las subordinadas de Eroski y Fagor.
Aunque Mondragón ha negado que la caída de Fagor pueda contagiar al resto del grupo, la corporación le había transferido 300 millones de euros en concepto de solidaridad cooperativa. Además, Lagun Aro deberá pagar el paro de los 1.700 trabajadores que se queden sin sus puestos de trabajo durante dos años, lo que supondría un desembolso mensual de dos millones de euros.
Patrimonio personal a salvo
La quiebra también ha llenado de dudas a los cooperativistas que consultan si podrían perder su patrimonio personal. Los asesores y abogados les tranquilizan: es probable que no reciban de nuevo el capital, las aportaciones voluntarias y las subordinadas, pero quedarán a salvo los ahorros personales y las propiedades.