Los judíos en España se movilizan en EE UU por el cuadro del Thyssen expoliado por los nazis
La representación legal de los judíos en España presenta en Estados Unidos un escrito de apoyo a la reclamación sobre el cuadro del Thyssen expoliado por los nazis.
Los judíos en España se movilizan en Estados Unidos contra el Thyssen y el apoyo prestado por el Estado español al museo en su afán por retener el cuadro de Camille Pissarro expoliado por los nazis, Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, que se expone en Madrid.
La Federación de Comunidades Judías de España y a la Comunidad Judía de Madrid, representados por Bernardo Cremades Jr., al frente del despacho B. Cremades & Asociados, han presentado este mes ante la Justicia de Estados Unidos un escrito de apoyo -denominado Amici Curiae– a la revisión de la última sentencia que dio la razón al museo español y al Estado en la batalla que, desde hace cerca de dos décadas, mantienen abierta los descendientes de los propietarios originarios del lienzo, la familia Cassirer.
La Fundación Colección Thyssen-Bornemisza expone en Madrid desde 1993 el cuadro de Pissarro, valorado en unos 30 millones de dólares. El pasado mes de enero el Tribunal de Apelaciones de California sentenció que, ante la reclamación de los familiares de los dueños originales del cuadro, prevalecía la Ley española sobre la Ley californiana, reteniendo así el museo español la propiedad de la obra de arte, como publicó este periódico.
¿Por qué el Museo del Prado se ha comprometido a restituir obras expoliadas y el Thyssen mantiene la propiedad del lienzo de Pissarro?
El Estado español ha apoyado durante el proceso al Thyssen, invocando el artículo 1955 del Código Civil español, que es el que la Justicia estadounidense ha aplicado también para determinar la propiedad del lienzo. De acuerdo con dicho artículo del Código Civil, el Thyssen adquirió la pintura habiendo prescrito delito.
En su reciente escrito, el abogado representante de los judíos en España se pregunta por qué, por ejemplo, el Museo del Prado sí se ha comprometido a devolver obras expoliadas y no el Thyssen, organismo también financiado con dinero público.
También recuerda que el artículo 1955 del Código Civil que ha servido de base para la defensa de la propiedad del cuadro efectuada por el Estado español, fue promulgado en 1889, «más de 50 años antes del Holocausto y nunca ha sido modificado para actualizar los tiempos (…)».
«Sería irrazonable concluir que España, como orgulloso país democrático de la Unión Europea, tenga algún interés en proporcionar un entorno seguro para las obras de arte saqueadas mediante terrorismo, guerra o genocidio», dice el escrito presentado en Estados Unidos. Pero la última sentencia de California que dio la razón al Thyssen, podría interpretarse como que España es lugar seguro para los saqueadores de arte.
«La verdad es que el interés de España en que se aplique la ley española a este caso es prácticamente inexistente, ya que el resultado de tal aplicación entraría en conflicto con la posición oficial de España respecto a las obras de arte expoliadas recogida en numerosos compromisos internacionales», destaca el escrito.
El despacho contratado por los judíos en España recuerda que el Museo del Prado «se ha comprometido a restituir decenas de obras de arte saqueadas durante la Guerra Civil Española, y el Ministerio de Cultura, que gestiona las operaciones de Thyssen, recientemente ha procedido a la devolución de dos pinturas robadas en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial». También describe los varios acuerdos internacionales adoptados por España en la restitución de obras expoliadas por los nazis.
«Durante los últimos 50 años, España ha sido inequívoca en su respaldo y en las ratificaciones de acuerdos internacionales y propuestas que exigen el retorno de obras de arte saqueadas por los nazis», recuerda.
Por esta razón, expone, no es comprensible que el Thyssen y el Estado español mantengan la propiedad del cuadro de Pissarro. «A parte del contexto de este caso único y aislado, España como Estado ha dejado claro al mundo que esto no es lo que representa, y ningún tribunal puede razonablemente concluir lo contrario», indica.
El cuadro de Camille Pissarro, pintado en 1897, era propiedad en la década de los años treinta del pasado siglo de Lilly Cassirer y su marido, quienes lo vendieron por 360 dólares para conseguir un permiso para huir de la Alemania nazi y establecerse en Inglaterra.
En 1976, el barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza adquirió el lienzo al dueño de una galería de Nueva York, por 275.000 dólares. Los nietos de aquel matrimonio judío son quienes han tratado de mantener vivo el litigio