Javier Pagès, presidente de la D.O. Cava, carga contra la vuelta a la marca blanca de Codorníu
“Nos gustaría ver como las empresas abogan por generar valor”, lamenta el presidente del Consell Regulador, Javier Pagés
La decisión de Codorníu de volver a producir cava de marca blanca no dejó a nadie indiferente en el sector. Mientras la compañía quiere triplicar sus ventas internacionales, la D.O. Cava busca el método para prestigiar la bebida y las bodegas que fundaron Corpinnat sonríen al constatar que es imposible unificar a la industria bajo una estrategia común. Todo con una pandemia mundial de por medio que provocó un descenso de las ventas del 10,5% hasta el mes de septiembre.
En una conversación con Economía Digital, el presidente de la D.O. Cava, Javier Pagés, no ocultó que sus planes para el espumoso caminan por un sendero muy diferente al que tomó Codorníu. El también exconsejero delegado de Codorníu evitó hacer sangre contra su antigua empresa, pero fue claro: “Nos gustaría ver como el cava crece generando valor”.
El dirigente tiene un plan en marcha desde hace meses para premiumizar la bebida catalana después de que varias bodegas abandonasen la Denominación de Origen para fundar Corpinnat al entender que las grandes marcas, Freixenet y Codorníu, apostaban por competir en precio con el prosecco, un espumoso italiano mucho más barato de producir.
“En la D.O Cava tenemos dos grandes objetivos: incrementar los momentos de consumo para generar más ventas y crecer generando valor”, señaló Pagés. “A partir de aquí, a nosotros nos gustaría ver como se genera este valor y quisiera ver a las todo el mundo pensando y creciendo con esta estrategia”, sentenció.
Las restricciones a la hostelería complican todavía más el plan de la D.O. Cava para vender un producto ‘premium’
Así, en diciembre de 2019 el Consell Regulador del Cava aprobó un plan para tratar de elevar el segmento en el que se movían sus botellas. La primera de las medidas aprobadas por el organismo fue la segmentación de los productos según la viña de la que procede el producto para que así el comprador pueda conocer la calidad de la uva y si la botella está elaborada de por un productor artesanal o simplemente un marquista.
El segundo punto es el de la zonificación de la D.O. Cava, una de las peticiones históricas de los pequeños productores que impulsaron la marca Corpinnat. El plan pasa por delimitar diferentes regiones –como podrían ser Cataluña, Extremadura, Valencia— para hacer explicita la procedencia del espumoso. Dentro de ellas se instaurarán subregiones como puede ser Penedés.
Sin embargo, la pandemia complicó toda la estrategia por culpa de las restricciones a la hostelería impuestas por las administraciones de media Europa. El cava caro se consume habitualmente en restaurantes mientras que la bebida debe centrarse ahora en pelear contra otros productos en los lineales de los supermercados, donde el precio tiene un factor esencial.
«Es cierto que el supermercado no ayuda; la experiencia que se vive en un restaurante es inigualable y nos sirve a nosotros para crear marca y posicionarnos como una bebida de gama alta; por suerte, internet nos ayuda», explicó el dirigente.
Codorníu quiere duplicar sus ventas
De este modo, el encontronazo estratégico entre la D.O. Cava y Codorníu se produce por la voluntad del decano del sector de duplicar sus ventas. Actualmente distribuidas a partes iguales entre el mercado nacional y el extranjero, el crecimiento debe llegar desde fuera de la Península Ibérica, señaló el consejero delegado, Sergio Fuster, en una reciente entrevista concedida a La Vanguardia.
Y a pesar de asegurar que el futuro de la firma pasaba por incrementar los márgenes de las botellas y que «vender a bajo precio no interesa», la organización volvió a producir cava para supermercados hace algunos meses. La decisión se tomó antes de su llegada, en junio.
Así, la empresa quiere triplicar las ventas internacionales para alcanzar los 400 millones de euros de facturación. Como avanzó Economía Digital, el primer paso fue retomar la elaboración para los supermercados británicos Tesco y Sainsbury’s, una línea de negocio que la compañía abandonó hace tres años.
Mientras, una portavoz de Codorníu defendió que la estrategia de la cavista es “encontrar los mejores partners para construir relaciones estratégicas a nivel global”. Y la intención es no detenerse: “Como compañía líder seguiremos estudiando las mejores opciones para tener los mejores acuerdos comerciales con nuestros clientes y consolidarnos como un líder mundial en vinos y cavas”.