ING pide una fiscalidad que incentive la inversión en tecnologías para la sostenibilidad
El director general de Banca Corporativa e Inversión de ING España, Alfonso Tolcheff, asegura que el futuro de la banca pasará por estar "cerca" de las necesidades del cliente de "forma sostenible"
El director general de Banca Corporativa e Inversión de ING España, Alfonso Tolcheff, reclamó este miércoles a la administración «políticas fiscales» que incentiven el desarrollo de tecnologías que ayuden a la sostenibilidad que aún no son rentables.
Así lo dijo Tolcheff durante su participación en la jornada ‘La revolución de las finanzas sostenibles’ organizada por la revista ‘Ethic’ y el banco. Tolcheff pidió «políticas fiscales» a la administración al reconocer que hay inversiones que aún no son rentables y que se deben acometer. «Tenemos que ser capaces de canalizar» la inversión en sostenibilidad y financiarla, destacó este directivo, para agregar que el 80% de la energía que se produce es con combustibles fósiles y «no podemos dejar de financiar a esas empresas porque si no, la economía se pararía».
Así, concluyó que el objetivo es financiar la transición de esas empresas e indicó que el año pasado se hizo un plan de transición para 2.500 clientes empresariales, prácticamente la mitad de los que tiene el banco, y este año «vamos a hablar con todos ellos para ver cómo se puede hacer».
Tolcheff recordó que el banco anunció en la última cumbre del clima que triplicará la inversión en energías renovables hasta los 7.500 millones anuales en 2025. De hecho, dijo que el equipo de renovables en España es el que más crece actualmente del banco.
El acto fue abierto por el consejero delegado de ING España, Ignacio Juliá, quien destacó al respecto que «ha habido una concienciación mayor» y «lo relevante no es tanto ser sostenible hoy, que todavía nos queda mucho recorrido, pero sí tenemos que fomentar esa transición». Destacó que, en banca de particulares, «estamos haciendo esfuerzos» para comercializar fondos ligados a sostenibilidad y con servicios para ayudar a los clientes a entender sus finanzas. Juliá también destacó que ING cree «mucho» en la colaboración público-privada porque «se llega más lejos y se llega más rápido».
El consejero delegado de ING España se refirió a la tecnología para señalar que es «un motor de negocio» y que la clave es «cómo usas esa tecnología» para que los procesos sean «transparentes» para el cliente y sencillos. Al indicar que el 40% de los clientes de ING en España tiene más de 50 años y el 98% de las transacciones son a través del móvil dijo que eso muestra que «llegas a todos y utilizando la tecnología con unos principios». En este contexto, destacó que la inteligencia artificial «nos va a permitir dar el siguiente salto para reforzar esa experiencia de cliente».
«La banca del futuro va a ser una banca que sea muy del cliente y que esté muy cerca de sus necesidades y que lo haga de forma sostenible, que dejemos de hablar de sostenibilidad porque esté ya embebido», afirmó Juliá.
En el acto también participó el director general de Financiación y Estrategia del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Antonio Cordero, quien se alineó con la idea de que los sectores más contaminantes tengan planes «robustos» de transición y que haya apetito por financiarles. «Lleva su propia dinámica e inercia, hay poco más por hacer, desde la banca se puede lograr financiar los planes de transición de empresas», resaltó.
También aprovechó para recordar que mediante la adenda al plan de recuperación se canalizarán 84.000 millones en préstamos y unos 40.000 millones, casi la mitad, los gestionará el ICO «para canalizar financiación en condiciones ventajosas, en colaboración público-privada». Recordó que habrá una línea específica sobre financiación verde dotada de 22.000 millones.
Por parte del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), el director general, Joan Groizard, advirtió de que el riesgo en esta transición es generar nuevas dependencias. También destacó que el IDAE va a dedicar 1.000 millones de la adenda para impulsar la cadena de suministro de las renovables.
Groizard destacó que «el gran éxito de la década es que las renovables ya no necesitan ayudas, sino previsibilidad, un precio estable a largo plazo que les dé visibilidad», resaltó. Destacó que en las subastas de renovables estaban basadas hasta ahora solo en el precio y ya se incorpora hasta un 30% de criterios que valoran factores distintos del precio.