Ignacio Stampa: «Yo admiraba a Garzón»
El fiscal Ignacio Stampa fue apartado de la investigación del mayor caso de corrupción ocurrido en España, el caso Villarejo, tras el hostigamiento de la entonces Fiscal General del Estado, Dolores Delgado. ¿Han sido chantajeados la exMinistra de Justicia y su pareja el exjuez Baltasar Garzón?
En abril de 2017, el entonces miembro de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada en Madrid, Ignacio Stampa, recibió el encargo de investigar el que se convertiría en el mayor caso de corrupción de la democracia española conocido hasta ahora, el caso Tándem, o caso Villarejo.
No podía entonces imaginar Stampa (Madrid, 1973), que el caso Villarejo fuera a marcar su vida profesional, y personal, como lo ha hecho. Porque el caso Villarejo ha acabado por derivar también en el caso Stampa, aparentemente, este último, un caso de despotismo que apunta directamente a la exFiscal General del Estado y exMinistra de Justicia, Dolores Delgado, con el apoyo de su pareja, el exjuez Baltasar Garzón, auxiliada por el actual Fiscal General del Estado, Álvaro Ortiz.
Stampa ha publicado recientemente ‘El complot’, donde narra lo acaecido durante su actuación como fiscal en la investigación del caso Villarejo, en el que también trabajó el fiscal Miguel Serrano.
«He estado tres años pensando y escribiendo el libro«, comenta en una entrevista concedida a este diario. «El libro está revisado por abogados, para evitar problemas jurídicos, porque estoy acostumbrado a cacicadas jurídicas; esperaba una mala reacción por cualquiera de las personas que aparecen nombradas, pero no lo ha habido, porque está escrupulosamente escrito», señala.
El fiscal Stampa fue apartado del caso Villarejo después de que se organizara un circo mediático en torno a su figura, primero por presuntamente filtrar datos del sumario, después por sugerirse que mantenía una relación con una abogada de Podemos. Miguel Serrano acabó por abandonar también el puesto, tras la salida de su compañero, a finales de 2020.
¿Por qué desde la misma Fiscalía General del Estado se entorpeció la investigación del caso Villarejo; por qué se hostigó a los fiscales que lo investigaban? «Porque tocamos lo que tocamos, si no, no hubiera ocurrido», opina Stampa.
La grabación del Rianxo
El fiscal madrileño ha constatado que eso de que ‘hay una Justicia para los ricos y otra para los pobres’, es verdad. Más bien, comenta, «hay una Justicia para los poderosos y otra para los que no tienen recursos«.
Desde el punto de vista «material», indica, una persona poderosa, con recursos, puede contratar a un gran despacho de abogados, algo que en la mayoría de los casos no puede permitirse una persona sin recursos.
Pero Stampa llama la atención sobre la capacidad que una persona poderosa tiene para «ejercer una presión sobre un investigador que una persona sin recursos no puede hacer, porque tiene acceso a los medios de comunicación, puede financiar campañas de desprestigio, y al investigador se le pueden quitar las ganas de seguir investigando».
En septiembre de 2018 un medio digital de reciente creación publicó una grabación, supuestamente realizada por Villarejo, en el restaurante Rianxo de Madrid, en una comida ocurrida en el año 2009, en la que estaban presentes, junto con el excomisario, Dolores Delgado y Baltasar Garzón.
La grabación expuso la estrecha relación que mantenían, al menos por aquel entonces, Garzón y Delgado con Villarejo, cuando ambos eran, respectivamente, magistrado y fiscal en la Audiencia Nacional. Y se publicó pocos días después de que tanto el exjuez como su pareja aseguraran no tener relación con el excomisario, en plena investigación del caso.
La polémica grabación en un restaurante de Madrid con Delgado, Villarejo y Garzón no está en el sumario del caso Tándem, insiste Stampa
Esa grabación «no estaba en el sumario, yo no la he visto«, asegura Stampa. Cinco años después de aquella publicación, esa grabación no ha aparecido en el sumario, que haya trascendido.
Sin embargo, el despacho de abogados de Garzón, Ilocad, emitió un comunicado, el 28 de septiembre de 2018, tras la publicación de la grabación de la comida en Rianxo, apuntando a los fiscales.
En ese comunicado, el bufete de Garzón advertía que el contenido de la grabación solo podría haber sido obtenido «del conocimiento directo de la propia instrucción penal».
Y señalaba que la comunicación a la prensa «de hechos delictivos graves (…) es una temeridad impropia de la labor de quienes desde la función pública tienen por obligación la defensa de la legalidad (…)». Así, el exjuez sugería que esa grabación estaba en el sumario del caso, y que había sido filtrada a los medios.
Stampa insiste en que dicha grabación no estaba en el sumario, por lo que es lógico pensar que fuera realmente Villarejo quien la filtrara, a un medio además aparentemente creado expresamente para ello.
A pesar de que los fiscales aseguraron a Dolores Delgado y a sus superiores que esa conversación no aparecía en el sumario, y que por supuesto no había filtraciones desde Fiscalía, la presión sobre Stampa creció.
«(…) lo que sí se hizo creer deliberadamente a la opinión pública con dicha publicación fue que la grabación de esa comida formaba parte del sumario», escribe el fiscal en su libro. «Ahí se consolidó realmente la estrategia de defensa extraprocesal que se utilizaría por los principales afectados, consistente en atacar desde fuera al procedimiento en sí mismo«.
Una ficción grosera
La publicación de los audios de la comida de Rianxo generó una gran conmoción judicial, política y social: desprestigiaba a la entonces Ministra de Justicia («Marlaska es un maricón»), y a nada menos que a Baltasar Garzón. El juez de la Operación Nécora, el juez que persiguió a Pinochet, el juez de la Gurtel, el defensor de Assange… resultaba ser colega de Villarejo.
El empeño de Dolores Delgado y de Baltasar Garzón por sugerir que era Ignacio Stampa la persona que estaba filtrando información del sumario, y la torticera investigación a la que fue sometido el fiscal posteriormente por una fantasiosa relación con una abogada de Podemos, provocaron que Stampa fuera apartado del caso Villarejo.
La salida de Ignacio Stampa del caso Villarejo, el acoso al que fueron sometidos los fiscales, ¿a quién a beneficiado?
En enero de 2020 se publicaron informaciones sobre el litigio entablado por un abogado expulsado de Podemos contra el partido que lideraba Pablo Iglesias.
El abogado se refería a un chat de integrantes de Podemos, en el que se hacía alusión a una supuesta relación íntima de una abogada del partido con un fiscal del caso Villarejo. De ahí se llegó a publicar un titular como el siguiente: Uno de los fiscales Anticorrupción de Tándem mantenía una «relación íntima» con la abogada de Podemos.
«La ficción de aquella relación íntima era grosera«, escribe Stampa en su libro. Pero el 26 de junio de 2020, la Fiscalía General del Estado, Dolores Delgado, emitió un comunicado en el que se indicaba que la Inspección Fiscal de la Fiscalía General del Estado «abrirá nuevas actuaciones en orden en la comprobación de las informaciones publicadas y a los efectos oportunos».
Unas semanas después, Vox denunció que los fiscales de Tándem habían revelado secretos a Podemos. Y esa denuncia, ¡de Vox!, permitió a Dolores Delgado ordenar, a través de su mano derecha, el hoy Fiscal General del Estado, Álvaro Ortiz, que se abriera una investigación penal contra Ignacio Stampa (y no contra su compañero en el caso, Miguel Serrano).
El pábulo que la máxima autoridad de los fiscales españoles dio a una información periodística, falsa, como aquella, propició que Stampa perdiera el apoyo no ya de sus jefes, sino también de sus compañeros, y que fuera retirado del caso Villarejo.
El 27 de octubre de 2020, el Consejo Fiscal tenía que decidir, entre otros asuntos, si otorgaba plaza a Ignacio Stampa en la Fiscalía Anticorrupción. Pero tras el escándalo montado resultó ser declarado no idóneo para el puesto, sin un voto a favor.
Y todo a pesar de que, con cierta insistencia, los fiscales que investigaban la presunta relación de Stampa con la abogada de Podemos, o las presuntas filtraciones, informaron a sus superiores de que no había recorrido, que tenían que ser archivadas. Pero no lo fueron, presuntamente por deseo y orden de Dolores Delgado.
¿Han sido chantajeados?
La salida forzada de los fiscales del mayor caso de corrupción ocurrido en las últimas décadas en España no ha podido sino ralentizar la investigación. ¿Por qué Dolores Delgado y Baltasar Garzón se han empeñado tanto en ello? ¿A quién ha beneficiado todo esto?
Que ha existido un compadreo, al menos en el pasado, entre Delgado, Garzón y Villarejo, da cuenta la famosa grabación del restaurante Rianxo. Pero hay más, el exjuez ha defendido a investigados en el caso.
«No lo tengo claro, pero puede ser una opción, que actúen así porque hayan sido chantajeados por Villarejo», dice el fiscal Ignacio Stampa
Cuando fue detenido Enrique García Castaño, jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Comisaría General de Información, vinculado a Villarejo, en julio de 2018, sus abogados requirieron poder comunicarse con él. Esa solicitud quedó suscrita bajo fe pública judicial: «Se le ha permitido comunicarse por parte del equipo policial que se encarga de su custodia con el Sr. Baltasar Garzón por teléfono«.
El despacho de Garzón, Ilocad, por mucho que trate de distanciarse del caso Villarejo, ha participado en la defensa de varios de los acusados. La publicación de la grabación del restaurante madrileño impulsó la reacción del exjuez y Dolores Delgado contra los fiscales. ¿Fueron chantajeados la exFiscal General del Estado y su pareja por Villarejo?
«Pienso que fue un toque de atención a Garzón y Delgado; Villarejo lo grababa todo y puede tener más grabaciones; puedes apostar a que les ha grabado todas las veces que les ha visto, si son cientos de veces, cientos de grabaciones», comenta Stampa en la entrevista con este periódico.
‘El complot’, escrito por Ignacio Stampa.
«Creo que Dolores Delgado y Garzón actúan así por despotismo para empezar, pensaban que no iban a tener ningún problema, y probablemente condicionados por algo que supieran», declara.
«En el libro lo dejo caer, no lo tengo claro, pero puede ser una opción, que actúen así porque hayan sido chantajeados por Villarejo, es lo que pensé cuando fui a ver a Villarejo a la cárcel», añade.
«Pero, tú aquí, ¿todavía no te han echado?», le preguntó Villarejo a Ignacio Stampa en prisión, en una visita realizada por los fiscales el 23 de octubre de 2020. «¡Qué acojonada debéis tener a mi amiga Lola!«, dijo.
«Yo lo interpreté al revés», comenta Stampa. «Qué acojonada la tienes que tener tú».
«No hay ningún criterio jurídico por el que Dolores Delgado no confíe en mí y sí en Miguel Serrano, no hay un criterio jurídico por el que se me pueda excluir de una plaza fija en Fiscalía, todos mis informes fueron validados, mi trabajo es el que es», sostiene Stampa. «Me investiga de forma oculta penalmente, arbitrariamente, solo a mí y no a Serrano; me vinculan una relación que es ficticia, de la que no hay elemento para pensar que es verdad, ella sabe que es falsa…», indica.
«No veo una relación política, ni jurídica… Solo me queda una explicación personal, es algo personal de ellos [Delgado y Garzón]», piensa. «Para hacer daño al procedimiento basta con quitar a uno de los fiscales, los nuevos fiscales tienen que empezar de nuevas», apunta.
«Me parece una obviedad que si un caso lo llevan dos fiscales desde el principio, poner a gente nueva que tiene que empezar a estudiárselo todo es ralentizarlo y entorpecerlo», destaca. «Probablemente Villarejo esté ahora más tranquilo«, opina.
¿Por qué publicar ahora ‘El complot’?
«Lo hago por mí, por mi salud mental y porque creo que es mi obligación como Fiscal», responde Stampa. «No aspiro a nada en mi carrera, estoy donde quiero estar [se incorporó a la Fiscalía Provincial de Madrid en noviembre de 2020], no me pueden comprar con algún cargo o algo así, y no les necesito, seré fiscal el tiempo que quiera», subraya.
En su libro, Stampa deja entrever que es fiscal por vocación. Cuando estudiaba Derecho, cuando se preparaba para ser fiscal, «admiraba a Garzón, lo admiraba, evidentemente«, recuerda.
«También admiraba a Dolores Delgado; cuando estuve de prácticas en la Audiencia Nacional la vi hacer un juicio de tráfico de drogas que me dejó impresionado; es más, yo la voté para que fuera miembro del Consejo Fiscal», afirma. «Mi opinión ha cambiado claro, les he conocido…».