Iberdrola vs Repsol: fin al juicio con acusaciones de publicidad engañosa y limitación de la competencia
El juicio por competencia desleal ha quedado visto para sentencia, que se dará a conocer en las próximas semanas
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán. Foto: Europa Press
Este jueves ha tenido lugar en Santander el juicio entre Iberdrola y Repsol tras la demanda de la eléctrica contra la petrolera por «publicidad engañosa» y competencia desleal por hacer greenwashing (lavado verde). Tras la vista oral, queda visto para una sentencia que se espera en las próximas semanas, según explican fuentes del proceso a Economía Digital.
Iberdrola demandó a Repsol por entender que varias informaciones que han emitido y campañas publicitarias que indican que su razón de ser es que es una compañía comprometida con un mundo sostenible y que es líder en la transición energética como empresa multienergetica, son engañosas por greenwashing.
Las compañías se han visto las caras en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander durante más de seis horas en las que los peritos de cada parte han presentado sus conclusiones y sus defensas.
El juicio se ha celebrado en Santander, puesto que la filial de comercialización de energía del grupo Repsol tiene su sede social allí. En un principio, la compañía trató de que la vista se celebrase en Madrid al dirigirse la causa contra la matriz, pero la petición fue rechazada.
Iberdrola acusa de publicidad engañosa y ve positivo el debate sobre el greenwashing
En las conclusiones, el letrado de Iberdrola ha expuesto que de «acuerdo a la prueba practicada, se ha acreditado la acción ejercitada y que los mensajes y las campañas publicitarias denunciadas son engañosas por no adecuarse a la realidad de la actividad de Repsol, por no ser coherentes con las inversiones de la compañía y por omitir en sus expresiones datos esenciales de sostenibilidad relacionadas con las emisiones de la empresa y que, por tanto, son engañosos», según señalan fuentes de Iberdrola.
En este sentido, la defensa ha manifestado que esta acción no discute la actividad real de Repsol, que ha quedado acreditada, sino que lo que se denuncia es que la comunicación comercial de la compañía no es real y coherente con la actividad real de Repsol, y que esta última se oculta al consumidor.
En cualquier caso, desde Iberdrola defienden que el hecho de que se hable de greenwashing «siempre es positivo para proteger a los consumidores y al planeta». Así, considera que «la ciudadanía demanda esta información veraz y clara, sin engaños, lo que también se demuestra con el interés mediático».
Repsol cree que Iberdrola quiere limitar la competencia en el mercado eléctrico
Por su parte, desde Repsol han asegurado que la demanda de Iberdrola «carece de fundamento», por lo que ha solicitado la desestimación de la demanda.
«Iberdrola pretende limitar la competencia de Repsol en el mercado eléctrico, usando la ley de competencia desleal y empleando acusaciones de publicidad engañosa, basadas en argumentos y mensajes sesgados y sacados de contexto», señalan fuentes de Repsol a Economía Digital.
La empresa que dirige Josu Jon Imaz cuenta ya con 2,4 millones de clientes a los que vende energía y considera que su creciente empuje en el mercado es la razón principal por la que la eléctrica ha llevado a cabo esta acción legal.
«Repsol ha demostrado en la vista oral que es la compañía de su sector que más ha reducido sus emisiones entre 2019 y 2023, más que Iberdrola», aseveran desde la compañía.
Repsol destaca también estar presente en «un mayor número de negocios bajos en carbono» y abarcar inversiones en «muchas más tecnologías de descarbonización» que Iberdrola.
La energética recuerda que Autocontrol ya le dio la razón sobre una de sus campañas, reclamada por Iberdrola ante el organismo regulador de la publicidad, y, en cambio, este mismo organismo sí que solicitó a Iberdrola la rectificación de una de sus campañas por considerar que engañaba a los consumidores.
Con todo ello, Repsol defiende que está en su derecho a comunicar sus avances en la transición energética con el objetivo de convertirse en una empresa con cero emisiones netas en 2050.
En esta línea, la compañía destaca su «compromiso real con su descarbonización», y pone en valor los pasos que ha dado en los últimos años años y las inversiones de 5.600 y 6.600 millones de euros en cuatro años en sectores como el de la generación renovable, los puntos de recarga para coches eléctricos o las plantas de biocombustible.
Tras las exposiciones de ambas compañías, el juicio ha quedado visto para sentencia poniendo el foco del debate publico y judicial en términos como el ‘ecopostureo’ o el greenwashing. Se espera que en las próximas semanas se conozca la sentencia.