Iberdrola advierte del aumento de precios si el Gobierno repite el «gran error» de Alemania con el cierre nuclear
El presidente de la energética, Ignacio Sánchez Galán, pide pragmatismo a los responsables políticos
La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, e Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, echa más leña al fuego sobre el debate nuclear. El máximo directivo de la energética ha advertido de que los precios de la energía pueden dispararse si el Gobierno español repite el «gran error» cometido por Alemania de cerrar todas las centrales nucleares del país.
Así lo ha asegurado en declaraciones al Financial Times, donde ha alertado de que los españoles pueden llegar a pagar precios más altos de los actuales sin energía nuclear y tendrían un sistema menos confiable si continúa el calendario de cierre pactado para desmantelar los siete reactores nucleares operativos.
Galán cree que los responsables políticos deben tener «pragmatismo» en un contexto mundial marcado por el giro a favor de prolongar la vida útil de las centrales nucleares, así como la reapertura de las desmanteladas en Estados Unidos, Bélgica y Alemania.
«¿Podemos, como europeos, estar en condiciones de renunciar a esos recursos energéticos naturales solo por ideología? ¿O tenemos que ser pragmáticos, como los americanos?», se pregunta el presidente de Iberdrola.
En esta línea, Galán considera que los españoles «pagarán» por el cierre de las centrales nucleares y cita un reciente informe de PwC sobre el impacto de la clausura de esta tecnología.
La consultora destaca en su informe que el precio del mercado eléctrico se vería incrementado en el supuesto de un cierre nuclear en España en casi 37 euros por megavatio/hora (MWh), dado que la producción de todas estas centrales tendría que ser sustituida por tecnologías de coste variable muy superior, como son las plantas de ciclo combinado de gas natural.
Un aumento que haría que la factura eléctrica se disparara un 23% para el sector doméstico y las pequeñas y medianas empresas, y un 35% para la industria, según PwC.
Iberdrola intensifica el debate nuclear con la ministra Aagesen
En 2019 las empresas propietarias (Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP) pactaron con la entidad pública Enresa un protocolo de cierre ordenado del parque español entre 2027 y 2035. Si nada cambia, la extremeña Almaraz será la primera central en echar el cierre y Trillo la última.
En los últimos meses el debate se ha reabierto e intensificado, tanto en el plano civil como en el político y empresarial. Este jueves, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha pedido un «gran pacto de Estado» para evitar el apagón nuclear y ha pedido que se hable «más de tecnología que de ideología».
Desde la parte sindical, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha defendido recientemente la continuidad de Almaraz y del resto de instalaciones nucleares de España. A finales del año pasado también se declaró a favor de esta idea en Cataluña, donde el 60% de la electricidad que se genera viene de la nuclear.
Por parte de las propietarias, Iberdrola y Endesa, en las figuras de sus primeros ejecutivos, Ignacio Sánchez Galán y José Bogas, han mostrado públicamente su deseo de analizar y discutir una revisión del calendario de cierre, poniendo sobre la mesa especialmente las cargas fiscales que soportan las plantas y que, según las compañías, hace inviable su rentabilidad futura.
En cuanto a la parte política, la semana pasada semana la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, aseguró que el Gobierno «siempre está abierto al diálogo» respecto al futuro del parque nuclear.
No obstante, Aagesen destacó que, a día de hoy, no existía «ninguna novedad» y ninguna empresa había pedido una modificación en el calendario de cierre.
En declaraciones a la prensa, recordó que el papel de las nucleares está claramente definido de acuerdo con el protocolo acordado 2019 y que existe «un diálogo permanente, y va a seguir ese diálogo», aunque «no hay ninguna novedad, no hay ninguna petición, y se sigue con esa planificación y ese calendario».
«Nos vemos, nos hablamos, nos llamamos y hasta ahí puedo leer, porque no hay nada más concreto. Las cartas que nos enviaron fueron para decir, oye, sigamos hablando, y no hay novedades», añadió.