IAG, pendiente de Bruselas y Portugal: espera cerrar la compra de Air Europa e iniciar la carrera por TAP en 2024
La matriz de Iberia y Vueling afronta un nuevo ejercicio con importantes operaciones corporativas sobre la mesa
IAG llega a 2024 con dos grandes operaciones corporativas sobre la mesa. El holding propiedad de Iberia, Vueling, British Airways y Aer Lingus encara el nuevo ejercicio pendiente de Bruselas, que debe de emitir una resolución para aceptar o denegar la compra de Air Europa; así como de Portugal, que podría reactivar la privatización de TAP Air Portugal aun vez se forme un nuevo gobierno.
Después de anunciar un acuerdo para hacerse con el 100% de la aerolínea de Globalia por 500 millones de euros, el grupo dirigido por Luis Gallego presentó oficialmente su propuesta a la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea en diciembre. Desde ese momento, se abrieron los plazos para que el organismo europeo acepte, o no, la operación, según considere que favorece la economía y al transporte aéreo de pasajeros o pone en riesgo la competencia del sector.
Se trata del segundo intento de IAG, después que, en 2021, Bruselas tumbara la primera solicitud. La Comisión llegó a identificar hasta 70 rutas en las que la suma de Iberia y Air Europa podría perjudicar al resto de compañías. Por ejemplo, señaló los vuelos originados en Madrid y con destino a Miami, Montevideo, Santo Domingo, La Habana o Quito, así como algunas rutas nacionales.
Ante esta situación, IAG avisó que, esta vez, había propuesto a Europa un paquete de remedies, es decir, los slots que liberaría para que los ocuparan otras aerolíneas, “muy ambicioso”. Con la documentación en los despachos de la Comisión, solo faltan los últimos intercambios de papeles y los contactos con las compañías interesadas en ocupar estos espacios para que se emita una resolución final.
Este tipo de procesos suelen durar cerca de cuatro o cinco meses entre sus distintas fases, aunque pueden alargarse dependiendo de las extensiones en los plazos que soliciten las partes. Gallego llegó a decir que el proceso podría prolongarse hasta finales de 2024, pero la empresa tiene la esperanza de tener noticias cuanto antes.
El grupo hispano-británico siempre ha argumentado que la operación sería beneficiosa, tanto para los consumidores como para la economía española. Según defiende, facilitaría unas 500 nuevas combinaciones de origen y destinos, especialmente desde España hacia Asia, y permitiría a Barajas competir con grandes aeropuertos como Frankfurt o París. Por otro lado, generaría en torno a 1.250 o 1.800 puestos de trabajo directos, mientras que supondría un incremento de los ingresos anuales del aeródromo madrileño de cerca de 30 millones de euros.
Bruselas no es la única ciudad de la que IAG espera noticias, también tiene la vista puesta en Lisboa, donde un nuevo Gobierno portugués podría reactivar la privatización de TAP Air Portugal a lo largo de 2024. A finales de septiembre de 2023, el ejecutivo luso aprobó un decreto-ley para iniciar la reprivatización de “por lo menos el 51%” de la aerolínea estatal, dejando “hasta un 5%” más en manos de los trabajadores.
Objetivo: Brasil y África
Luis Gallego ya avisó que el grupo que dirige le tiene el ojo echado a la operación, dado que podría tener un interés estratégico. TAP permitiría a IAG ganar peso en el mercado brasileño, donde la portuguesa lidera las conexiones con Europa, así como entrar en países de África en los que todavía no tienen presencia, entre los que destacan Moçambic, São Tomé y Príncipe o Cabo Verd.
Sin embargo, el grupo tampoco quiso aventurarse a hacer suposiciones, dado que el decreto del gobierno portugués suponía el punto de partida del proceso, pero no detallaba sus condiciones.
En principio, Portugal esperaba tener lista la letra pequeña de la privatización a lo largo del primer semestre de 2024, pero todo se torció en noviembre con el escándalo político que acabó con la dimisión del primer ministro de Antonio Costa y la disolución del gobierno. Sin equipo ejecutivo, la operación queda totalmente congelada, hasta que se forme el nuevo gobierno que saldrá de las elecciones programas para el próximo 10 de marzo.
El ejecutivo saliente, si así lo desea, será el encargado de reactivar la maquinaria y volver a iniciar los procesos para vender al menos la mitad de TAP. IAG y el resto de grupos interesados en entrar en la aerolínea, entre los que destacan Lufthansa y AIR France-KLM, tendrán que esperar hasta la segunda mitad del año, según estimó recientemente el propio presidente de TAP, Luís Rodríguez, en declaraciones al periódico portugués Expresso.
Será entonces cuando IAG estudie la letra pequeña y vea si la portuguesa encaja con sus planes de expansión. Mientras, el grupo también planea crecer de forma orgánica sin depender en ninguna de estas operaciones. En el Capital Markets Day celebrado en noviembre, Gallego anunció que prevén obtener 1.500 millones de euros en beneficios operativos procedentes de los negocios españoles a medio plazo, es decir, espera que Vueling e Iberia sigan batiendo récords en los próximos años, con la segunda focalizada en seguir creciendo en América Latina.