Harold Correa: de dormir en parques a crear Íkualo, el neobanco para inmigrantes en el que ha invertido José Elías

La entidad financiera permite abrir una cuenta bancaria, con el único requisito de presentar el pasaporte, en tan solo siete minutos

El CEO de Íkualo, Harold Correa. Foto: Íkualo.

El CEO de Íkualo, Harold Correa. Foto: Íkualo.

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La historia de Harold Correa no ha sido un camino de rosas. En su periplo por iniciar una nueva vida en España, no solo trabajó lavando platos o en obras de construcción, sino que también se vio en la necesidad de dormir en parques y albergues, una vez el dinero que había traído al país comenzó a escasear. «Fueron momentos duros, pero cuando lo miro con perspectiva, veo que ha sido una enseñanza de resiliencia», asegura en una entrevista a Economía Digital.

Lejos de achantarse ante este complicado panorama, se puso manos a la obra. Dedicó todo su tiempo a estudiar y aprender sobre el mundo de las finanzas, unos conocimientos que acabó poniendo en práctica para poner solución a un problema que vivió en sus propias carnes, como otros muchos inmigrantes, al aterrizar en España: la exclusión financiera.

Ahora es el CEO de Íkualo, un neobanco pensado para inmigrantes que permite abrir una cuenta bancaria en siete minutos presentando únicamente el pasaporte, entre otras posibilidades. También ha despertado el interés del conocido empresario José Elías, propietario de la compañía de energía renovables Audax y de la cadena de alimentos congelados La Sirena, que ha invertido en la iniciativa.

Unos comienzos difíciles

La llegada a España de Correa desde Colombia no fue nada fácil. «Llegué con poco dinero y con muchas ilusiones, pero no pude encontrar trabajo rápidamente», relata. A medida que fueron pasando las semanas, y el dinero fue menguando, se vio obligado a comenzar a pasar la noche en albergues y, posteriormente, en los parques de Madrid.

A lo largo de esos primeros meses, trabajó en multitud de empleos, desde la construcción hasta la hostelería. «En todo ese tiempo no pude abrir una cuenta bancaria», indica. Esta experiencia con los bancos, sumado a su pasión por la programación y las finanzas, fueron el germen que le llevó a fundar un tiempo después Íkualo, el primer centro financiero para inmigrantes. «Siempre he estado ligado a la banca y la tecnología, pero también con ayudar a mejorar la vida de mi gente», añade.

Además, la sangre emprendedora siempre ha corrido por las venas del colombiano. «Fundé un medio de comunicación para inmigrantes en España, puse en marcha una plataforma de criptomonedas cuando aún no se hablaba de ellas, cree una aplicación de inteligencia artificial que luego acabé vendiendo», desgrana al recordar los distintos proyectos que ha puesto en marcha, si bien reconoce que no todos le han salido bien y que son más los fracasos que los éxitos.

Los inmigrantes, invisibles para los bancos

Una de las barreras con que se topó al instalarse en el país fue, precisamente, abrir una cuenta bancaria. No tardó mucho en darse cuenta que no era el único inmigrante de su entorno que se había encontrado con esta dificultad. «Para las entidades financieras somos invisibles», lamenta para después explicar que, aunque la ley permite abrir una cuenta solo con el pasaporte, los bancos «suelen cobrar un seguro de 400 euros y una mensualidad de 35 euros» que, para un inmigrante que acaba de llegar al país y cobra un salario bajo, «puede resultar difícil de pagar».

El CEO de Íkualo, Harold Correa. Foto: Íkualo.
El CEO de Íkualo, Harold Correa. Foto: Íkualo.

El principal obstáculo para los inmigrantes que tratan de contratar un producto financiero es «no tener papeles», pero también no estar empadronado, un trámite que a veces puede dificultarse considerablemente. Esta situación, incide, fomenta la economía sumergida, ya que las personas que se encuentran en este contexto «no tienen otra manera de ingresar el dinero». También supone un problema para gestionar las finanzas diarias: «Para pagar cualquier cosa, como una suscripción en Netflix o pedir un producto por Amazon es necesario tener una tarjeta bancaria».

A ojos de Correa, los motivos por los que las entidades financieras dan de lado a los inmigrantes están claros. Además del temor del blanqueo de capitales, al ser «generalistas y contar con un público tan grande», no tienen la necesidad de explorar un nicho de mercado como el de los inmigrantes que residen en Europa. «Por qué van a entrar en un sector que no conocen y no quieren», se pregunta.

Un neobanco pensado para inmigrantes

«Nosotros sí queremos a los inmigrantes, porque hemos vivido la exclusión», afirma y deja bien claro: «Somos el primer centro financiero para inmigrantes y lo decimos a la cara, recibimos a todos los que vengan con sus problemas, con todos sus aciertos y desaciertos». El lanzamiento del neobanco, hace tan solo unas semanas, se ha materializado por todo lo alto. «Estamos colapsados, 50.000 personas se quieren abrir una cuenta a la vez», destaca poniendo de relieve la desesperación de las personas que se encuentran en esta situación.

Entre las distintas posibilidades que ofrece se encuentra abrir una cuenta tan solo con el pasaporte. Próximamente, también será posible enviar dinero con tarjeta Visa Íkualo a cualquier país en menos de 30 segundos. «A los inmigrantes nos ayuda mucho no tener que esperar 24 o 48 horas a que le entreguen el dinero a nuestros familiares en su país, ya que lo necesitan de forma urgente», apunta. Asimismo, ofrecen hipotecas para comprar viviendas en los países de origen o la posibilidad de pagar los recibos de los suministros en otros países desde la aplicación en España.

«Somos el primer centro financiero para inmigrantes y lo decimos a la cara, recibimos a todos los que vengan con sus problemas, con todos sus aciertos y desaciertos»

Las tecnologías ocupan un papel esencial. «Al requerir solo el pasaporte, no disponemos de los datos de los potenciales clientes para hacer el scoring, la puntuación que se le da a una persona para concederle un crédito, por esa razón, utilizamos inteligencia artificial para extraer y analizar la información de distintas oficinas en el país de origen y determinar si autoriza el préstamo», concreta.

En cuanto a los clientes, desvela que cuentan principalmente con tres perfiles: inmigrantes que vienen a realizar trabajos de baja cualificación, como camareros o empleadas del hogar; jóvenes que aterrizan en España para cursar estudios; y pequeños empresarios latinoamericanos con éxito, que se aventuran a emigrar a raíz de las crisis políticas que están viviendo en su país. A pesar de que también cuentan con usuarios de Marruecos y otras nacionalidades, la mayor parte de los clientes proceden de países de Latinoamérica.

España es el país desde el que han iniciado su expansión por Europa, si bien en los próximos meses aspiran a lograr los 50.000 clientes y dar el pistoletazo de salida a sus operaciones en Reino Unido, Francia, Portugal, Italia, Alemania y Holanda. «Generalmente, cuando los latinoamericanos venimos a Europa, empezamos por España y luego vamos a otros sitios» reconoce para acabar zanjando: «Es un buen mercado para comenzar».

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