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El grupo Puig prevé superar este año los 4.000 millones de ventas y estudia salir a bolsa o dar entrada a un socio
Marc Puig considera que la clave para garantizar el éxito del grupo con la entrada de inversores es que la familia mantenga el control de la empresa
El grupo Puig, propietario de marcas de lujo como Paco Rabanne, Charlotte Tilbury, Carolina Herrera o Jean Paul Gaultier proyecta salir a bolsa pero sin que la familia renuncie al control del conglomerado español.
El grupo español, especializado en los sectores del perfume y el maquillaje, está presidido por Marc Puig y tiene un valor de 8.000 a 10.000 millones de euros.
Si sale a bolsa sería la mayor operación de este tipo en el sector desde que Ermenegildo Zegna tomó esta decisión en 2021, y que seguiría los pasos de competidores como LVMH, Kering, L’Oréal y Estée Lauder, cuyos fundadores han pasado a cotizar en el mercado de acciones.
Objetivo: 4.000 millones de euros en ventas
Marc Puig, tercera generación de la familia propietaria, ha dicho en una entrevista concedida al Financial Times que el grupo proyecta llegar a los 4.000 millones de euros en ventas este año, adelantándose a lo previsto en su plan original: llegar a los 4.500 millones de euros en 2025.
Según ha precisado Puig, la clave para salir a bolsa y no caer de la senda del éxito es que las familias fundadoras mantuvieran el control de la sociedad.
La protección de los inversores
En este sentido, ha considerado que las empresas familiares se enfrentaban a «trampas» que los inversores externos y el escrutinio externo podían ayudarles a evitar.
«Pueden surgir dificultades, especialmente en la transición entre generaciones: la búsqueda de liderazgo, una falta de comprensión, una pérdida de pasión», dijo el presidente del grupo. «Tener que rendir cuentas ante el mercado conlleva una disciplina y un rigor que garantiza que esos problemas no surjan», agregó.
Tener inversores externos también pueden servir como ‘el canario en la mina’: “A veces las empresas familiares pueden perder su posición en el mercado. Pueden empezar a morir lentamente y nadie dentro de la empresa se da cuenta”, añadió. «Si eres responsable [ante los inversores], esas cosas se pueden notar”, declaró.
Compras y deuda
Según Financial Times, la adquisición de diez marcas en los últimos 12 años llevó a la compañía a acumular una cantidad importante de deuda en el proceso.
Pero para Marc Puig esto no limitaba su poder comercial y dijo que obtener capital de inversores externos no era una condición previa para cerrar más acuerdos.
La deuda del grupo a finales del año pasado equivalía a 1,6 veces sus beneficios de 2022 antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, que ascendieron a 638 millones de euros.
Prudencia y flexibilidad
“Gestionamos el negocio con prudencia desde un punto de vista financiero, por lo que hoy hay menos flexibilidad que la que hubiéramos tenido hace uno o dos años. Pero todavía estamos analizando las cosas”, afirmó.
“En nuestro sector, cuando tienes marcas fuertes y saludables, como las nuestras, cuentas con un alto margen de ebitda, mucho efectivo y un gasto de capital relativamente pequeño», agregó.
Opciones futuras
Consultado sobre una posible oferta pública inicial, Puig destacó que la empresa estaba “aún en fase de reflexión” y que no se había tomado ninguna decisión.
“Una opción sería abrir el capital”, dijo, lo que podría significar la entrada de “un accionista de capital privado, un accionista a mucho más largo plazo, o el mismo mercado», describió. Y una cuarta posibilidad sería mantener el status quo.
El titular del grupo fundado en 1914 y con sede en Barcelona dijo que la empresa implementaría cualquier cambio “en los próximos años”, pero que no tenía prisa. Cuando se le preguntó si el proceso estaba relacionado con algún plan que pudiera tener para dimitir, dijo que no. “Todavía me considero bastante joven”, bromeó.