Los Grifols admiten tener un 20% de Scranton y genera aún mayor desconfianza en el mercado
La farmacéutica catalana intenta marcar distancia con la firma holandesa, pero los inversores piden más explicaciones
Grifols admite que la familia fundadora posee “menos del 20%” de Scranton y genera más desconfianza, tras el demoledor informe de Gotham. El presidente de la farmacéutica, Thomas Glanzmann, intenta poner distancia entre la firma inversora y el gigante de los hemoderivados, pero fracasa y no logra frenar la sangría en bolsa: los títulos de la empresa cayeron en un 16% este jueves.
Durante una conferencia con analistas convocada para intentar calmar los ánimos, Grifols dio alguna a pista sobre su relación con Scranton, que posee el 8% de sus acciones, después que Gotham la pusiera en el ojo del huracán al acusar a la multinacional de engordar sus resultados mediante transacciones cerradas con el holding. “Scranton no es un family office de la familia”, decía el primer ejecutivo del grupo catalán.
El también CEO explicó que Scranton es una empresa ubicada en Países Bajos que compuesta por 22 inversores. Tres de ellos pertenecen a la familia Grífols y controlan cerca de este 20% de la compañía. Glanzmann no ha dado nombres, aunque siempre se ha hablado del expresidente de la compañía, Víctor Grífols Roura, el hombre que impulsó el crecimiento internacional de la biofarmacéutica, y de su hermano, el actual director general corporativo del grupo, Raimon Grífols. También se han puesto sobre la mesa históricos directivos de la corporación, ajenos a la familia pero de su más alta confianza, como el consejero Tomás Dagá.
Scranton y la escasa información sobre sus accionista
De hecho, en la página web de Grifols figura la posición como accionistas de Scranton tanto de Raimon Grífols como de Dagá en sus perfiles como consejeros del grupo, aunque no especifica su participación en el holding. Más allá de esto, lo cierto es que todo lo que tiene que ver con Scranton está rodeado de cierto misterio y ni siquiera se puede contrastar de forma pública quienes son sus titulares, después que así lo decretara el Ministerio de Finanzas holandés remitiéndose a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Sobre la relación operativa entre ambas empresas, Grifols reiteró que «no existen vinculaciones» más allá del alquiler de la sede central del grupo en Sant Cugat del Vallés y de los contratos con BPC (Biotest US Corporation) y Haema, los dos proveedores de plasma propiedad de la firma inversora que Gotham ha puesto en su punto de mira.
Grifols compró ambas compañías en 2018, para posteriormente venderlas a Scranton por el mismo precio. La empresa fundada por Daniel Yu denuncia que, pese a no poseer ni una acción de estas empresas, la farmacéutica consolida sus resultados en sus cuentas, algo que infla sus resultados, según el fondo.
Sin embargo, el director financiero de Grifols, Alfredo Arroyo, defendió ante los analistas que incluyen los resultados de BPC y Haema porque retienen la gestión de ambas empresas, así como una opción de recomprarlas, algo acorde con las normas contables internacionales. Sobre la posibilidad de deshacer estas operaciones y recomprar estas filiales, la compañía se limitó a decir que “no entraba en sus planes”.
La acción vuelve a bajar
Nada de esto fue suficiente para recuperar el favor de los inversores, que hace tiempo que reclaman la profesionalización de la corporación. Las acciones de Grifols cerraron el pasado lunes en 14,20 euros, un precio que cayó en un 26% 24 horas más tarde, tras la publicación del informe de Gotham. La empresa especializada en la fabricación de medicamentos a base de plasma salvó los muebles el miércoles después de anunciar que tomaría medidas legales contra el fondo bajista, pero el furor duró menos de un día.
Este jueves la empresa ya se despertaba con una evolución irregular en bolsa. Llegado medio día y después de la conferencia, el grupo cayó prácticamente en picado, hasta cerrar la jornada en una bajada del 16%.
Tras pinchar ante los analistas, una de las pocas opciones que le queda a Grifols si quiere recuperar el favor de los mercados en los próximos días es esclarecer los vínculos con Scranton ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El regulador ha dado diez días a la empresa para aportar la información necesaria, y esta se ha mostrado colaboradora, asegurando que trasladará los documentos requeridos “cuanto antes”.
Quedará por ver qué acciones legales acaba emprendiendo la farmacéutica contra Gotham, aunque lo más probable es que se haga esperar mientras los equipos jurídicos del grupo analizan cada coma del documento de la empresa estadounidense.