Grifols prestó 5,6 millones de euros a su presidente de honor, Víctor Grífols Roura, en 2023
La farmacéutica amplió en 15 millones de euros el crédito concedido a Scranton para financiar la venta de las dos empresas asociadas que Gotham puso en el punto de mira
Grifols continuó moviendo dinero con la familia fundadora y sus empresas en 2023. La compañía catalana concedió un crédito de 5,6 millones de euros a Víctor Grífols Roura, el histórico presidente de la farmacéutica que dejó el consejo de administración en diciembre, pero permaneció vinculado al grupo como presidente de honor.
Según figura en sus cuentas consolidadas del año 2023, todavía por auditar, Grifols añadió una partida de 5,6 millones de euros en el saldo de “deudores” con “otras partes vinculadas”. La empresa aclara que era un importe pendiente de cobro de su expresidente a cierre de 31 de diciembre de 2023, pero que ya liquidó en enero de 2024 cuando ya no era consejero, aunque no específica su objetivo.
El directivo que catapultó Grifols
Víctor Grífols Roura fue uno de los directivos más importantes de la compañía especializada en la fabricación de medicamentos con plasma sanguíneo. Nieto del fundador, entró por primera vez en el consejo de administración de Grifols en 1987, cuando tomó el relevo a su padre, Víctor Grífols i Lucas, como CEO de la corporación. Desde el cargo, lideró la expansión internacional del grupo y fue el encargado de impulsar su salida a bolsa en 2006.
El empresario catalán dejó el cargo de consejero delegado en 2017, a los 67 años, y abandonó la presidencia ejecutiva en 2022, con 72 años. Con su salida, la farmacéutica inició su proceso de profesionalización y de separación entre la familia fundadora y la gestión.
Aunque ya no tiene poderes de decisión fácticos en la compañía, Víctor Grífols es uno de sus principales accionistas. El expresidente canaliza su tenencia a través del holding familiar Deria SA, el mayor accionista de Grifols con el 9,19% de los títulos, en el que también participan sus hermanos Raimon, Enric, Núria y Albert Grifols. Además, es uno de los 20 propietarios de Scranton, el holding holandés que Gotham City ha puesto en el punto de mira y que posee un 8% de las acciones de Grifols. Por último, aglutina un 0,2% de las acciones de la compañía a título personal, según figura en la CNMV.
El crédito con el empresario llega después que Gotham City Research pusiera en el ojo del huracán las operaciones vinculadas entre Grifols y Scranton. No es extraño que los grandes grupos cierren préstamos y muevan dinero entre sus filiales, pero, según el fondo bajista, la Ibex estaría maniobrando para engordar su ebitda y reducir su deuda a través de transacciones túnel con la sociedad patrimonial.
En este sentido, una de las operaciones sobre las que Gotham lanzó un dardo fue un préstamo de 86 millones de euros de cerrado entre la farmacéutica y la compañía neerlandesa. En 2018, Grifols compró BPC y Haema, dos compañías recolectoras de plasma sanguíneo, que seguidamente vendió a Scranton por el mismo precio, cerca de 500 millones, en una transacción que financió con dicho crédito. El fondo aseguró que esta deuda solamente figuraba en las cuentas del holding y no en las de la multinacional, una afirmación que rectificó en su informe sin darle publicidad por ser falso.
Amplía la deuda con Scranton
En el pasado ejercicio, también según las cuentas de la empresa, este crédito se amplió con 15 millones de euros adicionales, bajo las mismas condiciones que en el préstamo inicial, que vence en diciembre de este año. Anotado como créditos con «otras partes vinculadas», la deuda total de Scranton con Grifols alcanzaba el 31 de diciembre los 115,2 millones de euros.
Gotham centró el foco de las supuestas operaciones túnel de la compañía en BPC y Haema, básicamente, porque Grifols consolida sus resultados, pese a que no posee ni una acción. La multinacional con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) asegura que puede incluir los resultados de ambas empresas, según las Normas Internacionales de Contabilidad, porque tiene un derecho exclusivo de recompra y porque posee el control fáctico de ambas corporaciones proveedoras de plasma.
En las cuentas del año 2023, figura otra operación vinculada que incluye una de estas corporaciones. BPC pagó un dividendo de 266 millones de euros a Scranton, que se abonó «sin salida de caja compensando ‘otros activos financieros no corrientes’”. “Dicha distribución ha tenido un impacto contra las reservas de las participaciones no dominantes del grupo»”, argumenta la farmacéutica.
Grifols también reconoce en el informe anual un «activo financiero con partes vinculadas» que a cierre del año 2023 alcanzaba unos 101,2 millones de euros entre Scranton y BPC y Haema. Se trata de un acuerdo para compartir tesorería –cash-pooling, en inglés- entre estas tres empresas.
Este tipo de transacciones no agradan a los mercados y fueron, junto al hecho de que las cuentas no estuvieran auditadas, lo que le valió a la empresa otro varapalo en bolsa. Las acciones de Grifols se hundieron en un 35% en un solo día, quedándose en los 7,58 euros por acción, una cifra que no se veía desde 2012.