Grifols entierra el ‘modelo KPMG’ y fija un tiempo máximo a su futuro auditor
Grifols cambia por segunda vez este año el reglamento de su consejo de administración para limitar el periodo de auditoría, tras mantener a KPMG como auditor de sus cuentas durante 30 años.
Grifols ha establecido un periodo máximo de contratación de sus auditores tras mantener una estrecha relación durante más de treinta años con KPMG.
La multinacional farmacéutica, que lleva desde el pasado mes de enero tratando de reducir el impacto de las denuncias vertidas por Gotham City sobre su contabilidad, ha modificado, por segunda vez en lo que va de año, su reglamento del consejo de administración.
En la nueva redacción de dicho reglamento, Grifols ha incluido en el punto destinado a la relación con el auditor la decisión de establecer «un periodo máximo de contratación de los auditores (incluyendo cualesquiera prórrogas) procurando que éste sea inferior al plazo máximo legal establecido en cada momento con el fin de garantizar la independencia de los auditores».
En 2022 y en 2023 KPMG ha facturado cada año más de siete millones a Grifols por servicios de auditoría
Antes de que concluya el ejercicio en el que vaya a expirar el nombramiento del auditor, añade el grupo, «el Comité [de Auditoría] analizará su posible reelección o, en su caso, la puesta en marcha de un procedimiento de selección para el nombramiento de un nuevo auditor».
Grifols, que el lunes comunicó una posible opa sobre la compañía, explica que en la selección tendrá en cuenta criterios como los recursos y experiencia del auditor, que la sociedad de auditoría cuente con el personal y capacidades necesarias, o con los recursos técnicos pertinentes.
El artículo 40 de la Ley de Auditoría de Cuentas establece que el periodo máximo es de diez años, sin embargo, una vez finalizado ese periodo, el contrato puede prorrogarse durante un plazo adicional, hasta un máximo de 14 años; el socio firmante de la auditoría debe rotar cada cinco años, aunque la empresa auditora siga en el cargo.
A partir de este ejercicio está previsto que Deloitte auditará conjuntamente las cuentas de Grifols, y que después KPMG dejará de prestar servicios profesionales a la compañía.
Más de 83 millones
De acuerdo a los registros de la CNMV, las cuentas de Grifols han sido auditadas por KPMG desde al menos el año 2001. También aparecen en los mismos registros informes de auditoría de KPMG de la farmacéutica catalana de los años noventa del pasado siglo.
Durante las décadas que KPMG ha auditado a Grifols, la Big Four no ha anotado salvedad alguna en sus cuentas. Todo lo contrario que los informes de Gotham, que aseguran que el valor en Bolsa de la compañía española debería ser cero.
Durante este siglo, de acuerdo a los informes financieros anuales de Grifols, KPMG ha facturado a la compañía aproximadamente 83 millones de euros. En los ejercicios 2022 y 2023, la consultora facturó a la compañía catalana más de siete millones en total por los servicios prestados.
Como ha publicado este periódico, Tomás Dagá, abogado de la compañía y miembro del consejo de administración desde el año 2000, ha tenido vinculaciones con KPMG.
Dagá es socio y fundador del despacho Osborne Clarke en España y previamente trabajó en el departamento fiscal y societario «de Peat Marwick Mitchell & Co. en Barcelona», antigua denominación de KPMG. En 2007 el Borme publicó un anuncio de extinción de liquidación de KPMG en Barcelona en el que se mencionaba a Tomás Dagá como accionista de la consultora.
Grifols cerró el lunes en Bolsa a un precio por acción de 9,86 euros, tras subir un 9,86% por el anuncio del análisis de una opa sobre el grupo por parte de la familia fundadora y el fondo Brookfield.