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Grifols, presa de la inestabilidad a la espera de la CNMV y ante el temor de otro informe de Gotham
La farmacéutica ha perdido un 47% de su valor en Bolsa desde primer ataque de Gotham City Research
Fondos oportunistas, bajistas, firmas de rating… Grifols sigue presa de la inestabilidad en Bolsa. La farmacéutica catalana no consigue mantener una cotización superior a los 8 euros por acción, mientras espera que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publique un informe que ayude a limpiar su imagen y sigue temiendo otro ataque de Gotham City Research.
La multinacional de los hemoderivados cierra otra caótica semana en el mercado de valores que se une a la montaña rusa que lleva viviendo desde el inicio de la polémica por las acusaciones lanzadas por la firma estadounidense. En poco más de siete días, la catalana ha visto como dos grandes fondos entraban en su capital, con el principal objetivo de prestar sus acciones a fondos bajitas para sacarle un beneficio económico, mientras las agencias de rating añadían leña al fuego.
Los registros de la CNMC mostraban el lunes como JPMorgan había aflorado una participación del 5,1%. De toda esta tenencia, un 3,63% procede de instrumentos financieros, en gran parte prestados a terceros. El jueves, su porcentaje de acciones de Grifols ya se había reducido hasta un 3,6%, manteniendo buena parte de estos derivados. Jefferies Financial Group, uno de los brókeres más agresivos de Estados Unidos, también se hizo con un 3,013% de la empresa, mediante instrumentos financieros calificados como derecho a recuperar las acciones, es decir, destinadas a préstamos.
Préstamos de acciones
Los datos del regulador aclaraban que grandes fondos como BlackRock, Capital Research and Management Company y Jefferies habían prestado más 21,3 millones de títulos de Grifols, probablemente a los bajistas que sacan tajada a sus vaivenes en Bolsa. Concretamente, el fondo Qube elevó su posición bajista hasta un 1,51%, a la vez que Millenium la redujo hasta un 0,52% y Marshall Wace creció hasta un 0,61%.
A todos estos juegos en su accionariado, se le suma el hecho que Fitch y S&P rebajaron la nota crediticia de Grifols por los riegos de refinanciación de su deuda y la baja generación de caja libre, ahondando en la crisis bursátil.
Con estos movimientos, las acciones de la empresa cerraron el pasado viernes en un precio de 7,53 euros, lo que supone un crecimiento del 4,5% respecto al cierre del jueves, cuando sus títulos volvieron a hundirse tras las modificaciones en sus calificaciones de rating. Aun así, Grifols continúa cotizando a un precio 13% más bajo que a cierre de la semana anterior. Si se compara con el inicio de toda la tormenta, la capitalización bursátil de la multinacional es un 47% más baja que antes de la publicación del informe de Gotham.
Ante tal crisis, la principal esperanza de la empresa es que la CNMV se pronuncie a su favor. El regulador bursátil lleva desde finales de enero analizando la documentación trasladada por Grifols para esclarecer las acusaciones de Gorham y su relación con Scranton. El organismo ya avisó que iba a ser un proceso largo, y así lo ha repetido su presidente, Rodrigo Buenaventura, en varias ocasiones desde entonces, pero como más tiempo tarde más sufrirá la cotización de la farmacéutica.
Un primer espaldarazo
El regulador ya apuntó a que la catalana había actuado siguiendo las normas contables, mientras que afirmó que también evaluaría si la firma bajista había abusado del mercado para sacar un beneficio particular. De mantener esta postura, podría servir para calmar a los inversores y para que Grifols recuperara su confianza, pero si, finalmente, el regulador considera que Gotham no va mal encaminada, Grifols podría enfrentarse a una verdadera hecatombe.
Mientras, se respira una calma tensa por si Gotham decide publicar otro informe. A principios de mes, el fondo de Daniel Yu lanzó un tercer documento en el que acusa a Grifols de prestar dinero a Scranton mediante operaciones con cerradas con Haema y BPC Plasma. Ese informe se titula Como se convierte un pago adelantado en un préstamo. Parte 1 (Haema AG), por lo que en cualquier momento podría soltar una Parte 2, como ya ha hecho con otras de sus víctimas.
Dos meses de idas y venidas
Tras el golpe causado por la primera publicación de Gotham, en la que acusa a Grifols de maquillar sus cuentas, parecía que la tormenta se había calmado y Grifols llegó a recuperar en febrero un 47% del valor que perdió a lo largo del mes de enero. Sin embargo, la presentación de resultados y una concatenación de errores hundió todavía más la cotización y dejo a la empresa en mínimos.
En primer lugar, la compañía presentó unas cuentas sin auditar, con unos resultados que también decepcionaron a los mercados. Una jornada ya de por sí caótica, la empresa acabó por hundirse después que un error comunicativo durante la conferencia con analistas llevara a pensar a los inversores que la empresa no generaría caja en 2024. Al día siguiente la compañía solventó esta duda y reafirmo que la venta de Shanghái Raas, una operación destinada íntegramente a reducir deuda, avanzaba con buen pie, consiguiendo impulsar su valor en bolsa.
No obstante, fue una corta alegría. La semana siguiente, Moody’s avisó que había colocado en revisión para rebajar la calificación de Grifols por una generación de flujo de caja libre más débil en 2023-2024 y por las dudas en el gobierno corporativo, especialmente las que tienen que ver con la gestión de riesgos por parte de la multinacional de hemoderivados, así como la «complejidad organizativa». Además, Gotham City soltó otro informe, formando un tándem que llevó a la empresa a cotizar en mínimos por debajo de los 7 euros por título.
Al día siguiente, Grifols cumplió con la promesa a los analistas y presentó una auditoria firmada por KPMG sin salvedades, consiguiendo remontar su valor en bolsa. La farmacéutica que dirige Thomas Glanzmann llegaba así a esta semana pasada, donde ha sido presa de esta volatilidad.