El Gobierno acumula un retraso de 5 años para pagar la inversión en redes a Iberdrola, Endesa y Naturgy
Las redes de distribución serán esenciales para el desarrollo renovable, por eso las compañías necesitan certidumbre regulatoria
Las compañías dedicadas a la distribución eléctrica necesitarán invertir importantes cantidades de dinero la próxima década. Las redes deben ser capaces de anticipar la demanda para impulsar la electrificación. Sin embargo, Iberdrola, Endesa y Naturgy no están siendo liquidadas en tiempo por su inversión realizada.
Por su condición de monopolio, las redes de distribución están en pocas manos y se sufragan a través de un marco retributivo con dinero público que ejecuta el Gobierno. En paralelo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es la encargada de aprobar las resoluciones de retribución. Ambas cosas no están sucediendo.
«El devengo y el cobro de la retribución generado por instalaciones distribución puestas en servicio el año ‘n’ se iniciará desde el 1 de enero del año n+2». Esto significa que Iberdrola, Endesa y Naturgy deberían cobrar por sus inversiones dos años después de haberlas hecho.
Para las empresas ya supone un problema esta situación puesto que están adelantando una inversión para adaptar las redes sin saber cómo será finalmente el marco retributivo.
Todo esto va un paso más allá, y ese ‘n+2’ se convierte en casi un ‘n+5’, según confirman diversas fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL. El regulador va con retraso a la hora de aprobar las resoluciones anuales, y eso hace que el Gobierno no ejecute los pagos.
La retribución de 2020, sobre las inversiones que se hicieron en 2018, tiene la resolución todavía en elaboración. De aprobarse este año, por tanto, habría un decalaje de cinco años. Esta situación no significa que los pagos no se estén haciendo. A las empresas se les va liquidando a cuenta en base a la última aprobada, y luego ajustan con la resolución anual.
Un problema ante el ‘boom’ renovable
El gran problema de esta situación es que el retraso genera una incertidumbre al mercado y las empresas que no es bueno para el sector. Iberdrola, Endesa y Naturgy, en estos momentos saben que tiene un tope de inversión, y que necesitarían libertad para invertir más, pero no conocen cuál será el marco retributivo.
Voces del sector estiman que debería existir un reconocimiento de las inversiones de manera ágil. Sobre todo, porque la explosión renovable se espera para 2025, y para entonces habría que tener realizado el diseño de los proyectos de infraestructura de red.
El retraso en la elaboración de las circulares, el reconocimiento de la inversión y su pago, lo único que provoca es una ralentización en la ejecución de los planes.
¿Se puede desatascar la situación?
Otro problema para las empresas es que todo entra en el orden administrativo correcto. No existe margen para la reclamación. Lo único que pueden impugnar Iberdrola, Endesa y Naturgy son las resoluciones en caso de que no se reconozcan las inversiones.
Lo que sucede es que si todavía no existen dichas resoluciones, debido a ese retraso que acumula el regulador, no se puede reclamar nada.
Las tres grandes distribuidoras deben acometer las inversiones, en planes que tardan varios años en ejecutarse, sin saber si finalmente se les liquidará todo lo invertido. Pero el contexto ha cambiado, la traída descarbonización requiere, precisamente, se una fuerte electrificación. Algo que solo puede darse con unas redes que soporten el ‘boom’ renovable.
Un tope cuestionable
El gran problema de las redes, no obstante, siguen siendo el tope a la inversión que tan poco agrada a las empresas. Iberdrola, Endesa y Naturgy, como principales compañías en el segmento de la distribución, no pueden invertir de manera conjunta más del 0,13% del PIB anual en redes. Esto, por ejemplo en 2022, dejó esa cifra en 1.750 millones de euros. El sector en su conjunto cree que ese límite debe ser revisado.
Distintas fuentes del sector consultadas por ECONOMÍA DIGITAL aseguran que el apetito inversor de las empresas de distribución se elevaría por encima de los 3.000 millones de euros.
En este contexto, Iberdrola, Endesa y Naturgy estarían dispuestas a invertir más de 1.700 M€ adicionales a los que ya invierten para mejorar y reforzar sus redes.