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El Gobierno rechaza la opa de Magyar Vagon sobre Talgo por razones de seguridad nacional
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspende la cotización del fabricante español de trenes
El Gobierno se ha decantado por rechazar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Ganz Mavag (Magyar Vagon) sobre Talgo alegando razones de seguridad nacional e intereses estratégicos. Así lo ha decidido la Junta de inversiones extranjeras del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, que ha denegado la operación presentada por el consocio para quedarse con la totalidad del fabricante de trenes español por 617 millones de euros.
«Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España», ha subrayado el Gobierno en una nota de prensa, en la que también ha recalcado que la autorización de la operación pondría en riesgo la garantía de la seguridad y el orden público, por lo que, además, ha declarado la información contenida en el expediente como «clasificada».
Cabe recordar que la Junta de inversiones extranjeras, que tiene como principal función la evaluación de las operaciones de adquisición de empresas españolas y tenía de plazo hasta noviembre para tomar una decisión, nació a raíz de una ley aprobada en el marco de la pandemia para evitar que la caída en bolsa de las empresas fuese aprovechada por firmas extranjeras para tomar el control de compañías del país.
Ante este escenario, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha decidido suspender de forma cautelar la cotización de la compañía en Bolsa «mientras es difundida una información relevante» sobre la misma. Tras dar el pistoletazo de salida a la jornada a un precio de 4,30 euros, las acciones de Talgo comenzaron a desplomarse conforme aparecían informaciones sobre el rechazo gubernamental a la operación.
Talgo, «estratégica» para España
Los motivos esgrimidos por la junta de inversiones extranjeras siguen la estela del reguero de mensajes lanzados en los últimos meses por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, quien dejó bien claro que el Gobierno tomaría todas las acciones necesarias para frenar la operación al sospechar que podría haber inversores rusos tras el grupo húngaro y por sus vínculos con la extrema derecha.
Una postura con la que coincidió el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, quien recalcó que se trata de una empresa «estratégica» para España, tanto por sus capacidades tecnológicas como por las soluciones que ofrece para el cambio de ancho de vía entre el que tiene el país y el continente europeo.
El Ejecutivo también expresó su preocupación acerca de si las fábricas del consorcio húngaro disponían de la capacidad suficiente para resolver todos los problemas de producción que tiene Talgo. Por esa razón, algunos representantes del ministerio que lidera Puente se desplazaron hasta las instalaciones con el objetivo de tomar una decisión.
Posibles injerencias rusas
Un dato a tener en cuenta es que casi la mitad del capital del consorcio húngaro que pretendía comprar Talgo está controlado por Corvinus, un fondo estatal húngaro. El país, gobernado por Viktor Orbán, recientemente ha entrado en conflicto con Unión Europea por su acercamiento unilateral a Rusia y su oposición a aceptar cuotas de refugiados.
El alto ejecutivo de Magyar Vagon, András Tombor, quien asesoró al Gobierno encabezado por Orbán como primer ministro entre 1998 y 2002, ha descartado influencias rusas o políticas en la operación en numerosas ocasiones.
«No tenemos nada que ver con los rusos, antes teníamos una cooperación industrial con inversores, pero terminó con la guerra de Ucrania», afirmó para después puntualizar: «Hay un proyecto en Egipto que ganamos con esa cooperación y que tenemos que acabar por imperativo contractual, que terminaremos en el primer trimestre del año que viene».
Alternativas a la OPA
Puente se mostró convencido que existen «posibilidades» y «opciones» alternativas a la OPA. Bajo el propósito de obtener el beneplácito gubernamental a la operación, el consorcio húngaro había abierto la puerta a la entrada de un socio español al capital, si bien remarcó que siempre mantendría una participación mínima del 51%
Si bien posibles socios como Criteria Caixa o Escribano evitaron revelar su disposición a entrar en el capital, CAF descartó su interés hace algunos años al orientar su estrategia hacia la movilidad urbana sostenible de trenes de cercanías o autobuses eléctricos. El fabricante de trenes español también recibió una propuesta por parte de la checa Skoda, que le planteó una «combinación industrial» entre ambas, pero la acabó rechazando.