Galán no teme a Trump: por qué Iberdrola tiene asegurado su negocio en EEUU
El 80% del negocio del grupo en el país está en las redes, activos regulados por cada Estado e independientes de la Administración central
Donald Trump vuelve a la presidencia de los Estados Unidos y los mercados tiemblan. La noticia ha hecho caer con fuerza a las principales compañías del sector energético en la Bolsa española, siendo Iberdrola una de las principales perjudicadas con una caída del 4,2%.
Pese al primer embiste, Ignacio Sánchez Galán no teme grandes vaivenes para su negocio en el país norteamericano aunque haya cambios en la política energética.
La fuerte apuesta de Iberdrola por las redes eléctricas, la estabilidad que ha mantenido en el país bajo diferentes administraciones políticas (incluida la primera de Trump) y la dificultad para acabar con la legislación actual en materia de renovables hacen al grupo mantener la confianza.
Estados Unidos es uno de los grandes mercados por los que Iberdrola lleva expandiéndose los últimos años y donde mayores inversiones tiene proyectadas para el el próximo lustro.
A través de su filial Avangrid, a punto de cerrarse su fusión con la matriz, tiene comprometidas inversiones por unos 30.000 millones de euros hasta 2030 en el país. Es por ello que cualquier cambio relevante en al otro lado del charco puede afectar de diferentes maneras a su negocio.
La derogación de la Ley de Reducción de la Inflación
En el marco de su particular guerra cultural y de cambio de modelo industrial para el país, Trump ha mantenido una postura clara: dar prioridad a los combustibles fósiles y al fracking y disminuir los incentivos a las energías renovables.
Iberdrola y muchas otras empresas se han estado beneficiando en los últimos años de la famosa Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) que incentivaba la inversión en renovables dentro del país.
De hecho, en su último informe financiero la energética española explica algunas de las medidas pendientes que se tienen que tomar en referencia a dicha ley. Así, entre la última parte del año y el primer trimestre de 2025, el Departamento del Tesoro tiene previsto publicar directrices sobre la aplicación de la IRA para determinadas áreas.
Medidas que incluyen impuestos sobre producción de hidrógeno, ITCs (Investment Tax Credits) para los cables submarinos y para las subestaciones de eólica terrestre, y los créditos fiscales de bonificación para “comunidades energéticas» y “contenido nacional”
Pero ahora, el líder republicano ha prometido rescindir los fondos no gastados en esta ley, así como un recorte significativo en los subsidios e incentivos fiscales a las energías limpias. Sin embargo, la estrategia del republicano se enfrenta a una compleja realidad.
Fuentes del sector explican a Economía Digital que es «poco probable» que la ley IRA acabe derogándose por completo, ya que gran parte de los proyectos beneficiados están ubicados en estados republicanos. Una decisión que chocaría con miembros y votantes de su propio partido.
En esta línea, algunos de los representantes del partido han manifestado su posición contraria a las medidas que plantea Trump. A través de una carta, 18 miembros republicanos del Congreso pidieron al que será el nuevo presidente de EEUU que no derogue la ley.
El 80% del negocio de Iberdrola en EEUU está en las redes
Más allá de cómo afectará a los proyectos de energía renovable que tiene Iberdrola en territorio estadounidense, la victoria de Donald Trump no puede interferir en su principal fuente de ingresos: las redes de distribución y transporte de la electricidad.
Las compañías invierten en el despliegue y mantenimiento de estos activos en los territorios y reciben una retribución económica acordada con las administraciones, que pagan los ciudadanos a través de las facturas de la luz.
En torno al 80% del negocio de Avangrid, empresa con la que opera en el país, está en las redes, mientras que el resto son proyectos en renovables con apoyo asegurado, según fuentes del sector consultadas por este medio.
Las redes son un activo regulado por los Estados y cada uno decide su propia regulación independientemente de la Administración Federal. Esto se traduce en que, aunque quisiera, Trump no podría intervenir en este negocio.
Con todo ello, el presidente de Iberdrola ya explicó ante los analistas en la última presentación de resultados la visión de la compañía para Estados Unidos:
«Hemos trabajado bajo diferentes administraciones: con Obama, con Biden y también con Trump. Tenemos que ser conscientes de que el negocio principal son las redes y están reguladas por el Estado«, aseguró Galán.
La compañía ya dispone de marcos tarifarios asegurados para los años 2025-2026 respecto a transporte y transmisión, y trabaja en algunas inversiones en transporte para la segunda parte de la década, especialmente en Nueva York y en Nueva Inglaterra.
«No importa cual sea el escenario resultante. Respetamos lo que voten los norteamericanos y estaremos contentos con cualquier administración», destacó el máximo dirigente de Iberdrola.
En cualquier caso, la energética ha crecido e invertido en el país indistintamente del color del partido y del perfil político que ha gobernado. Sus planes de inversión colocan a Estados Unidos como su principal mercado en este aspecto hasta 2030, con un desembolso de 30.000 millones que esperan ejecutar en cualquier escenario.