El PNV fracasa de nuevo en su asalto a las altas esferas bancarias
El Partido Nacionalista Vasco anhelaba una unión entre entidades de la comunidad autónoma
Los planes de un nuevo matrimonio entre BBVA y Sabadell han dejado compuesto y sin novio al PNV en el nuevo puzzle bancario español. Y es que, Kutxabank había sonado con fuerza durante estos últimos meses para acometer una nueva fusión con alguna de las dos entidades anteriormente mencionadas, pero de momento deberá esperar.
Recordemos que Kutxabank es el grupo que aglutina a las antiguas cajas vascas y es una de las entidades con mayor ratio de solvencia en Europa. A pesar de que Gregorio Villalbeitia es el presidente de la entidad, tras una abrupta salida de Mario Fernández en la antigua crisis financiera, el PNV es quien verdaderamente mueve los hilos en el banco vasco.
Una vez que pasó la tormenta de la crisis financiera que derivó en la caída de las cajas de ahorro en España, Kutxabank se convirtió en una macedonia de estas entidades de Euskadi donde, precisamente, el PNV tenía el poder accionarial de la gran mayoría.
Una entidad gigante vasca
Para poder controlar la nueva entidad, el PNV decidió crear tres fundaciones diferentes. La fundación vizcaína BBK -heredera de la caja de igual nombre- es la primera accionista del grupo, con el 57% de los títulos. La organización está dirigida por Xabier Sagredo, que ocupó el cargo de tesorero en la formación nacionalista y hombre de confianza del presidente del partido político, Andoni Ortuzar.
Son precisamente el actual máximo dirigente del PNV e Íñigo Urkullu los que más han tirado del carro para intentar una fusión entre bancos vascos. La razón parecía evidente: asegurarse un gigante del sector con sede en Bilbao y, de paso, tejer un gigante que hubiera pisado los talones a Caixabank y Banco Santander. Pero, los movimientos finalmente fueron por otros derroteros y el Partido Nacionalista Vasco deberá esperar.
De hecho, el pasado mes de octubre PNV y Bildu aseguraron en el parlamento vasco que Kutxabank «debe seguir siendo una institución vasca» y no aceptar que se convierta en un «Euskaltel dos». Es decir, no quieren que pierda la identidad del País Vasco, tal y como ha podido pasar con otras empresas.
El PNV también quiso acercar a BBVA
Pero estos no han sido los únicos movimientos del PNV para recuperar la identidad vasca pérdida de BBVA tras la fusión con Argentaria. Fueron varios medios de comunicación los que explicaron cómo los políticos vascos se movieron entre bambalinas para intentar fusionarlo, a cambio de acuerdos en el Congreso, con Bankia, que hasta la fecha lo controlaba el Estado con un 67%.
Con este movimiento, el partido político deseaba un régimen similar al de Iberdrola. Es decir, tener una cotizada con sede en Bilbao y que celebrase juntas de accionistas en la capital del País Vasco.
La idea de ‘repatriar’ al BBVA al País Vasco también contaba con el estimable apoyo del famoso ‘clan Neguri’, liderado por la alta burguesía vasca con Emilio Ybarra, presidente del antiguo BBV, a la cabeza y que fue desterrado por Francisco González.
Kutxabank se mantiene firme
Fuentes del sector narran que la entidad vasca, resultante de las tres cajas vascas, prefiere guardar ahora la calma y no entrar en planes de fusiones “apresurados”. “Las negociaciones preliminares ya se dieron y no llegaron a un buen puerto y, su buena posición financiera provoca que no tenga prisa en realizar ningún movimiento”, señalan.
Los últimos resultados de Kutxabank registraron un beneficio neto de 159 millones de euros, un 40% menos, en los primeros nueve meses de 2020 a consecuencia de la pandemia.
A su vez, la empresa explicó en dichos resultados que la «situación de partida robusta» para afrontar los efectos de la crisis, «con sólida posición de solvencia, elevado nivel en la calidad de activos y la confianza de los mercados».