Fomento envía a sus hombres de negro a las autopistas de Abertis
El Gobierno y Abertis ya negocian la devolución de las autopistas de Aumar mientras técnicos de Fomento auditan el estado de la concesión
El 31 de diciembre termina la concesión de dos autopistas de Aumar, una de las filiales de Abertis, y pese a que las partes aseguran que no hay una comunicación expresa acerca del fin del peaje, el Ministerio de Fomento ya trabaja en la reversión de la concesión y negocia con la compañía. José Luis Ábalos ha mandado ya a sus hombres de negro a auditar las autopistas.
Aumar es una concesionaria que gestiona tres tramos de autopistas: dos de la AP-7, entre Tarragona y Alicante, y uno de la AP-4, entre Sevilla y Cádiz. Según explicaron fuentes de la plantilla, y confirmaron desde Abertis, técnicos vinculados a Fomento están inspeccionando desde hace unos meses todas la infraestructura para comprobar el estado de la vía y de todo su equipamiento, desde farolas a vallas pasando, naturalmente, por el asfaltado.
Son empleados de la empresa Seitt, de titularidad cien por cien pública y adscrita al ministerio que dirige Ábalos. Su cometido es asegurarse de que, cuando el uno de enero, la infraestructuras vuelva a gestión pública, esté en buen estado. Es como un casero que, cuando le van a devolver el piso que le habían alquilado, comprueba que está en buen estado.
El Gobierno no tiene un modelo de peajes, por lo que el mantenimiento de las autopistas de Aumar se pagará con dinero público
Explican las fuentes consultadas que se trata de un proceso habitual cuando termina una concesión. Sin embargo, sorprende por el hecho de que Fomento, a nivel político, no ha comunicado directamente a Abertis el fin de la concesión. A nivel técnico, por lo que parece, sí lo tienen claro y, además, la comunicación entre empresa y administración es constante.
El Gobierno no tiene un modelo de pago y gestión de las autopistas. Tenía previsto a finales de 2018 abrir una subcomisión del Congreso para estudiarlo pero el fin de la legislatura y la disolución de las Cortes, terminó con esa idea incluso antes de que se llevara a cabo. Lo que sí tiene claro, y así lo manifestó Ábalos, es el fin de los peajes en las vías cuya concesión vaya venciendo durante la legislatura.
El no a los peajes pero sin otro modelo alternativo implica que las vías pasarán a manos públicas con un contrato de mantenimiento y su coste irá a cargo de los presupuestos públicos. Abertis, y las empresas que se quieran presentar al concurso para ocuparse del mantenimiento de los tramos de la AP-7 y AP-4 de los que todavía se ocupa Aumar, están esperando el pliego de condiciones, pero no llega. Inicialmente debía ser en julio, pero ahora parece más probable en septiembre.
Abertis negocia con el ministerio y hará un nuevo peaje
Mientras redacta las condiciones, el ministerio negocia con Abertis el número de trabajadores que puede subrogar. En el pliego se prevé que los empleados de Aumar que realizan tareas que seguirán vigentes, las relativas al mantenimiento, conserven su puesto de trabajo con la empresa que se ocupe del servicio.
Ambas partes están hablando de cuántos puestos podrían salvarse, y cuáles. Fuentes de CCOO hablan de entre el 30% y el 40% de la plantilla de Aumar, formada por unas 300 personas. No obstante, hay entre 600 y 700 trabajadores de empresas subcontratadas que también dependen de la concesión, y su situación está más en el aire. El ERE se da por hecho pese a que todavía no se ha puesto sobre la mesa.
La empresa controlada por Atlantia, ACS y Hochtief y dirigida por José Aljaro también ha empezado a actuar ante la pérdida de la concesión el 1 de enero de 2020. Ha iniciado los trabajos para poner un peaje nuevo en la provincia de Tarragona, a la altura de Cambrils aproximadamente, donde termina la concesión de Aumar y empieza la de Acesa. Se trata, de momento, de movimientos de tierras previos a las obras de construcción.
El objetivo de dicho peaje es cobrar a los conductores que salen del tramo gestionado por Acesa y llegan al tramo que será gratuito desde enero. Es una inversión poco rentable para Abertis —propietario también de Acesa— pues esta concesión, la más importante de la compañía en España, termina a mediados de 2021 y, si no cambia mucho el panorama político, lo que parece es que tampoco se va a renovar. Por tanto, se trata de una infraestructura con una vida prevista de año y medio.
Las joyas de la corona de Abertis en España
La batalla del Gobierno, del actual y de los anteriores, del PP, contra los peajes ha tomado a Abertis como la gran damnificada. Sí que es cierto que la primera concesión recuperada, correspondiente a la AP-1, era de Itínere, pero el rey español de los peajes puede perder sus dos principales empresas en el país en año y medio. Tras la francesa Sanef, Acesa y Aumar son las concesionarias que más beneficios aportan a Abertis.
Aumar ganó 165 millones de euros en 2018, mientras que Acesa se apuntó unas ganancias de casi 308 millones. Esta concesionaria gestiona 479 kilómetros de autopistas en tres tramos: dos de la AP-7, uno en Girona hasta la frontera con Francia y otro entre las provincias de Barcelona y Tarragona, y el tramo de la AP-2 de Zaragoza a Tarragona.