Foment critica la intervención en Celsa y recela de la presencia de Deutsche Bank entre los fondos
El vicepresidente coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos de Foment del Treball ha cuestionado que la decisión sobre el futuro de la siderúrgica esté en manos de un solo juez
El vicepresidente de Foment del Treball y coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos, Jordi Alberich, ha cuestionado cómo se ha procedido con la intervención en la compañía siderúrgica Celsa, planteándose si otros países habrían permitido que bancas extranjeras como Deutsche Bank se encuentren entre los «fondos oportunistas» que decidirán el futuro de la empresa.
Durante un coloquio organizado por el Consejo General de Economistas sobre el papel del Estado en cuanto al control de las inversiones extranjeras en sectores estratégicos, el representante empresarial ha pedido mayor «finura» por parte de las Administraciones Públicas en la política industrial, poniendo el caso de la siderúrgica como caso paradigmático.
«Se me hace inimaginable que en un país como Alemania, en la primera industria de una comunidad, sea un juez único el que determine el futuro de esta industria«, ha alegado el líder del ‘think tank’ de la patronal catalana.
Falta de «saber hacer» en el caso Celsa
Igualmente, Alberich ha lamentado el papel de los «fondos oportunistas» en el futuro de la compañía, ya que no van a ser capaces de dotar a la empresa de un plan estratégico a medio y largo plazo que garantice su sostenibilidad. «Aún me resulta más extraño que dentro del grupo de acreedores y fondos oportunistas esté una filial de Deutsche Bank. No me entra en la cabeza que en un Land con una importante industria alemana entrara una filial del Santander o del BBVA y actuara de esta manera, en contra de la voluntad del Gobierno regional o federal», ha ejemplificado.
El vicepresidente de Foment ha criticado la falta de «saber hacer» en las autoridades públicas, que han «tutelado» esa compañía sin saber reaccionar a tiempo para asegurar el futuro de la siderúrgica. En este sentido, ha insistido en que otros países con «mayor tradición en política industrial» una compañía de este carácter estratégico «acabe controlada por los fondos oportunistas». En cualquier caso, esta declaración no ha ido dirigida únicamente al gobierno español, con la capacidad de legislar, sino también a la Generalitat, por su carácter más cercano.
«¿Cómo puede acabar? No lo sé. Lo razonable es que acabe en manos de terceros, en todo en parte. Lo cual es preocupante porque se pierde un centro de decisión importante», ha indicado.