Florentino Pérez se agarra a la silla para desespero de su delfín
El presidente de ACS seguirá al menos un año más en el cargo pese a sus 72 años y que Marcelino Fernández Verdes espera su turno desde hace seis años
Florentino Pérez es el único presidente que ha visto ACS, uno de los gigantes españoles de la obra pública, en sus 23 años de vida. Pese a ello, a estar a punto de cumplir 73 años y haber designado ya a un sucesor, este empresario madrileño no ve el momento de retirarse de la primera línea empresarial y ha decidido seguir, al menos, un año más. Mientras tanto, su delfín, Marcelino Fernández Verdes, que tampoco es ninguna joven promesa (65 años), se sube por las paredes.
El presidente más antiguo del IBEX ha decidido que el momento que prometió hace al menos un lustro a los suyos, y a Fernández Verdes, no ha llegado todavía. La palabra jubilación no aparece en el diccionario de Florentino Pérez, que en 1993 ya accedió a la presidencia de OCP Construcciones, que en 1997 dio lugar a ACS, y que preside también el Real Madrid desde el año 2000, aunque con una pausa de tres años.
Los que conocen a Florentino Pérez le definen como un adicto al trabajo, incansable y perfeccionista, pero también intervencionista. El saber delegar no se encuentra entre sus mayores virtudes. Por ello, pese a no ser ya consejero delegado de la constructora, su puesto como presidente sigue siendo ejecutivo, y lo ejerce, aunque también dedica mucho tiempo al club de sus amores. Desde la muerte de su esposa, en 2012, no soporta estar desocupado.
Marcelino Fernández Verdes y Florentino Pérez en la última junta de ACS. EFE
El gran damnificado de la adicción de Florentino Pérez a no parar es Marcelino Fernández Verdes, aunque tiene una parte muy positiva para él, la económica. Hace seis años que el primero señaló públicamente al segundo como su sucesor, y desde entonces espera el acceso al trono. Pérez llegó a él con 45 años; Fernández Verdes tiene ya 20 más.
El consejero delegado de ACS se ocupa del día a día del grupo pero tiene siempre encima a su valedor, que le marca la línea a seguir y aplaca sus impulsos a veces excesivos. Le usa para todo pero no le deja ser el que manda, porque gran jefe solo hay uno, y Fernández Verdes empieza a desesperarse. Eso sí, se lo compensa bien, muy bien: es el ejecutivo mejor pagado del IBEX.
Bajo la tutela de Florentino Pérez, Fernández Verdes es el hombre orquesta. Además de llevar el día a día en ACS, también preside las grandes filiales, como la alemana Hochtief y la australiana Cimic, que ha sufrido algún contratiempo. De hecho, sumando su sueldo en las tres compañías, se embolsó en 2018 más de 20 millones de euros de remuneración.
Bajo la tutela de Florentino Pérez, Marcelino Fernández Verdes es el hombre orquesta, el que ejecuta en ACS, Hochtief, Cimic y Abertis
A estos puestos acumula, desde 2018, la presidencia de Abertis. Aunque el cargo no es ejecutivo, sí que ha tenido un papel activo en el gigante español de las autopistas. Ya desde antes de la compra. Florentino acudió a la llamada de Moncloa cuando el gobierno de Mariano Rajoy buscaba una oferta española por Abertis que evitase que cayera en manos 100% italianas. Pérez decidió y Fernández ejecutó: fue la alemana Hochtief, presidida por este último, la que presentó la contraopa.
Finalmente, Hochtief pactó con Atlantia la compra conjunta, pero el matrimonio —en forma de trío— entre la italiana Atlantia y la española ACS, con la alemana Hochtief incluida en el trato, era de conveniencia y el amor no llegaba, ni llega. Lo que eso significa es que el encaje de las empresas y sus culturas en Abertis fue complicado. Florentino designó a su mano derecha como presidente de la concesionaria y él fue el capitán del grupo español en el desembarco en la antigua participada de La Caixa.
Giovanni Castellucci, Florentino Pérez y Marcelino Fernández Verdes. EFE
Sin ser su proyecto, Marcelino Fernández Verdes fue el encargado de pelearse con Giovanni Castellucci, ya ex consejero delegado de Atlantia, por cada centímetro de terreno y cada decisión importante dentro de la empresa. Nunca se entendió con el ejecutivo italiano, pero Florentino Pérez le obligaba a reprimir su ira mientras se abrazaba con el que por aquel entonces era el hombre de confianza de los Benetton.
Mientras Florentino Pérez se decide entre quedarse o no irse, de lo que se ha ocupado es de mantener distraído a su número dos que, aunque empiece a estar harto, su sueldo le compensa. Sabe, eso sí, que como mucho le quedan tres años, pues su mandato como presidente de ACS expira en 2023, pero espera que el jefe le deje paso antes, para dedicarse a la Fundación ACS. De momento, no será el próximo año.
Florentino Pérez, un irreductible del IBEX
Los presidentes del IBEX suelen ser duraderos; las grandes compañías requieren liderazgos fuertes y estabilidad. Pero casos como el de Florentino Pérez escasean. En la última década, el mundo de la gran empresa española ha visto cambiar muchas caras. En la mayoría de casos, por la edad. Pero la del presidente de ACS se mantiene desafiando el paso del tiempo.
En los últimos años, nombres como Isidro Fainé, César Alierta, Francisco González y Juan Miguel Villar Mir han desaparecido de la foto del IBEX. También un clásico como Emilio Botín, si bien fue por defunción, en 2014. Murió con 79 años cuando llevaba desde 1986 al frente del banco que anteriormente había presidido su padre. Ahora el cargo lo ostenta su hija Ana Patricia Botín.
Los dos últimos en retirarse, aunque uno más que otro, son Isidro Fainé y Francisco González. Los que durante tantos años compartieron mesa como los grandes banqueros de España —con Botín, por supuesto—, abandonaron ambos en 2018. FG dejó BBVA a los 74 años tras 18 como presidente (y otros cuatro de Argentaria), poco antes de que estallase el caso Villarejo. Fainé dejó Gas Natural ese mismo año, con 75 años, tras solo dos años, forzado por las circunstancias. Entre 2007 y 2016 presidió La Caixa y Caixabank, y antes, Abertis.
Pero Fainé no se ha ido del todo. Sigue presidiendo la Fundación Bancaria La Caixa, a la que se dedica la mayor parte del tiempo pues se centra en la labor social, y Criteria, el holding de La Caixa del que emanan todas las participadas, de las que la más destacada es Caixabank. Otro que no se ha ido del todo es Amancio Ortega: pese a que dejó la presidencia de Inditex en 2011, sigue paseándose por las instalaciones de Arteixo, presentándose por sorpresa a reuniones ejecutivas y dando consejos a Pablo Isla.
Florentino Pérez, Francisco González e Isidro Fainé. EFE
César Alierta era otro tótem del IBEX que abandonó en los últimos tiempos. Fue en 2016, con 70 años. Llevaba desde el 2000 al frente de Telefónica; antes había presidido Tabacalera. Juan Miguel Villar Mir es quizá a quien quiere emular Florentino Pérez: aguantó la presidencia de OHL hasta los 84 años. La soltó en 2016 para dejarla a su hijo después de una crisis que fue demoledora para la constructora de obra pública que creó en 1987.
También en los últimos años abandonó Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural hasta 2016, que protagonizó una década antes la fallida opa sobre Endesa que dejó como resultado a la primera eléctrica de España en manos del grupo italiano Enel. Gabarró murió en 2017.
Florentino Pérez resiste y, aunque es el más longevo, no es el único histórico que queda entre el gran empresariado español. Josep Oliu preside Banc Sabadell desde 1999 —antes lo hizo su padre— y sigue a sus 70 años. Si bien han aparecido rumores de jubilación, la falta de un sucesor y la posibilidad de una fusión alejan por ahora su retiro. Ignacio Sánchez Galán, de 69 años, es presidente de Iberdrola desde 2006. Antoni Brufau (71 años), encadenó la presidencia de Gas Natural (1997-2004) con la de Repsol, que todavía ostenta. Eso sí, su actual mandato, que termina en 2023, será el último. ¿Hará lo mismo Florentino Pérez?