Isidro Fainé se lleva a La Caixa al director de la Fundación Abertis
Sergi Loughney dejará la dirección de la fundación Abertis para ser director de Prospectiva, Reflexión y Palau Macaya de la Fundación Bancaria La Caixa
Isidro Fainé está a punto de culminar la renovación en la cúpula de la Fundación Bancaria La Caixa. El presidente de la entidad ha echado el lazo a Sergi Loughney, procedente de Abertis —es el director de su fundación—, para completar el area institucional de la fundación. Loughney será director de Prospectiva, Reflexión y Palau Macaya de la Fundación Bancaria La Caixa
Fuentes cercanas a ambos protagonistas han explicado a Economía Digital que la incorporación Loughney es inminente y se decidió definitivamente en una reunión de la cúpula de La Caixa, encabezada por el propio Fainé, a principios de esta semana. El fichaje se había fraguado en las semanas anteriores pero el hecho de que el presidente de la entidad se encontrara de viaje en México retrasó la firma.
Tras su regreso, se reunió con sus más cercanos colaboradores y con el propio Loughney para dar forma a su cargo y atribuciones en La Caixa. El todavía director de la Fundación Abertis tendrá un cargo de nueva creación y despacho en el Palau Macaya, en el Passeig de Sant Joan de Barcelona. Dependerá directamente de presidencia y de la dirección de la fundación.
Loughney, tres décadas de relaciones institucionales
Sergi Loughney Castells (1962) ha fraguado su carrera dedicado a las relaciones institucionales, en las que lleva tres décadas. En 1988 entró en la Generalitat de Catalunya, en el área de protocolo del presidente Jordi Pujol, y tres años más tarde ya era director de protocolo y relaciones externas de presidencia. Diez años después, en 2001, fichó por el grupo Peralada, propiedad de la familia Suqué Mateu, dedicado a casinos, ocio, vinos, etc., como director de comunicación y relaciones institucionales.
Es en 2008, hace 12 años, cuando recala en Abertis, o, lo que es lo mismo, en el universo de La Caixa. El propio Fainé había dirigido y presidido esta empresa en su nacimiento y, ya con Salvador Alemany al frente, el mandamás del grupo ocupaba una de las vicepresidencias. También colocó a Francisco Reynés, procedente se Criteria, como consejero delegado de la concesionaria, que terminaría vendiendo a Altantia y ACS y marchándose a Naturgy, la antigua Gas Natural Fenosa.
En Abertis, Loughney siguió haciendo lo que mejor se le daba —con permiso del rugby— y fue nombrado director de relaciones institucionales y de la fundación. Pero el plan de eficiencias aprobado por Reynés y el cambio de propietarios de Abertis, que impulsaron todavía más recortes, empezaron a dificultar la labor de la fundación. Entre esto y las malas relaciones entre Atlantia y ACS, que han enrarecido el ambiente en la concesionaria, ha provocado que algunos directivos hayan buscado opciones fuera. En el caso de Loughney, además, la oportunidad era golosa.
La gran pasión de Loughney
Es imposible hablar de Loughney sin hablar de rugby. Es un loco de este deporte, como bien saben sus amigos cuando, en fechas especiales, reciben una camiseta de algún mítico equipo como regalo. Pero su pasión por este deporte no se limita al papel de aficionado. Loughney jugó profesionalmente durante diez años, de 1980 a 1989, y, como uno de los mejores de su generación, llegó a ser capitán de la selección española. Jugando a rugby conoció a Jordi Pujol Ferrusola, clave en el inicio de su carrera en el mundo del protocolo y las relaciones institucionales.
Este catalán de origen irlandés se diplomó en marketing y relaciones públicas por ESERP y también estudió en la Escuela de Turismo CETT y relaciones públicas en la Universitat de Barcelona. Además de su actividad profesional en el deporte, la administración y la empresa privada, también ha impartido cursos y seminarios en la UPF, Esade e Iese.