Florentino Pérez conquista a Ángel Simón (Criteria) con los 12.000 millones en centros de datos
El ‘holding’ de La Caixa quiere invertir en la constructora por su negocio más allá del ladrillo, que tampoco le interesa en exceso, y se fija en lo digital
Florentino Pérez tiene un nuevo objetivo inversor en mente: los centros de datos. El presidente de ACS ha detectado un nuevo filón, y ya está llamando la atención del mercado. CriteriaCaixa es uno de los grandes interesados.
El ‘holding’ financiero de La Caixa, que ha presentado recientemente su nuevo Plan Estratégico 2025-30, confirmó que su apuesta por ACS está dentro de sus planes tecnológicos. Una situación que, a priori, puede sorprender como concepto para la compañía que preside Florentino Pérez. Pero tiene sentido.
Desde CriteriaCaixa asumen que su entrada en ACS debe entenderse desde una perspectiva tecnológica. No se trata de una visión equivocada sobre la constructora de Florentino Pérez.
En la pasada primavera, el CEO de ACS, Juan Santamaría, anuncio importantes planes de inversión con un importante aroma de innovación. Y las cifras son muy contundentes.
La compañía de Florentino Pérez de cara a 2030 espera invertir hasta 20.000 millones de euros en infraestructuras de transporte, hasta 12.000 millones en el desarrollo de 1 gigavatio (GW) de capacidad en centros de datos, otros 7.000 millones en 5 GW de renovables y 2.600 millones en movilidad sostenible.
Los últimos movimientos de Florentino Pérez
Uno de los últimos movimientos de la compañía presidida por Florentino Pérez ha llegado a través de Cimic, la filial australiana de ACS, que se ha adjudicado un proyecto en India para equipar un nuevo centro de datos en Hyderabad, a través de su empresa subsidiaria Leighton Asia.
Este proyecto se suma a varios centros de datos que Leighton Asia está entregando o ya ha completado en Hong Kong, Malasia, Indonesia y Filipinas, y complementa los que la filial de ACS en Estados Unidos, Turner, también está entregando en todo el mundo.
Los trabajos, que comenzarán en junio de 2024 y finalizarán en el cuarto trimestre de 2025, incluyen el equipamiento del centro de datos con obras civiles, estructurales, arquitectónicas, incluida la contención de pasillos calientes, mecánicas, eléctricas, de fontanería, servicios de protección contra incendios y sistemas de seguridad, así como los acabados arquitectónicos internos, la instalación, construcción, montaje, pruebas, precomisionado, puesta en marcha y desarrollo del diseño BIM.
La polémica sigue en España
Un mercado a vigilar será el español por los rumores de burbuja, donde Florentino Pérez puede invertir. Se trata de una región que tiene una capacidad eléctrica de unos 180 MW IT en estos momentos. Se calcula que hay peticiones de acceso a la red de 5.000 MW, la misma capacidad que tiene operativa Estados Unidos.
«Es cierto que hay mucha especulación», reconoce un directivo de un ‘data center’ a ECONOMÍA DIGITAL. Explica que hay muchos proyectos tangibles que ya trabajan, que tienen MW operativos, y que todo es real; pero que muchos han llegado para especular.
Como barrera de entrada, desde el sector proponen un filtro para saber el interés: pertenecer a la asociación de centros de datos, que es la que defiende los intereses de estas empresas. Así se podría controlar de manera muy clara quienes invierten para desarrollar un negocio, y quienes lo hacen para elevar múltiplos en operaciones posteriores.
La duda es evidente: ¿cómo puede haber en Madrid solicitudes a la red por valor de 3.000 MW, que en el conjunto de España llega a los 5.000 MW, cuando no existe a nivel global esa demanda por parte de los clientes?
Controles por parte de la administración
Desde el sector consideran que el rol de la administración debe ser mayor. Las empresas que invierten en este negocio de manera estable deben tener la certidumbre de que conseguir el acceso a la red cuando tengan listos sus proyectos.
Los expertos del sector calculan que el crecimiento de los próximos años será sobre los 20-50 MW —como mínimo, e irá en aumento—. Piden al Gobierno la capacidad de distinguir el ruido que generan los especuladores frente a las empresas que de verdad tienen su negocio en este sector.
Explican que se ha hecho evidente que algunos actores relacionados con el ámbito del inmobiliario y los fondos piden puntos de acceso en zonas donde no saben si finalmente habrá proyectos o no. Y que eso se hace, además, sin saber si habrá clientes. Pero el objetivo es acumular potencia.