Las ‘fintech’ en España, ante la opa de BBVA sobre Sabadell: «Para nosotros es una oportunidad»
El número de fintech en España no deja de subir mientras que el de bancos tradicionales no deja de caer.
Los pocos bancos españoles que siguen operando en la actualidad, tras cerca de tres lustros de drástico proceso de concentración, insisten año tras año en sus informes financieros anuales en incluir entre los riesgos que afronta su negocio la competencia de las fintech.
Pero es ese mismo proceso de concentración –CaixaBank y Bankia; Santander y Banco Popular; BBVA y Sabadell…- y la desaparición de la mayoría de cajas de ahorro que operaban antes de la crisis financiera e inmobiliaria que estalló entre 2007 y 2008, el que ha propiciado en buena parte un tremendo crecimiento del número de compañías tecnológicas capaces de ofrecer servicios financieros en España.
Para estas nuevas empresas, tan temidas por la banca tradicional, la opa de BBVA sobre Sabadell es una oportunidad.
«Hace más de diez años, cuando se trataba de refinanciar la deuda de una gran inmobiliaria, en la mesa de negociación se podían sentar cerca de un centenar de entidades financieras acreedoras», recuerda Mar Turrado.
Turrado, con 35 años de experiencia en banca, fundó en diciembre de 2019 Findango Finance, con el respaldo del fondo internacional Blantyre Capital, fintech que ofrece fondos en forma de productos financieros a corto plazo a empresas, préstamos, líneas de crédito, factoring, confirming.
La experta en banca comercial e institucional considera que ahora las grandes empresas diversifican sus fuentes de financiación acudiendo no solo a la banca tradicional, también a compañías como Findango, fondos, bonos… Una tendencia que cada vez siguen más «las empresas medianas».
Mar Turrado, fundadora de Findango. FINDANGO.
«Cumplimos [las fintech] una función como fuente de financiación», afirma la fundadora de Findango. Turrado destaca la agilidad de firmas como la suya frente a la banca tradicional.
«Los bancos, al ser más grandes tienen más burocracia», comenta. «Si una empresa va hoy a un banco solicitando una ampliación de líneas de financiación, lo más probable es que le digan que ha de esperar al cierre de auditoría, lo que puede suponer meses«.
«Nosotros tardamos 48 horas en decir al cliente como vemos la operación; en una semana se puede firmar el préstamo, dependiendo de lo que la empresa tarde en entregar la documentación», asegura Turrado, quien comenzó trabajando en la mítica agencia FG Valores -vendida por Francisco González, expresidente de BBVA, a Merril Lynch, a mediados de los años noventa-, continuó en Citigroup y fue subdirectora general de financiación en el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
La opa de BBVA sobre Sabadell es una operación «que tiene que decidir el mercado», piensa.
«Si sale adelante, podría haber casos en los que el banco combinado tuviera que reducir su cartera de riesgo«, lo que podrían aprovechar otros actores como las fintech.
«Creo que hay sitio para todos, es una competencia necesaria, las empresas se financian con bancos, con fintech, con emisiones de deuda…», concluye Mar Turrado.
«Los bancos tradicionales son buques, nosotros somos lanchas motoras», dice Harold Correa, consejero delegado de Íkualo
La posibilidad de que BBVA y Sabadell se fusionen «lo vemos como una oportunidad«, dice Carles Marcos, director en España de Qonto, fintech creada en 2017 en Francia y que está presente en España desde 2019.
«Cuanta más concentración, más necesidad de competencia, hay menos opciones para empresarios y pymes y a empresas como Qonto, que ofrecemos un valor diferencial, nos permite convertirnos en alternativa«, explica.
El directivo de Qonto, especializada en soluciones financieras para pymes y autónomos, destaca que el proceso de concentración bancaria es «global», y que la fusión de BBVA y Sabadell, en caso de llegar a producirse «plantea un problema de competencia en España, pero no a nivel internacional, o europeo«.
A pesar de la tendencia existente a la concentración bancaria, en Europa está por ver si las entidades son capaces también de fusionarse con marcas internacionales. «La banca europea tiene que demostrar que también puede fusionarse más allá de sus fronteras nacionales, y eso es algo que todavía no ha hecho», señala Carles Marcos.
En ese sentido «los neobancos estamos marcando la diferencia para competir a escala, estamos mucho mejor posicionados, el 80% de nuestros productos son similares en todos los mercados, somos más rápidos, con una base de clientes más esparcida y con un modelo digital que no depende de oficinas», indica el directivo de Qonto.
Alexandre Prot y Steve Anavi, fundadores de Qonto. Qonto.
Qonto acaba de anunciar que, a partir del 1 de octubre, comienza a operar en Portugal, Austria, Bélgica y Países Bajos, con el objetivo de llegar a un millón de pymes y autónomos en Europa en 2026.
Eduardo Pérez Toribio, responsable en España de Revolut, opina que el proceso de concentración bancaria existente en España desde hace más de diez años «es coherente, tener 50 entidades financieras vuelve loco al cliente».
Pero también considera que la concentración de grandes bancos conlleva que el historial crediticio de un cliente esté menos diversificado «y esa concentración de poder no es positiva».
Para empresas como Revolut, banco digital con más de 45 millones de clientes en el mundo, a los que ofrece gestionar sus finanzas a través del móvil, desde pagos hasta inversiones, pasando por ahorros o préstamos, la fusión de BBVA y Sabadell les «abre una oportunidad para posicionarse«.
España es uno de los países del mundo donde operan más fintech, cerca de un millar
La concentración de la banca tradicional es una oportunidad para que las fintech, apunta Pérez Toribio, «sigan creciendo, regulándose«. Todos los bancos «tienen ya una división digital» lo que incita a los neobancos a seguir mejorando.
Revolut, que tiene como lema ‘tu banco a lo bestia’ ofrece desde el pasado año en España cuentas con IBAN para competir por las nóminas de sus clientes.
«Los grandes bancos son buques, nosotros somos lanchas motoras«, comenta Harold Correa, consejero delegado de Íkualo, fintech especializada en el mercado inmigrante residente en Europa. Al igual que muchos otros de sus colegas, Correa también cree que la fusión de BBVA y Sabadell es una «oportunidad» para empresas como la suya.
«Nosotros ofrecemos soluciones ágiles, y a los bancos les cuesta alcanzar esa velocidad», señala. Pero remarca que bancos y fintech «tienen que competir y colaborar, los dos se benefician». El directivo de Íkualo prevé un aumento de operaciones de compra de neobancos por parte de bancos tradicionales, «será una tendencia».
El pasado mes de julio el propietario de la energética Audax y de los congelados La Sirena, José Elías, se convirtió en accionista de Íkualo, que cuenta ya con más de 20.000 usuarios y esperar alcanzar los 70.000 en su primer año.
«Las innovaciones, que crean una sociedad más próspera, rara vez vienen de los grandes bancos, pero sí les obliga a mejorar el servicio al cliente», dice Carlos Aso, CEO de Andbank y vicepresidente de MyInvestor. «Las nuevas generaciones se identifican más con los nuevos actores que con la gran banca tradicional», añade.
La opa de BBVA sobre Sabadell, opina, «no supondrá un riesgo para la competencia en el sector financiero; España cuenta con un número de operadores suficiente que garantiza la tensión de precios y condiciones en el mercado».
En opinión del vicepresidente de MyInvestor, neobanco que ofrece financiación sin comisiones de apertura o cancelación, lo más importante para fomentar la competencia «es contar con un marco regulatorio que potencie la disrupción y facilite la implantación de modelos más competitivos de menores costes».
España se ha convertido en uno de los países del mundo con mayor presencia de fintech. De acuerdo al informe FinTech Global Vision 2023, elaborado por Finnovating, en España operan 977 empresas fintech, cantidad que solo superan Estados Unidos (cerca de 6.000), Reino Unido (2.439), India (1.512) y Canadá (1.376), y que iguala Alemania.
El informe sobre el sector bancario publicado por Funcas en 2021, concluye que la relación entre la banca tradicional y las fintech «ha pasado de un escenario puramente competitivo a otro más colaborativo«. Ahora, más de la mitad de la población española utiliza aplicaciones fintech para actividades financieras, según el mismo informe.
Cerca de una docena de bancos tradicionales, menos aún si sale adelante la fusión de BBVA y Sabadell, compiten en la actualidad en España, frente a los más de sesenta que había antes de la pasada crisis financiera e inmobiliaria. Las fintech se frotan las manos.