Facebook pierde en dos días la fortuna de Amancio Ortega
Starbucks, Unilever, Coca-Cola y Honda, entre otras grandes empresas, se han sumado a la campaña para forzar a Facebook a actuar contra la desinformación
El boicot de los anunciantes de Facebook le está saliendo clara a la plataforma. La empresa dirigida por Mark Zuckerberg ha visto cómo sus acciones de la última semana han caído por los suelos, restando cerca de 55.000 millones de euros a la capitalización bursátil de la compañía, esto es, más que todo el dinero acumulado de Amancio Ortega, fundador de Inditex.
Gran parte de la fortuna de Ortega se basa en su participación en esta firma, de la que atesora unos 1.850 millones de acciones. Estas suponen, a día de hoy, alrededor de 45.000 millones de euros que, sumados a su patrimonio, sus inversiones y otras entidades de las que es dueño suman algo más de 50.000 millones de euros, aunque el número puede variar según el rendimiento de la compañía en Bolsa. De hecho, durante la pandemia fue el millonario que más dinero perdió.
Starbucks, Pepsi, Coca-Cola, Honda, Unilever y Verizon son sólo algunas de los cientos de empresas que, a modo de protesta contra la desinformación y los discursos del odio, han cortado el grifo a Facebook atacándole en su principal fuente de ingresos: los anuncios. Sólo el viernes pasado, la jugada le costó a Zuckerberg un 8,3% del valor de sus acciones.
Facebook se niega a controlar el contenido que viraliza
Este conglomerado de empresas critica así el laissez faire de la red social por excelencia, que durante los últimos meses ha estado en el centro de la polémica por no tener (o no querer tener) suficientes mecanismos que controlen la desinformación, sobre todo en un periodo preelectoral como el estadounidense. La falta de compromiso con esta información, que Zuckerberg ha utilizado históricamente para viralizar contenidos, se le vuelve en contra por primera vez en sus 16 años de vida.
Este contenido hace referencia, sobre todo, a noticias de dudosa procedencia y todavía más cuestionable veracidad que, por medio de los bulos y el contenido falso, podrían dirigir a potenciales votantes hacia la intoxicación política y el discurso del odio.
La comparación es evidente con otra de las grandes redes sociales del panorama: Twitter. Mientras que Zuckerberg ha seguido la deriva de a desregulación, los del pájaro azul decidieron etiquetar contenidos manipuladores como los del propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Facebook, en cambio, siempre se ha negado a vetar cualquier tipo de información tóxica en nombre de la libertad de expresión. Hasta ahora.
Facebook ha respondido a las críticas con leves ajustes a su política, o por lo menos ha prometido hacerlo. Así, Zuckerberg planea redirigir anuncios electoralistas a informaciones periodísticas contrastadas, prohibir una gama más amplia de discursos del odio y etiquetar los mensajes de figuras políticas que violen sus normas como «de interés periodístico» para justificar su permanencia en la web.
Sin embargo, y pensando ya en el largo plazo, es poco probable que el boicot haga mucho daño a los ingresos de Facebook, ya que teniendo más de 8 millones de anunciantes es difícil cortarle el grifo dorado de la publicidad. Habido el caso, el mayor impacto financiero podría provenir, en todo caso, de que invirtieran más en seguridad y protección de cara a los próximos años.
La campaña la comenzaron las organizaciones Free Press y Common Sense Media, con apoyo del principal lobby de defensa de los afroamericanos, NAACP, y el principal lobby judío, la Liga Antidifamación (ADL), bajo el paraguas de Stop Hate for Profit (no al odio por dinero. En principio, su idea es sumarse a las grandes marcas europeas.
No es casual que la retirada de anuncios llegue precisamente ahora
La retirada de anuncios de Facebook y su cambio de política de vetos ha llegado en un contexto especialmente relevante. Por un lado, muchas empresas están cancelando campañas en todas las plataformas a causa del parón en el consumo derivado del coronavirus. Una de las últimas en sumarse, Starbucks —sexto mayor anunciante de Facebook en 2019—, es de las firmas más afectadas en este punto de la pandemia, principalmente en Estados Unidos.
Además, por otra banda, estos movimientos empresariales ocurren en el marco de indignación sobre el discurso del odio en Estados Unidos a raíz del homicidio de George Floyd. Con la comunidad afroestadounidense en la calle y un potentísimo discurso antirracista a nivel global, cualquier tipo de ambigüedad o equidistancia con el tema ha sido ampliamente señalada, también en las redes.
Por último, los Estados Unidos verán sus elecciones nacionales el próximo 3 de noviembre, con todo lo que conlleva.
Principalmente, desde que Donald Trump se nutriese de las redes sociales para desincentivar el voto y propagar desinformación en condados clave en 2016, las redes sociales no han cambiado apenas su política de privacidad; en un marco como el actual, con los comicios a la vuelta de la esquina y todos los factores añadidos, muchos votantes han pedido explicaciones.
Noticia original: Business Insider
Autor: Luis Casal