Agustín Conde (PP) insta una investigación sobre los contratos COVID de su ex empresa Escribano, socio clave de Indra

Agustín Conde, diputado por Toledo del PP, exSecretario de Estado de Defensa con el Gobierno de Mariano Rajoy, instó la pasada semana en el Congreso una investigación sobre el contrato de respiradores logrado durante la pandemia por la compañía madrileña Escribano Mechanical & Engineering, empresa en la que trabajó hasta poco antes del estallido de la pandemia en España.

Conde fichó como director general de Escribano en marzo de 2019, y en enero de 2020 fue despedido de la compañía de Defensa, en la actualidad uno de los accionistas relevantes de Indra, con el 8% del capital.

El diputado del PP incluyó la investigación sobre la empresa en la que trabajó menos de un año en la batería de preguntas, 62 en total, que el Grupo Parlamentario Popular presentó el pasado día 6 de marzo en el Congreso.

En su solicitud, Conde, y también el diputado del PP por Granada Carlos Rojas, solicita «acta de entrega de los 5.000 respiradores adquiridos por el Ministerio de Sanidad a las empresas Escribano Mechanical & Engineering y Hersill [otra empresa madrileña, especializada en la fabricación de equipos médicos]».

También requirieron «documento comprensivo del acto administrativo por el que el Ministerio de Sanidad acordó comprar a las empresas Escribano Mechanical & Engineering y Hersill 5.000 respiradores por un importe de 36 millones de euros».

Agustín Conde (1965, Toledo), fue elegido alcalde de su ciudad natal en 1995 por mayoría absoluta, el alcalde más joven de una capital de provincia hasta entonces. En 1999 perdió ante José Bono la candidatura a la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha.

En 2016 fue nombrado Secretario de Estado de Defensa, cargo que ocupó hasta junio de 2018. Ha sido miembro de la Asamblea Parlamentaria de la Unión Europea, de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN y del Consejo de Europa.

En su declaración de actividades al Congreso, Conde incluye su actividad como director general del grupo Escribano entre febrero de 2019 y enero de 2020.

Escribano y Hersill

Escribano Mechanical & Engineering ingresó 29,7 millones de euros en 2020 gracias a la venta de respiradores al Ministerio de Sanidad en plena pandemia, según las cuentas de la empresa consultadas por Economía Digital.

El suministro de los respiradores, un contrato adjudicado por Salvador Illa como Ministro, entonces, de Sanidad, fue encargada a otra empresa madrileña, Hersill, ubicada en Móstoles, y especializada en este tipo de maquinaria y tecnología.

El grupo Escribano, uno de los accionistas relevantes de la multinacional Indra, con el 8% del capital, explica en sus cuentas de 2021, consultadas por este diario, que un año antes un «volumen importante de la cifra de negocios se debió a la fabricación de 5.000 respiradores consecuencia de la participación de la sociedad con el Ministerio de Sanidad Español dentro del programa de minimización de los efectos del Covid en la sociedad española».

El contrato con Sanidad ayudó a Escribano lograr en 2020 el mejor resultado de su historia hasta ese momento, con una cifra de negocios de 73,5 millones de euros, frente a los 44,2 millones del ejercicio 2019, y un beneficio de 8 millones, el doble que un año antes.

El grupo explica en sus cuentas de 2021 que el contrato con Sanidad requirió «la reorganización total de los activos de la empresa (tanto personal como maquinaria) para adaptarla en tiempo récord a la producción de los elementos constitutivos de dichos respiradores».

También fue necesario adecuar la generación de la línea de ensamblaje para que permitiera «la expedición de 100 respiradores diarios, los cuales se suministraron finalmente a hospitales/centros logísticos de toda la geografía española», señala Escribano. El grupo indica que la fabricación de los 5.000 respiradores para Sanidad se culminó «con éxito entre los meses de marzo y julio del ejercicio 2020».

«Dicha situación extraordinaria», añade Escribano en sus cuentas, «más la cartera de futuros pedidos existente, requirió que la empresa
incrementara el personal productivo desde los 297 empleados al cierre del ejercicio 2019 a los 397 en el ejercicio 2020, con un incremento de 100 empleados (un 34%) respecto la plantilla del ejercicio anterior».

La otra compañía que participó en el contrato, Hersill, también logró disparar su cifra de negocio en 2020 con la fabricación y venta a Sanidad de los respiradores.

La empresa de Móstoles pasó de facturar seis millones de euros en 2019 a 26 millones un año después, ganando 10 millones de euros, frente a los beneficios de medio millón de euros logrados en el ejercicio anterior.

El diario El Economista publicó en mayo de 2020 que Sanidad contrató a través de Ingesa la fabricación y distribución de 5.000 respiradores que eran propiedad de Hersill, por 36 millones. El valor de cada equipo médico tuvo un coste de 7.200 euros, precio superior al que los compró la Comunidad de Madrid, quien suscribió los contratos con la empresa de Móstoles, por 5.620 euros.

Hersill justificó ese sobrecoste debido a que la especulación internacional y las urgencias encarecieron los componentes. Además, según la misma información, Escribano tuvo que adquirir parte del equipo -la electroválvula- a través de un proveedor en Suiza, todo lo cual encareció en 1.600 euros el coste de cada respirador.

Punto de inflexión

El ejercicio 2020 fue un punto de inflexión para el grupo Escribano.

La compañía logró un año después ser incluida como accionista en el consorcio Tess Defence, adjudicataria del proyecto 8×8 Dragón para el Ministerio de Defensa, para la fabricación de 348 vehículos de combate sobre ruedas. Escribano suministrará las torres de armas con un periodo de ejecución entre 2021 y 2030. En Tess Defence participa también Indra.

En mayo de 2023 Escribano se convirtió en accionista de Indra y en la actualidad su participación es del 8%.

Con la entrada de la compañía madrileña en el capital de la multinacional española de Defensa y Tecnología, el Gobierno ha logrado asentar un núcleo duro de accionistas, con la Sepi como mayor accionista, con el 28% del capital de Indra, apoyado también por el fondo Amber, del presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, y la empresa vasca de Defensa Sapa Plasencia.