El Gobierno traga con los 4.300 despidos de Telefónica y Vodafone en menos de un año
No son buenos tiempos en materia de empleo para el sector de las telecomunicaciones, y el Ejecutivo ha intentado pasar de puntillas en los recientes ajustes
En menos de un año el Gobierno ha tenido que presenciar un ERE masivo en dos de los tres principales operadores de telefonía. Cerca de 4.300 salidas en las que el Ejecutivo no ha podido hacer nada, pero tampoco ha querido tener ningún tipo de presencia.
El último tsunami laboral lo ha protagonizado Vodafone. El operador rojo ha iniciado un procedimiento de despido colectivo (ERE), que afectará potencialmente a un máximo de 1.198 empleados, y les ha convocado para iniciar el periodo de consultas.
Esta situación llega un puñado de meses después de que Telefónica cerrara un ERE que afecto a más de 3.300 personas. En conjunto, y asumiendo que habrá una rebaja inicial con respecto a la primera cifra presentada por Vodafone, las cifra entre ambas compañías estaría muy cercana a las 4.300 personas.
Ambas situaciones tienen un denominador común: el Gobierno se ha mantenido al margen, en cada ERE de una manera. El Ejecutivo, así como el Ministerio de Transformación Digital, pueden hacer poco en estos casos, pero su silencio ha sido rotundo.
En Telefónica, durante el periodo de negociación del ERE, el Gobierno estaba en proceso de entrar en el capital del operador azul. Quizá debido a esto no hubo pronunciamientos al respecto.
La situación con Vodafone llegó a pasar por Consejo de Ministros. Para validar la compra de Zegona, hubo que tener un permiso del Ejecutivo con una serie de compromisos. Ninguno de ellos implicaba nada relacionado con el mantenimiento de empleo. Y quizá ahora se pueda entender por qué.
Qué puede suceder con MásOrange
Con respecto a la nueva ‘joint-venture’ que se ha creado tras la fusión de Orange y MásMóvil, el Gobierno sí hizo alguna referencia a este asunto, pero tampoco de manera muy tajante, y ni mucho menos obligatoria para que pudiese aprobar la fusión.
MásOrange ha asegurado de manera pública que no tiene previsto llevar a cabo ningún ERE. Sin embargo, no descarta que en algún momento proponga a prejubilaciones a bajas incentivadas. Una situación que, en principio, casaría con lo impuesto por el Gobierno, que fue muy suave.
El gran problema
Para entender qué sucede en el sector de las telecomunicaciones en España hay que mirar cómo ha sido la evolución comercial, y sus guerras, durante los últimos años.
Pese a lo que pueda parecer; sobre todo, tras las subidas de tarifas que suele haber, la realidad del sector es que llevan casi una década con las facturas a la baja, o apenas ajustadas al IPC. Eso es algo que los operadores de telefonía notan en sus balances, donde la rentabilidad lleva años menguando.
Telefónica, Vodafone y entonces Orange siempre han mantenido el mismo discurso: que sus precios, aparejados a los servicios que ofrecen, tienen unos de los costes más ajustados de la Unión Europea. El problema, principalmente de imagen, es que suele haber subidas de precios para algunas tarifas que despeñan ese mensaje.
Según datos del Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el año 2014 el coste medio de los consumidores en los paquetes cuádruples, con telefonía fija, internet y móvil, se situaba en 46,1€. Si ponemos la lupa en algunas de las últimas cifras, que corresponden al segundo semestre de 2022, ese gasto se queda en 45€.
En casi los últimos 10 años los precios no han variado. Es cierto que en 2017 este tipo de paquetes llegaron a subir hasta los 54€ por consumidor, pero desde entonces ha habido un descenso continuado. Algo que se ha visto más pronunciado desde la salida de la pandemia provocada por el covid, donde la ‘guerra de tarifas’ ha impulsado a la baja.
Esta situación se refleja de manera similar en los paquetes quíntuples, que son los que además de todos los servicios de telefonía incluyen la televisión. Aquí sí es cierto que, según los datos de la CNMC, el precio medio ha subido en la última década. En concreto, ha pasado de 70€ en 2014 a los 79,6€ actuales, y con un máximo de 81€ que se alcanzó justo antes de la llegada del covid.
En este caso, la subida no refleja el alza en el coste de la vida que, además, se ha visto muy pronunciada en los últimos dos años. Asimismo, en estos servicios de televisión hay que añadir el gasto que han tenido que afrontar los operadores de telefonía en derechos; sobre todo, Telefónica y Orange, y que en realidad no se ha traslado de manera similar.
Todo cuesta más… menos llamar
Estos no son los únicos datos que avalan las tesis de Telefónica, Orange y Vodafone. Según los mencionados datos de la CNMC, el negocio móvil ha sufrido la misma evolución. Y si bien es cierto que desde hace algún tiempo ha dejado de tener tanto peso, es el reflejo de un sector deflacionario.
En 2014 el gasto medio de servicios ‘solo móvil’ era de 16,2€ por consumidor. Tuvo un alza hasta los 19€, pero finalmente los clientes que solo quieren tener contratos de media pagan en estos momentos poco más de 13€. Se trata de un retroceso muy importante, además en un contexto inversor donde Telefónica, Orange y Vodafone han tenido que meter una cantidad importante de dinero para mejorar la tecnología 4G y, lo esencial, desarrollar todo el universo 5G.
Estas cifras refuerzan un discurso e impactan en las cuentas. No obstante, tampoco reflejan la realidad de un sector con dos velocidades evidentes. Consumidores que pagan más de 100€ por tener todos los servicios, incluyendo televisión, y cuyos precios van al alza; y otros usuarios que, cada vez con más productos, consiguen facturas que se acercan peligrosamente a los 20€.