EQT desafía a Repsol en el mercado de cargadores eléctricos tras desbancar a Tesla en Reino Unido

InstaVolt, en manos de EQT, desplegará 5.000 puntos de recarga públicos en la Península Ibérica

InstaVolt, propiedad del fondo EQT, desembarca en España y Portugal con 250 cargadores para vehículos eléctricos

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El mercado de los cargadores eléctricos en España tiene un nuevo competidor. InstaVolt, propiedad del fondo sueco EQT, ha anunciado su desembarco en el país con la intención de competir con las grandes empresas que dominan el sector: Iberdrola, Endesa y Repsol.

La firma británica tiene la intención de desplegar hasta 5.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos en España y Portugal en los próximos seis años. Una cifra con la que desafía a Repsol, la tercera empresa por mayor número de cargadores con más de 2.400 entre ambos países.

EQT se hizo con la empresa de infraestructuras de recarga eléctrica en el año 2022 y desde entonces no ha parado de crecer. La firma es la líder del mercado en Reino Unido y está en pleno proceso de expansión en Europa, siendo España uno de sus principales focos de inversión.

Repsol, en su plan para diversificar el negocio y avanzar en la estrategia para convertirse en una multienergética capaz de descarbonizarse por completo en 2050, ha apostado también por el negocio de los cargadores eléctricos para coches.

La compañía que lidera Josu Jon Imaz ha ido desplegando así una red de puntos de recarga públicos a través de sus propias estaciones de servicio, siendo más de 100 de ellos de carga rápida.

Plan que le ha llevado a situarse en el podio de las empresas que más mercado concentran, quedando por detrás de Endesa, que ya roza los 6.000 cargadores públicos e Iberdrola, cuyos últimos datos apuntan a más de 7.000 cargadores distribuidos por toda España.

Una red de cargadores ultrarrápidos en zonas de mucho tráfico

Sin duda la eléctrica que dirige Ignacio Sánchez Galán es la que mayor ritmo de crecimiento está teniendo en este segmento de movilidad eléctrica, pretendiendo alcanzar los 110.000 puntos para 2030. Ahora tendrán que hacer frente a una mayor competencia con la entrada de nuevos operadores.

Sin embargo, se trata de un mercado poco maduro y en el que todos tendrán hueco para tratar de cumplir con los objetivos en electrificación que demanda Bruselas y recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno.

Con este escenario, InstaVolt ha desembarcado en la Península Ibérica con más de 250 cargadores contratados o en construcción, tras aterrizar con éxito en Islandia el año pasado. Allí ya cuenta con 70 cargadores activados o en alquiler y tiene previsto aumentar los puntos hasta los 300.

Dos de los cargadores ultrarrápidos de 160 kW llegarán al municipio de Vic (Barcelona) en octubre y estará ubicado en en los Cines Sucre, a 72 kilómetros de Barcelona y junto a la autopista C-17, que conecta Barcelona con los Pirineos.

La firma se ha comprometido a instalar una red nacional de cargadores ultrarrápidos en zonas de mucho tráfico, como los suburbios de las ciudades y las principales autopistas.

Supera a Tesla en Reino Unido

Su desembarco en España llega tras posicionarse como líder del mercado británico, superando al fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla. La compañía cuenta con un total de 1.695 puntos de carga en el país británico, según el portal especializado Zapmap.

Por su parte, la compañía propiedad del polémico empresario Elon Musk posee un total de 1.681 puntos de recarga rápidos y ultrarrápidos. InstaVolt copa así el 12,4% del mercado, mientras que Tesla acapara un 12,3%. También la petrolera BP es una de las grandes compañías que compite en este mercado a través de su marca BP Pulse, por debajo de los 1.500 cargadores eléctricos.

La red de puntos de recarga sigue expandiéndose mes a mes, llegando a superar las 34.000 instalaciones públicas al cierre del primer semestre de este año, según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive).

No obstante, desde el sector vienen tiempo avisando de que la burocracia excesiva que necesitan para poner en marcha las infraestructuras con las que los coches electrificados recargan sus baterías, tardando hasta 15 meses. Un obstáculo con el que también se encontrará el fondo EQT.

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Joel Calero Sánchez

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