Los empleados de Santa Bárbara presionan a General Dynamics para que venda a Indra
Indra, capitaneada ahora por Ángel Escribano, presiona a GD para que le venda las plantas que Santa Barbara tiene en España, y le acusa de descapitalizar la antaño empresa pública
Archivo – Un vehículo blindado 8×8 Dragón desarrollado por el consorcio Tess Defence, controlado por Indra.
General Dynamics, el gigante armamentístico de capital estadounidense, ve como una de sus joyas (europeas) de la corona, Santa Barbara Sistemas GDELS, con sede en España, ha captado el interés comprador de Indra, empresa controlada por el Gobierno español y su socia industrial en varios proyectos militares. Un interés que cuenta, parece ser, con el apoyo explícito de los empleados, según ha podido saber ECONOMÍA DIGITAL.
Tras la llegada a Indra de su nuevo presidente, Ángel Escribano, se han multiplicado las declaraciones de la Ibex semipública contra Santa Barbara. Indra acusa a su socia industrial de descapitalizar la actividad de la fábrica en los últimos 20 años. En una intervención reciente en el Congreso de los Diputados, Escribano desveló el interés de Indra en comprar Santa Barbara a General Dynamics y la actividad de sus principales factorías, en Sevilla, Trubia y Oviedo, estas dos últimas en Asturias.
Venta a Indra de Santa Barbara
Pese a que la dirección de General Dynamics (GD) rechazó contundentemente la posibilidad de venta, esta opción cada vez gana más apoyos. Los propios empleados de la filial de GD se están posicionando a favor de la venta de las factorías a Indra. Según una comunicación interna a la que ha tenido acceso ECONOMÍA DIGITAL, una de las secciones sindicales (Corriente Sindical de Izquierda, FAT), los trabajadores acusan a GE de que «el desmantelamiento» de la empresa «ha sido brutal».
Esta sección sindical da apoyo al Gobierno de Sánchez e Indra en la compra de la empresa a GE: «ante el interés del estado en recuperar su control a través de Indra, empresa participada por la SEPI, mostramos como SS nuestro apoyo a esta venta que supondría para los trabajadores de SB el cambio de dueños, no de empresa».
Uno de los argumentos esgrimidos es el error de la venta al capital privado de la compañía en marzo de 2001, operación que llevó a cabo el Gobierno de José María Aznar en la estrategia de privatizaciones llevada a cabo a finales de los 90 y principios de los 2000. Según los empleados, la incorporación de Santa Bárbara a Indra sería recuperar el estatus previo a las privatizaciones.
Santa Barbara tiene presencia en muchas provincias, pero su división de vehículos y artillería está concentrada en Asturias y en Sevilla. Precisamente, este lunes, la cúpula de Indra, con Escribano y su CEO, José Vicente de los Mozos, se han reunido con el consejero de Industria, Jorge Paradela, de la Junta andaluza para presentar su plan de crecimiento.
Esta comunicación sindical no es la primera que se produce en los últimos días. Se suma a la realizada por el portavoz sindical de CCOO en la planta de Trubia de Santa Barbara, apostando también por la venta a Indra de la empresa, tal y como afirmó en una entrevista en el medio La Nueva España.
Contexto de Santa Bárbara y la venta a General Dynamics
La historia de Santa Bárbara está marcada por su venta a General Dynamics en 2001, cuando el Gobierno español aprobó la venta de la empresa, un paso que la transformó en una filial de la multinacional estadounidense. A lo largo de los años, General Dynamics ha sido responsable de la gestión de la empresa, pero según el comunicado, el impacto de esta gestión ha sido negativo, con un desmantelamiento progresivo de la capacidad productiva y una deslocalización de procesos clave.
El comunicado no solo destaca el «desmantelamiento físico» de fábricas como las de Trubia y Sevilla, que hoy funcionan en régimen de alquiler, sino también la pérdida de capacidades estratégicas que ha afectado gravemente a la empresa. El sindicato menciona cómo, con la subcontratación de procesos y la falta de previsión en la gestión, se ha ido perdiendo el «saber hacer» que Santa Bárbara poseía en el sector.
Uno de los puntos más críticos del comunicado es la denuncia de los recortes laborales y el impacto negativo que las decisiones de General Dynamics han tenido sobre los trabajadores. En 2013, se aplicó un ERE y ERTE, afectando a trabajadores con hasta 40 años de antigüedad en la empresa. Además, se mencionan recientes despidos y el cierre de varios centros productivos, lo que ha acentuado el malestar entre los empleados.
A pesar de este historial de recortes y desmantelamientos, el comunicado destaca la sorpresa por la actitud de General Dynamics, que parece mostrar un interés renovado por lo que queda de la compañía, pero sin tomar acciones significativas para revertir la situación.
Santa Barbara e Indra han mantenido un enfrentamiento soterrado en los últimos años, a raíz del megacontrato de blindados 8×8 encargados por el Ministerio de Defensa, y valorado en 2.000 millones. En su día, el departamento que lidera Margarita Robles obligó a Santa Barbara, ganadora inicial del concurso, a formar un consorcio junto con Indra y otros dos fabricantes españoles de tamaño medio, Escribano (Madrid) y Sapa (País Vasco), para poder ejecutar el contrato.
Este acuerdo se forjaba mientras el Gobierno de Pedro Sánchez daba un importante volantazo en Indra a través de su participación de la SEPI, llevándose por delante a consejeros e inversores para convertir la antaño firma tecnológica en el Campeón Nacional de Defensa, es decir, primer fabricante nacional para la industria armamentística. Sin embargo, estos objetivos están lejos de ser visibles después de que el gran contrato de los blindados lleve dos años de retraso y los vehículos apenas hayan podido entregarse, conllevando incumplimientos de contrato y sanciones millonarias.
Esto ha provocado un cruce de acusaciones importantes entre socios que ha terminado, en primer lugar, en una ‘opa amistosa’ de Indra de Tess Defence, pasando del 25 al 51%; en segundo lugar, aupando a su socio Escribano a la presidencia de Indra tras la salida de Marc Murtra a Telefónica, y, en tercer lugar, presionando en favor de la vuelta al ‘redil público’ de Santa Bárbara Sistemas GDELS. Este último paso es el único de los tres que todavía no se ha materializado.