El textil prevé cierres en masa si no hay prórroga de los ERTE
El presidente de Acotex, Eduardo Zamácola, reitera que la confianza del consumidor no ha vuelto ni mucho menos con la nueva normalidad
El sector de la moda sigue advirtiendo de los peligros de la pandemia del coronavirus sobre sus principales empresas. La caída de los ingresos fue contundente durante el confinamiento, siguió moderadamente con la desescalada y no ha desaparecido con la nueva normalidad. Tres fases que han dejado un agujero millonario en la industria y que esperan que pueda taponarse. Sus propuestas y soluciones, no obstante, esperan la respuesta del Gobierno: mayor flexibilidad en los ERTE, cambiando las reglas de juego establecidas.
Es el tema sobre el que giran las principales propuestas de Eduardo Zamácola, presidente de la la Asociación Nacional del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), que representa a más de 800 empresas, 15.000 puntos de venta y 80.000 trabajadores. La primera propuesta es la extensión de los ERTE por fuerza mayor, una idea ya deslizada durante la pasada semana por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien ya ha solicitado que se extiendan hasta 2021.
Zamácola también apunta que se ayudaría más a las empresas si aquellos ERTE que no pueden acometerse por fuerza mayor, sino por motivos económicos — los ETOP, es decir, por causas económicas, técnicas, organizativas y productivas — , se flexibilizan. «Conllevan una enorme carga administrativa y si no se modifican volveremos a colapsar el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)», explica.
Los ERTE por causas económicas conllevan más carga administrativa
Las palabras de Zamácola siguen el discurso del presidente la CEOE, que afirmó que «cuando llegue septiembre» se debería examinar si «esta herramienta (los ERTE por ETOP) deba utilizarse de otra manera en determinadas empresas para que, con la flexibilidad que ofrece, se pueda controlar».
Tanto el presidente de Acotex como Garamendi, en esencia, se refieren a tratar de hacer más fácil el regreso a la actividad de las empresas, adaptadas al nuevo escenario. Sobre todo cuando cerca del 15% de los establecimientos siguen con la persiana cerrada, según datos de Acotex, y solo abrirán si la situación es propicia y mejora.
Los ERTE, que han demostrado ser una perfecta herramienta de maquillaje estadístico en el desempleo —los afectados figuran como «no ocupados» pero no como parados—, son para Zamácola «una solución temporal» que no encaja en el nuevo escenario, en el que «es imposible mantener las mismas plantillas que en el nivel precovid».
Una caída interanual que supera el 40%
Zamácola, que ya atendió a Economía Digital en abril, cifraba en un 90% el porcentaje de plantilla acogida a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo durante el confinamiento, momento en el que las medidas para frenar la expansión del virus conllevaron el cierre de tiendas y únicamente la posibilidad de poder operar desde el canal online.
En esta nueva normalidad, Acotex traslada que se han cumplido sus peores presagios: el consumidor no ha recuperado la confianza. No se trata de que el coronavirus haya hecho mella durante tres meses (marzo, abril y mayo), sino que tampoco ha encontrado un revulsivo durante el verano y el periodo de rebajas.
Sus datos así lo prueban. Las ventas del mes de julio cayeron un 22,5% respecto al mismo periodo del año anterior, es decir, el efecto rebajas se diluyó pese a un incremento de las promociones. Así, el acumulado anual alcanzaría ya un descenso del 43,1% respecto a 2019.