El coronavirus recorta pagas a la plantilla de Orange
Los trabajadores de la compañía se quedan sin parte de la retribución variable, ligada a los objetivos del grupo
El coronavirus hace mella en las empresas de telecomunicaciones en España, un sector ya de por sí castigado en los últimos años por la agresividad del mercado. Los últimos en pagar las consecuencias serán los trabajadores de Orange, la segunda firma telco en el país por volumen de ingresos y cuya evolución económica en el último año ha descendido respecto a sus anteriores ejercicios.
Distintas fuentes internas de la compañía confirman a Economía Digital que la dirección, con nuevo CEO desde hace semanas, ha trasladado a la plantilla que, a diferencia de otros años, no abonará el 100% de la retribución variable ligada a objetivos del grupo. Dicha paga se abona en la nómina del mes de septiembre y sus condiciones se fijan un año antes. La cantidad se recortará en torno al 25% del total, inciden las mismas voces, aunque otras señalan que el porcentaje varía en función de la unidad de negocio en la que trabajen.
Los objetivos económicos están ligados al resultado de explotación del grupo (ebitda), la medida utilizada generalmente para medir la salud general del negocio. El coronavirus ha sido uno de los factores que ha generado desviaciones. Una de ellas fue el cierre de tiendas tras el confinamiento. Otra, la prohibición durante semanas de las portabilidades, el mecanismo utilizado por las empresas para lanzar ofertas comerciales a clientes de la competencia para que cambien de compañía manteniendo el número de teléfono.
El bloqueo se reflejó en los números de Orange. En concreto, la filial española de la firma francesa registró una caída de ingresos de 154 millones de euros respecto a la primera mitad de 2019 (2.657 millones). Este descenso se produjo en la mayoría de sus líneas de negocio. Cayó la contribución de los clientes convergentes (-2,8%), de móvil (-11,5%) y de fijo (-6,1%). El impacto de la pandemia también se vio reflejado en la venta de equipos y terminales, sobre todo teléfonos móviles, que anotó un descenso de doble dígito (-17%). Por lo que respecta al ebitda, la caída fue del -7,5%.
La decisión de la dirección ha movilizado a los sindicatos. CCOO ya ha comunicado la medida a sus afiliados y USO ha pedido a la compañía que reconsidere su postura y abone el 100% de la remuneración variable. «Cada área tiene sus indicadores, no son los mismos para todos y no solo el ebitda es un indicador», matizan desde Orange.
La agresividad comercial también pasa factura
Más allá de la pandemia, en Orange saben que hay otro factor que ha provocado el incumplimiento de objetivos: el low cost. Es la dinámica instaurada en el mercado de las telecomunciaciones y culpable de llevarles a lanzar ofertas y precios agresivos para frenar el crecimiento de operadores que compiten en precio. Después de que 7,3 millones de personas se cambiaran de compañía el pasado año, cifra récord, el mercado sigue caliente.
Orange sabe que flaquea en el apartado de clientes de bajo coste, porque el saldo de portabilidades es negativo cada mes, lo que supone que a estas alturas del año ya haya vivido una fuga superior a las 300.000 líneas. La compañía ha reaccionado, reforzando sus marcas blancas como República Móvil, Amena o Jazztel.
Las cifras consultadas revelan que la filial española de Orange es uno de los mayores donantes de líneas a MásMóvil, el cuarto operador, y Digi, una compañía que nació con vocación de limitarse a cubrir el segmento étnico.
Los márgenes se estrechan y la situación es cada vez más límite para todas las firmas del sector, que ya piden encarecidamente que llegue una oleada de fusiones y adquisiciones. Las operaciones de concentración conllevarán, según los expertos, un beneficio compartido como consecuencia de la reducción del número de competidores o, al menos, el final de las guerras comerciales.
A Orange le queda la esperanza de que la filial española sigue siendo la más importante de todas las que opera el grupo, solo con permiso de Francia, y en España sigue inamovible en el segundo puesto como operador, estando por delante de Vodafone en volumen de ingresos y cuota de mercado.