El coronavirus empuja el teletrabajo pero España sigue lejos de Europa
Los datos de organismos oficiales y estudios independientes coinciden: el teletrabajo en España avanza, pero lentamente y lejos de sus vecinos de Europa
Ante el miedo generado por el coronavirus en España, donde los infectados ya se cuentan por centenares, se ha abierto el debate sobre el teletrabajo. Muchas empresas de renombre en España, desde cotizadas como Telefónica hasta consultoras de ámbito internacional como EY, no han dudado en implantar esta política. Pero, ¿realmente está arraigada en nuestros hábitos?
Los datos que se han divulgado durante estos años desde organismos oficiales y estudios independientes apuntan a dos tendencias: el teletrabajo no deja de crecer en España pero, si se compara con el resto de países de Europa, sigue muy lejos de la media.
Para situarnos, empecemos con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que indica que solo el 7% de los ocupados (1,4 millones de personas) realizan esta práctica de manera ocasional. Es más, si nos fijamos en quiénes teletrabajan de manera «habitual» (más de la mitad de los días de la semana), vemos que son sólo 800.000 personas las que se acogen a esta opción (no llegan al 5% del total).
Lejos de Europa
Las cifras son más preocupantes si nos fijamos en los datos de Eurostat. El instituto de estadística europeo indica que apenas un 3% de los empleados españoles trabajaba a distancia de forma habitual en 2019. Una cifra que es similar a la que aporta el INE pero que debe compararse con la de otros países europeos: Finlandia, Luxemburgo o Países Bajos cuentan con porcentaje que se sitúa cercano al 15%, es decir, cinco veces más.
Países como Luxemburgo, Finlandia y Países Bajos tienen una tasa de teletrabajo cinco veces superior a la de España
Otra muestra de cómo está el teletrabajo en España se ve en los estudios independientes. El Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, elaborado por el grupo de recursos humanos e investigadores de Barceló y Asociados, concluyó el pasado año que el trabajo a remoto había alcanzado su nivel más alto durante el segundo trimestre de 2018.
No obstante, el mismo informe apuntaba el mismo mal que las fuentes anteriores: hay poca tendencia a teletrabajar de forma habitual. Y añadía el ciclo económico como otro factor a tener en cuenta, ya que el número de empleados que apostaban por trabajar desde casa empezó a crecer de manera significativa desde 2006 y, con la crisis económica, a partir de 2008, continuó incrementándose. Fue en el bienio 2014 -2015, es decir, durante la primera etapa de la recuperación económica, cuando el colectivo de teletrabajadores se redujo.
Madrid, a la cabeza en teletrabajo
Por regiones, dentro de España también hay diferencias. La Comunidad de Madrid se sitúa a la cabeza (9,7%) y le siguen Andalucía (8,4%) y la Comunidad Valenciana (8,1%).
La otra cara de la moneda son las Islas Baleares (5,1%), Cataluña (5,3%) y Navarra (5,8%). En odas ellas, indicaba Adecco el pasado año, se detecta un incremento progresivo del teletrabajo.
¿De quién es la culpa?
Ante el escenario que puede plantearse, con empresas que deben decidir qué hacen con sus plantillas, salta la duda de por qué el porcentaje de teletrabajadores en España es tan bajo. La empresa de recursos humanos Randstad elaboró hace un par de años un estudio sobre la preferencia del lugar de trabajo de los ocupados según su edad, su nivel formativo y su país de residencia.
El resultado, que salió a partir de más de 13.500 encuestas a profesionales ocupados de 33 países, revelaba que el 68,6% de los empleados en España sí quiere teletrabajar, pero no puede porque su empresa no lo permite.
Por grupos de edad
¿Quienes son los empleados que más aprovechan el teletrabajo? ¿Los jóvenes o los mayores? Randstad afirmaba que los más asiduos al teletrabajo eran los empleados de entre 25 y 45 años, en concreto el 78% de ellos. Le seguían a cierta distancia los trabajadores menores de 25 años (64%). Los que menos eran los mayores de 45 años (58%).
“El teletrabajo ocasional debería verse como una opción beneficiosa para todas las partes», declaró Miguel Valdivieso, director de Randstad Human Capital Consulting.
Valdivieso considera que esta práctica lleva al empleado «ser más eficiente a la hora de llevar a cabo su actividad y le produce ahorros en tiempos improductivos (desplazamientos, ineficiencias en el lugar de trabajo e incluso reuniones más cortas)». Defiende que para la empresa también es positivo, «porque la satisfacción de sus empleados redunda en mejores ratios de eficacia, lo que mejora los resultados de su negocio”.