Duro Felguera evita causa de disolución con la moratoria del Gobierno y aguarda a Sepi e Indra para no ir a concurso
Indra podría utilizar las fábricas y la mano de obra de Duro Felguera para la fabricación de armamento, bajo la batuta de la Sepi.
Duro Felguera, en Gijón, Asturias (España)
El acuerdo para resolver el contrato de la construcción de la central eléctrica de Djelfa en Argelia, y la prórroga concedida por el Gobierno para no computar pérdidas de los ejercicios 2020 y 2021, permiten a Duro Felguera dejar atrás la situación de causa de disolución en la que estaba desde el pasado 1 de enero.
Tras el acuerdo en Argelia, la multinacional asturiana, en preconcurso de acreedores, necesita ahora el apoyo de la Sepi para evitar la quiebra, y tiene en Indra a un potencial socio con el que salir de la crítica situación en la que se encuentra.
La pasada semana la compañía informó que había suscrito un «memorándum de entendimiento» con Sonelgaz-Production d’Electricité para la resolución amistosa del contrato suscrito hace once años, para la construcción de la central eléctrica de Djelfa en Argelia, que incluye la cesión del mismo a China Power Engineering & Consulting Group Internation.
Duro Felguera prevé ahora registrar patrimonio positivo y evitar situarse en causa de disolución
El litigio en Argelia provocó a finales del pasado año que Duro Felguera solicitara preconcurso de acreedores, ante la posibilidad de que un acreedor instara concurso. El grupo con sede en Gijón se vio obligado a reformular sus cuentas al tener que anotarse una provisión de 100 millones de euros por el conflicto.
La empresa publicó sus cuentas revisadas del primer semestre de 2023 el pasado mes de diciembre y en ellas el auditor, KPMG, advertía que, a partir del 1 de enero de 2025, Duro Felguera se encontraría «incursa en causa de disolución (…) al expirar el plazo por el que se pueden excluir las pérdidas de los ejercicios 2020 y 2021″.
La consultora señalaba también diversos factores que indican «la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento«.
Tras el acuerdo alcanzado la pasada semana, la compañía prevé ahora registrar patrimonio positivo, restando cerca de 200 millones de euros a la pérdida de patrimonio, de acuerdo a fuentes cercanas al grupo consultadas por este diario.
Lo que sumado a la moratoria concedida por el Gobierno a las empresas para no computar pérdidas de los años 2020 y 2021 hasta finales de este año -a través del Real Decreto-ley 4/2025, de 8 de abril-, supone que Duro Felguera deja de estar en causa de disolución.
En su Artículo 6, el real decreto aprueba la medida de suspensión de la causa de disolución por pérdidas incidiendo en que, ante la «actual amenaza de una nueva crisis [por los aranceles de Trump]», es necesario «preservar nuestro tejido económico y el empleo, procurando las condiciones legales para que las empresas viables que componen nuestra economía puedan continuar su actividad».
Duro Felguera, Sepi e Indra
A pesar de evitar situarse en causa de disolución, Duro Felguera requiere ahora del apoyo de la Sepi para no ir a la quiebra.
Tras declararse en preconcurso el pasado mes de diciembre, la compañía disponía de tres meses para negociar convenio con los acreedores. El pasado mes de marzo el grupo solicitó una prórroga para proseguir con las negociaciones, hasta el próximo mes de junio.
La salvación de Duro Felguera pasa ahora irremediablemente por la Sepi, que le otorgó en 2020 una ayuda de 120 millones. El principal accionista en la actualidad del grupo -las mexicanas Prodi y Mota-Engil, lideradas por José Miguel Bejos– no está dispuesto a aportar un euro más, tras haber inyectado 90 millones.
La compañía ya ha propuesto al organismo público dependiente del Ministerio de Hacienda la posibilidad de escindirse en dos empresas, como ha publicado Economía Digital, y que Sepi capitalice deuda tomando el control de la centenaria compañía asturiana.
Pero aun así, el grupo requiere de una estable y mayor fuente de contratos con la que mejorar su cartera de proyectos. Y es ahí donde entra Indra, que tiene como primer accionista a la Sepi.
A mediados del pasado mes de marzo, el presidente de Indra, Ángel Escribano, adelantó en el Congreso de los Diputados los planes de la compañía para adquirir una fábrica de Duro Felguera, tras descartar la compra de Santa Bárbara Sistemas.
Indra ultima ahora la compra de la fábrica de Duro Felguera en Gijón, conocida como El Tallerón, de caldería pesada. Pero esa operación podría ser el preludio de una mayor integración entre Indra y Duro Felguera, bajo la batuta de Sepi.
La compañía asturiana dispone del conocimiento, las fábricas y la mano de obra que Indra requiere en la actualidad para impulsar la fabricación de armamento.
Con la llegada de Ángel Escribano a la presidencia de Indra, el pasado mes de enero, la compañía ha centrado su crecimiento de los próximos años en la industria de la defensa, en un contexto geopolítico propicio para ello.
Pero, tal y como admitió Escribano en la presentación de los resultados anuales de Indra, la compañía necesita fábricas y mano de obra, que es lo que aportaría Duro Felguera, en una asociación que iría más allá de la venta de El Tallerón.