El dueño de Groupalia da la espantada en los juzgados
El dueño de Groupalia, Antonio Alcántara, no acude a sede judicial por segunda vez en tres meses
En la agenda del dueño de Groupalia no figura presentarse en los juzgados. Por segunda vez en tres meses, Antonio Alcántara ha vuelto a dar la espantada en los tribunales. La última vez fue el miércoles, cuando no se presentó en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para responder por el despido colectivo que ejecutó en la empresa.
De nuevo, el máximo responsable de la compañía de webs de cupones descuento ha alegado motivos de salud. Esta vez, Alcántara ha asegurado que tenía una cita médica. Un motivo similar a la del pasado mayo, cuando se libró de responder ante el juez por el supuesto traslado «forzoso» de las oficinas de Groupalia. En aquella ocasión, el directivo manifestó que un dolor de muelas le impedía acudir.
La ausencia es una maniobra que «busca dilatar el proceso el máximo tiempo posible», afirman fuentes cercanas al caso. Así, no será hasta septiembre «cuando se reanude el juicio», añaden.
La polémica decisión del despido colectivo fue anunciada a finales de mayo. La empresa comunicó que se basaba en «causas objetivas» para tomar esta decisión debido a que el resultado económico obtenido durante el ejercicio de 2016 había sido muy inferior al cosechado en la anualidad 2015.
A continuación, la compañía detallaba que los ingresos por ventas correspondientes al último ejercicio llegaban hasta los 7,3 millones de euros, un 42% menos de lo registrado el año anterior.
Los demandantes consideran que Alcántara busca dilatar el proceso el máximo tiempo posible
No obstante, diferentes empleados consideran que no se ha cumplido con la legalidad ni tampoco con los plazos. Por estas mismas razones ahora reclaman ante la justicia la nulidad del proceso.
El otro frente que mantiene Alcántara, y que no se desbloqueará hasta que no se resuelva el primero, versa sobre la supuesta irregularidad en el traslado de las oficinas de la compañía.
El diciembre de 2016 el empresario decidió que los trabajadores pasaran a desarrollar su actividad en un coworking de bajo coste en Vilanova i la Geltrú y no en las oficinas de Sant Just Desvern, lugar que hasta entonces había sido su centro de operaciones.
Esta situación también fue denunciada. En este caso, ante la inspección de trabajo. El motivo es que diferentes trabajadores consideran que este traslado tenía como intención incomodarles para que abandonaran la compañía o, como segunda opción, salieran a cambio de incorporarse a Lets Bonus o Nice&Crazy, firmas también vinculadas con Alcántara y en las que trabajan anteriores empleados de Groupalia.