Draghi echa un capote a Pallete y Telefónica: desregulación y que paguen las ‘big tech’
El informe del expresidente del BCE apuesta por algunas de las medidas que José María Ávarez-Pallete viene reclamando en los últimos años
El ‘informe Draghi‘ supone un giro radical para la economía de la Unión Europea y, de llevarse a cabo, una gran reforma para el sector de las telecomunicaciones, que encaja con varias de las reivindicaciones más repetidas por el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
El que fuera presidente del Banco Central Europeo ha detallado en un completo dossier sobre los desafíos de la industria y de las empresas en el Mercado Único los principales males que lastran el crecimiento económico de los operadores europeos frente a sus competidores chinos y estadounidenses.
Desregulación, menos empresas y más grandes o que los gigantes tecnológicos paguen por el masivo uso de las redes de los operadores son algunas de las cuestiones clave que Mario Draghi trata en su ambicioso plan, donde plantea la creación de un fondo común europeo de 800.000 millones de euros.
El presidente ejecutivo de Telefónica alabó el informe esta semana y reconoció tener esperanza en que se lleve a cabo una nueva política industrial que se articule a través de la que ya es su principal reclamación: la desregulación del sector para poder competir en igualdad de condiciones.
Draghi propone menos regulación previa y armonizar las reglas de la UE
En este sentido, Draghi propone «reformar la postura de la UE en materia de regulación y competencia» para completar el Mercado Único Digital de las telecomunicaciones. Una estrategia que suponga la armonización de las normas comunitarias y que favorezca las fusiones y las operaciones transfronterizas.
Para ello, las soluciones del expresidente del BCE pasan por reducir la regulación denominada ex ante, puesto que «desincentiva las inversiones y la asunción de riesgos, y favorece la aplicación ex post de la normativa de competencia en casos de abuso de posición dominante». Es decir, Draghi plantea que ante grandes operaciones se actúe con un poco más de «manga ancha» y se regule a posteriori si es necesario.
Otra de las medidas que destaca en el informe es introducir el principio de «las mismas normas para los mismos servicios» en toda la Unión Europea para eliminar el «arbitraje regulador entre proveedores de subsectores adyacentes que prestan servicios similares».
En esta línea, apunta a una armonización de normas y procesos de concesión de licencias de espectro para todos los estados miembro, la liberación de nuevas bandas de frecuencias e incluso vetar a las subastas de espectro que no sigan las directrices de la Bruselas en este sentido.
Menos operadores y más grandes para paliar la caída de ingresos e inversión
Todo ello, en un contexto en el que el sector de las telecomunicaciones europeo lleva años perdiendo rentabilidad, lo que para el economista italiano, «puede representar un riesgo para las empresas industriales en Europa, en una fase en la que se requieren infraestructuras de vanguardia para digitalizar las cadenas de fabricación, suministro y distribución».
Y es que, actualmente la Unión Europea cuenta con decenas de operadores de telecomunicaciones que prestan servicio a unos 450 millones de consumidores, frente a unos pocos en EE.UU. y China. Además, Europa cuenta con un mercado muy fragmentado con exceso de pequeños operadores que, si bien benefician al consumidor, lastran el desarrollo y la rentabilidad del sector.
Así, en los países de la Unión Europea hay 34 operadores de redes móviles (ORM) -como Movistar, Vodafone, Orange y MásMóvil- , mientras que existen hasta 351 operadores virtuales (OMV), que no invierten en infraestructuras de red. Una diferencia abismal con Estados Unidos o China, donde los OMV son tres y cuatro, respectivamente.
«La bajada de precios en Europa ha beneficiado sin duda a ciudadanos y empresas, pero con el tiempo también ha reducido la rentabilidad del sector y, en consecuencia, los niveles de inversión en Europa, incluida la innovación de las empresas de la UE en nuevas tecnologías más allá de la conectividad básica», expone el estudio.
Ante tal escenario de caída de ingresos e inversión, Draghi apuesta por políticas industriales que tengan potencial para promover una mayor consolidación en el sector, «sin que ello suponga necesariamente un aumento de precios para los consumidores».
Es por ello que reitera la necesidad de reformar los medios jurídicos para intervenir después de haber autorizado las fusiones, «acelerando las evaluaciones periódicas de la competencia basada en los precios». Así, en caso de incrementos excesivos, «permitir la rápida aplicación de medidas correctoras».
No obstante, también refuerza la posición de que para autorizar las operaciones de fusión se aumenten los compromisos de inversión e innovación que sigan un calendario detallado, así como de las eficiencias para mejorar la calidad de los servicios. Se trata de alternativas a las desconsolidaciones parciales o transferencias de activos físicos, como sucede con los ‘remedies’.
Llegar a acuerdos para que las ‘big tech’ paguen por el uso de la red
Si bien la hoja de ruta de Draghi abarca otros puntos importantes, destaca uno especialmente por ser otra de las principales reivindicaciones de Álvarez-Pallete: que las grandes tecnológicas paguen por el uso de las redes de las telecos europeas.
Draghi identifica una necesidad de inversión muy grande para la UE, tanto en infraestructuras como en diferentes tecnologías como el despliegue de APIs de red y computación y almacenamiento de datos. En total, estima al rededor de 200.000 millones de euros para garantizar una cobertura gigabit completa en toda la UE y una cobertura 5G autónoma en todas las zonas pobladas.
Algo para lo que recomienda aumentar «apoyar la inversión comercial compartida entre los propietarios de las redes y las plataformas online muy grandes que utilizan masivamente las redes de datos de la UE pero no contribuyen a financiarlas». Es el caso de Apple, Meta, Netflix o Amazon.
En este sentido, propone fomentar la «definición de acuerdos contractuales comerciales» para la terminación del tráfico de datos y el reparto de costes de infraestructura entre los proveedores de servicios de internet u otros operadores de telecomunicaciones que posean la infraestructura y estas plataformas que usan la red.
«Debería preverse la salvaguarda de ofertas finales de arbitraje obligatorias realizadas por las autoridades nacionales de competencia, en caso de fracaso de las negociaciones en un plazo razonable«, concluye.
El plan industrial para el sector telco europeo es muy ambicioso y, de llevarse a cabo, cumpliría con varios de los grandes llamamientos que Telefónica ha venido haciendo en los últimos años.