Los herederos de Carrefour presionan al consejo de DIA
La propuesta de los accionistas liderados por el francés Gregoire Bontoux choca con la hoja de ruta del consejo de DIA
Las piezas del rompecabezas de DIA (sindicatura, minoritarios, Fridman y la cúpula) no encajan a falta de un mes para la junta de accionistas que marcará el futuro de la compañía. La última prueba de ello es la propuesta de los herederos de Carrefour y sus socios, más conocidos como la Sindicatura de Accionistas de DIA, de una ampliación exprés de 100 millones antes de la junta de accionistas, marcada para el 20 de marzo.
El consejo de administración no sabe cómo acoplar esta propuesta. El acuerdo de refinanciación con la banca acreedora — compuesto por 12 entidades financieras — impide que la hoja de ruta se pueda desviar ni un milímetro. El consejo tiene clara su estrategia: una reducción de capital para a continuación hacer una ampliación, asegurada por Morgan Stanley, de 600 millones de euros, en lo que se conoce como una operación acordeón.
La Sindicatura de Accionistas está compuesta por tres inversores que suscribieron un acuerdo de sindicación de acciones dos días después de que el magnate ruso Mikhail Fridman anunciara sus intenciones de quedarse la compañía. La lidera la firma luxemburguesa Naturinvest, vinculada a Carrefour a través del empresario francés Gregoire Bontoux Halley, que reside en España —tiene casa en Barcelona y Madrid — y del que todavía se desconoce qué bando va a escoger cuando toque posicionarse en la junta general de accionistas.
Bontoux tiene un paquete de acciones representativos del 2,94% del capital de la cadena de supermercados y está acompañado por otros dos inversores: los hermanos Pedro Gómez-Pablos Calvo. Pablo es accionista de la pesquera canaria Unión Martín y su hermano Pedro retiene los títulos de DIA a través de su patrimonial Altocapital Inversiones. Junto a Bontoux suman el 3,24% del capital.
Esta agrupación lanzó el pasado sábado, hace solo cuatro días, su propuesta de ampliación exprés a un valor superior a la cotización actual y está presionando para que el consejo la estudie. Ve la operación viable porque, según cuentan fuentes cercanas, el consejo de administración de DIA dispone de autorización desde el año 2016 para llevar a cabo una ampliación de capital acelerada sin necesidad de ser aprobada por la junta general de accionistas.
Además, según añaden, esta apuesta acercaría las posturas entre el consejo de DIA y Letterone (Mikhail Fridman) que, a falta de un mes exacto para la junta, están cada vez más distanciadas.
Fridman solo piensa en la opa
Pero la propuesta, además de al consejo, tampoco gusta a Fridman, que ve además «deber de pasividad». Pese a que la compañía está en quiebra técnica —su patrimonio neto es negativo en 166 millones—, Letterone, el brazo inversor con el que Fridman y sus hombres tienen el 29% de DIA, no parece que vaya a cambiar sus tiempos: primero quiere tener la compañía en propiedad (si triunfa su opa a 0,67 euros por acción) y después tomar decisiones (500 millones de ampliación).
De hecho, Fridman, que ya ha pedido autorización a la Unión Europea y a Brasil para la opa y es posible que presente el folleto a la CNMV antes de que termine la semana, ha dejado claro que no acudirá en ningún caso a la ampliación del consejo de administración. Esto provocará, si finalmente la inyección se lleva a cabo, la pérdida de peso de Letterone en el capital y su renuncia a hacerse con el 70,1% restante de la compañía.
Aunque, tal y como reprochan desde fuentes cercanas al consejo, la situación apremia. DIA, apuntan, se puede ver abocada a pedir la disolución en los dos meses siguientes a la junta si no llega una ampliación de capital. Califican de «imprescindible» esta salida para poder restaurar el equilibrio patrimonial de la compañía, cuyas pérdidas fueron de 352,6 millones de euros en 2018, su deuda neta está en 1.451 millones y los primeros vencimientos llegarán a finales de marzo.