Descontento empresarial con la creciente ‘desconexión’ con el Gobierno Sánchez
El empresariado siente que el Ejecutivo no defiende sus intereses en las políticas ejecutadas o planificadas
Crece el descontento entre empresariado con el Gobierno de Pedro Sánchez. Los empresarios no ven sus intereses representados en las políticas llevadas a cabo por el Gobierno de Pedro Sánchez y detectan cierta «desconexión» por parte del ejecutivo a sus necesidades a corto y largo plazo.
Las medidas económicas incluidas en el acuerdo de investidura han sido la gota que ha colmado el vaso, pero fuentes empresariales considera que este desapego ya viene de lejos. En el último año, las empresas ya han lanzado el grito al cielo por políticas como el impuesto a los beneficios de la banca y las energéticas, así como los distintos ataques de Podemos a directivos con nombre y apellido.
Esta misma sensación se dejaba entrever este jueves entre los pasillos del Palacio de Congresos de Granada, que ha acogido el Congreso de directivos de la Fundación-CEDE. El propio Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha hablado en este sentido durante su contundente intervención en el evento, cuando ha cargado contra el acuerdo de investidura entre el PSOE y Sumar. «No ha visto una empresa en su vida, deberían de pagar una nómina alguna vez para saber qué es lo que significa», ha sentenciado.
Sobre esta desconexión, y unas horas después de la intervención del presidente de la patronal, la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, se ha subido al mismo escenario, con un discurso que desentonaba con el relato general del resto de ponentes. Mientras que la mayoría de los conferenciantes han hablado de incertidumbre y de posibles nubes grises causadas por los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Medio, los altos tipos de interés y la inflación; la ministra ha defendido los buenos datos económicos registrados hasta la fecha en el país, evitando entrar en polémicas.
Incluso un sereno Isidro Fainé ha lanzado una alerta sobre la «complejidad y la incertidumbre» que rodea la economía global. «Ambos factores nunca han estado presentes con tanta intensidad como ahora. La velocidad de los acontecimientos se ha acelerado», ha apuntado.
El diálogo social
Por otro lado, la titular de Economía ha señalado durante su intervención la «capacidad de diálogo y de huir de posiciones extremas» como dos de las principales cualidades que debería de tener un buen liderazgo empresarial. Estas declaraciones contrasta con las críticas lanzadas por las principales patronales en el evento, que precisamente han acusado a los socialistas de «cargarse» el diálogo social al pretender establecer por ley la reducción de la jornada laboral, un elemento que, defienden, debería de decidirse en consenso con los agentes sociales.
EN este sentido, durante el Congreso de directivos, los principales representantes empresariales no se lo han pensado dos veces a la hora de arremeter contra las políticas como la reducción de la jornada o la reforma del Impuesto de Sociedades, ambas incluidas en el pacto de investidura. El primero en saltar ha sido Garamendi que ha considerado que los partidos que aspiran a formar un ejecutivo de coalición quieren aplicar «fórmulas populistas que solo van en contra del empresario» y «entorpecen la economía».
Un rato más tarde, le ha llegado el turno a las pymes y a las patronales territoriales. Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, ha tachado dichas medidas de «una persecución en toda regla al empresario». «La libertad económica de imperar. Buscamos entornos ciertos, las normas no pueden cambiar de la noche a la mañana».
Cuerva ha compartido escenario con Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, que ha catalogado las políticas económicas del acuerdo de «una falta de respeto a los empresarios españoles». «No dejan de hacer daño a la economía productiva».