Competencia autoriza a Repsol la compra de Petrocat si se desprende de 23 gasolineras
El organismo regulador obliga al futuro propietario a mantener políticas que eviten la excesiva concentración de la petrolera en territorio catalán
La Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia (CNMC) podría dar el visto bueno a la compra del 90% de Petrocat por Repsol, pero con condiciones. En términos aproximados son los mismos compromisos que presentó la sociedad adquiriente.
El organismo que preside José María Marín subordina la operación a la venta de 23 gasolineras: 22 situadas en Catalunya y otra en Madrid. La desinversión en las estaciones de servicio deberá completarse, previa autorización de Competencia, en un plazo estipulado con el fin de garantizar el mantenimiento de un presión competitiva suficiente.
Otras condiciones
Además, la petrolera presidida por Antoni Brufau deberá cumplir otros compromisos como el aprovisionamiento mínimo por otros operadores distintos a la compañía de las estaciones gestionadas por Petrocat, según ha informado la CNMC este lunes.
También deberá ceder la gestión a un tercero de la estación de servicio de Tagamanent (Barcelona), propiedad de Repsol pero gestionada por la compañía catalana. Según explica Competencia, Petrocat realizaba una gestión independiente y competitiva en precios que se debe mantener con la presencia de un tercero con imagen propia.
Desaparición de un competidor relevante
Competencia puntualiza en el comunicado que la operación de concentración –que en el mercado minorista conlleva la adquisición de 38 estaciones se servicio– supone “la desaparición de un competidor relevante en Catalunya que tiene una política autónoma y diferenciada de Repsol y podría representar una alternativa en precios”.
Asimismo, puntualiza que la adquisición de Petrocat se produce en un momento en el que Petrocat registra pérdidas significativas, a causa de la reducción de sus ventas y el deterioro de sus márgenes, que podría abocarle al concurso.
Otros dos socios
La presencia de Repsol en la compañía catalana es antigua. La petrolera, que el pasado enero reveló que quería hacerse con el “control exclusivo” de Petrocat, ya controla el 45% de su capital.
En la mesa hay otros dos accionistas, Cepsa –con otro 45%– y el Instituto Catalán de la Energía (Icaen) –dependiente de la Generalitat—con el 10% restante. Esta última ya aseguró a Economía Digital que no vendería su participación, por lo que seguirá teniendo un papel testimonial.