Carrefour vendió falso jamón ibérico de bellota de Comapa en Navidad
Comapa –con la colaboración de Carrefour– coló miles de falsos jamones ibéricos de bellota con total impunidad en 2017 y 2018
Las normativas de calidad interesan poco en las oficinas de Comapa, que fue el mayor proveedor de jamones de Carrefour hasta que un combo de imputaciones y escándalos por fraude alimentario acabó llevando a la ruina a la empresa, actualmente en concurso de acreedores. Al margen de los escándalos protagonizados por esta compañía con sede en Madrid, se siguen destapando otras de sus trampas para vender a los consumidores falso jamón ibérico de bellota.
Entre 2017 y 2018, especialmente en las Navidades, Carrefour puso a la venta miles de jamones ibéricos de bellota distribuidos por Comapa que ignoraban los estándares de producción y calidad recogidos en la norma para los productos cárnicos derivados del cerdo ibérico. Documentación que fuentes del sector han revelado a Economía Digital –previa condición de anonimato– demuestra que la empresa orquestó, con la colaboración de la cadena de supermercados, un fraude de jamón ibérico de bellota adicional a los ya explicados por este medio.
Esta vez es el etiquetado del producto el que desenmascara el fraude, a través de información de trazabilidad alimentaria contenida en el sello MAPA (acrónimo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), que es obligatorio y suele incluirse ya sea en la pieza de jamón (a fuego o tinta) o bien por medio de una etiqueta remachada en la pata, que es el caso que nos ocupa. A través de distintas marcas comerciales, Carrefour comercializó jamones ibéricos de bellota de Comapa cuyos sellos MAPA exponen anomalías en el proceso de elaboración.
Esta información de trazabilidad demuestra que Comapa no se respetó la normativa del ibérico en aspectos de suma importancia como la entrada en montanera (o engorde), la fecha de sacrificio establecida por ley y el inicio del proceso de salazón, procedimientos reglados por el aludido Ministerio en el reglamento ejecutivo del ibérico. La empresa aprovechó la fiebre por el jamón de bellota que despierta entre los consumidores al final de cada año para colar un producto que no siguió los estándares básicos definidos para esta categoría comercial. Y lo consiguió.
Un jamón distribuido por Comapa, cuyo sello de trazabilidad desenmascara un fraude de jamón ibérico de bellota
¿Cómo vender jamón ibérico de bellota low cost? Obviando las normas
El Real Decreto 4/2014, de 10 de enero, es la legislación más reciente que aprueba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico. También se recoge en el derogado decreto 1469/2007. Estos documentos establecen las condiciones de manejo para los animales que dan origen a productos con la designación «de bellota», y en ambos casos detallan que la entrada de los animales a la montanera deberá realizarse entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre, estableciéndose como periodo para su sacrificio entre el 15 de diciembre y el 31 de marzo.
Esto quiere decir que los fabricantes de cualquier producto cárnico derivado del cerdo ibérico solo pueden sacrificar el animal durante la segunda quincena de diciembre o los primeros tres meses del año; no antes, ni después. También indican que la etapa de engorde del animal en montanera será de un mínimo de 60 días en la dehesa, donde se alimentará principalmente de bellotas antes de ser sacrificado. En el caso del jamón, el proceso de curación deberá iniciarse “inmediatamente después” del sacrificio.
Muchos productores de ibéricos se acogen a la normativa, pero Comapa decidió en algún momento no seguir las mismas reglas que rigen al sector. Como puede observarse en imágenes de varios de sus jamones ibéricos de bellota puestos a la venta en Carrefour, el sello MAPA indica que la materia prima de estos productos entró en la fase de salazón el 13 de noviembre de 2013, lo que significa que los cerdos fueron sacrificados fuera del periodo establecido (más de un mes antes del 15 de diciembre) y estuvieron menos de 60 días en el engorde (que inicia el 1 de octubre).
Los jamones en cuestión eran de dos marcas de Comapa: Ibéricos de Antaño y La Joya de Jabugo (que por problemas de similitud con la Denominación de Origen Protegida Jabugo, a la que la marca no está adscrita, debió cambiar su nombre a La Joya de la Sierra). Se vendían a precios que oscilaban entre los 189 y los 225 euros, cuando en 2017 era casi imposible encontrar jamones ibéricos de bellota por debajo de los 300 euros y en 2018 era prácticamente un milagro conseguir uno por debajo de los 350 euros.
¿Cómo lo lograban Comapa y Carrefour? Vendiendo falsos jamones ibéricos de bellota, pues si un cárnico no está alineado con la norma de calidad del producto no puede ser considerado como tal. Genera todavía más sospechas que el sello MAPA también recoge el porcentaje racial del cerdo (50% raza ibérica), lo que no se corresponde con la cronología de la legislación, pues la obligatoriedad de los porcentajes genéticos fue aprobada en enero de 2014 y los jamones de Comapa lo incluían en un sello de trazabilidad que se debió colgar antes de su entrada en salazón, en noviembre de 2013.
Carrefour, por su parte, permitió que los falsos ibéricos de bellota se vendieran al público con esta información a vista y paciencia de todos, con la particularidad de que el consumidor promedio no sabe cómo interpretar toda la información de trazabilidad contenida en el etiquetado de este producto. Comapa no respondió las preguntas de este medio sobre estas irregularidades.
Jamones de Comapa a la venta en un supermercado Carrefour
Comapa y Carrefour, una pareja cuestionable
En 2017 y 2018, Comapa era el mayor distribuidor de jamón ibérico de bellota en España. Según datos de Alimarket, la empresa logró ventas por 120 millones en 2017 y por 130 millones en 2018 gracias a su gama de productos de cerdo ibérico. Pero durante aquella época también comenzaron a aflorar las dudas sobre la compañía, especialmente por los precios de sus productos ibéricos de bellota, sin igual en el mercado y, según fuentes del sector, “imposibles” por el elevado coste de la materia prima y elaboración de los mismos.
En enero de 2018, la Guardia Civil inició una investigación por fraude contra Comapa, precisamente después de visitar por sorpresa varios supermercados Carrefour. Las pesquisas inicialmente eran sobre irregularidades en el etiquetado y fraude alimentario. Días después, la empresa admitió que congelaba las piezas de jamón, una práctica que no es prohibida, siempre y cuando esta información figure en el etiquetado del producto, conforme a la legislación nacional y europea, algo que Comapa no solía hacer.
En un escándalo aparte, ese mismo año, Comapa fue incluida en otra investigación sobre jamones caducados y en mal estado que eran “adecentados” y reetiquetados para venderlos como frescos. Carrefour retiró algunos de estos productos, después de denuncias de clientes que afirmaron que habían encontrado gusanos en sus jamones. La investigación judicial aún no ha concluido. Pero la relación Carrefour-Comapa ha seguido activa, con varias otras tramas destapadas este 2019 por Economía Digital, al mismo tiempo que Comapa ha entrado en quiebra y su futuro es ahora mismo incierto.