Colombia y Perú, dos ventas en el foco de Murtra para quitar a Telefónica un lastre de 800 millones
La teleco afronta desinversiones en Latinoamérica en su nueva etapa accionarial y corporativa
Telefónica afronta su nueva etapa con el negocio de Latinoamérica en el foco. Algunos de los países de su filial Hispam como Colombia y Perú llevan meses en el punto de mira de las desinversiones de la teleco, que acumulan pérdidas millonarias y suponen un lastre para el negocio del grupo.
La compañía anunció en verano del año pasado un acuerdo no vinculante para explorar una posible venta de Coltel, marca con la que Telefónica opera en Colombia, al grupo Millicom por 370 millones de euros.
Según las últimas cuentas consolidadas de la filial colombiana, correspondientes a los nueve primeros meses de 2024, la empresa acumula pérdidas netas integrales de más de 395.700 millones de pesos, equivalente a unos 89,5 millones de euros al cambio actual.
Aunque la operación se empezó a negociar durante el mandato de José María Álvarez-Pallete, será Marc Murtra el que deba decidir sobre este negocio. Con el cambio de presidencia impulsado por el Gobierno, todo indica que el nuevo líder del operador azul tendrá menos ataduras para acometer este tipo de desinversiones.
La mala situación del negocio de Telefónica en Perú
De igual modo ocurre con Perú, uno de los mercados más afectados de Telefónica. Los resultados en el país andino están lastrando las cuentas del grupo en Latinoamérica, a lo que hay que sumar los litigios abiertos que mantiene por una reclamación de más de 1.000 millones de euros en impuestos.
En este sentido, la junta general de accionistas de la filial de Telefónica en Perú aprobó el pasado noviembre una reducción del capital social de la sociedad de 1.150 millones de soles peruanos (unos 290,6 millones de euros) para «absorber» las pérdidas acumuladas de 2024, que ascendían a casi 708 millones de euros.
En los resultados de los nueve primeros meses del año pasado, la teleco admite problemas en el negocio por «la agresividad del entorno competitivo móvil» que hicieron caer un 12,6% sus ingresos y un 61% su ebitda por el deterioro del fondo de comercio y otros activos intangibles.
Por todo ello, la compañía también está valorando salir de este mercado histórico en el que lleva presente 30 años. La filial reconoció recientemente en un hecho relevante al supervisor bursátil de Perú que ha mantenido conversaciones con posibles compradores, ante la información publicada por Vozpópuli.
«En la fecha hemos requerido información al respecto a nuestro accionista de control, quien nos ha confirmado que, como parte de la evaluación de oportunidades inorgánicas que permanentemente hace de sus activos en la región latinoamericana, ha sostenido conversaciones con potenciales inversionistas«, explicó la empresa.
Conversaciones que «no han tenido mayor desarrollo ni relevancia en relación con la transferencia de sus acciones representativas del capital social de Telefónica del Perú», añadió.
La filial argentina genera interés
Otra de las históricas filiales de Telefónica en el continente americano que se ha puesto en el foco de Murtra tras su entrada en la compañía es la de Argentina. La multinacional española habría recibido interés de potenciales inversores para la venta del negocio, según Bloomberg.
En este caso, el negocio de la teleco en el país sudamericano ha experimentado una buena evolución en el último año. Entre enero y septiembre de 2024, sus ingresos crecieron un 11,3% respecto al año anterior, gracias al aumento de los accesos de fibra hasta el hogar y a la subida de tarifas. Sumado a las eficiencias en gastos, Telefónica incrementó su ebitda casi un 29% en el mismo periodo.
Con todo ello, Telefónica afronta ahora una nueva etapa, con la saudí STC, la Sepi y CriteriaCaixa como máximos accionistas, en la que las desinversiones de los mercados menos rentables están en el punto de mira estratégico del grupo, si bien no es algo nuevo.
Anteriormente, Telefónica ya había dado entrada a KKR en su red de fibra de Chile y creó nuevas empresas de fibra en Perú y Colombia, donde KKR también entró como socio inversor ostentando participaciones del 64% y del 60%, respectivamente.
Además, desde la compañía han venido lanzando mensajes en las últimas presentaciones de resultados sobre la posibilidad de ejecutar ventas en Latinoamérica. Algo factible porque son sociedades separadas del core del negocio del grupo en el que se quiere centrar durante los próximos años.