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Cepsa pierde 116 millones por el impuesto a las energéticas de Sánchez
La petrolera enfrenta dificultades financieras en los primeros nueve meses de 2023, atribuyendo la caída a la carga fiscal impuesta por el Gobierno de Sánchez a las empresas del sector energético
Ceps, ha anunciado una pérdida de 116 millones de euros en los primeros nueve meses del año 2023, en comparación con el beneficio de 982 millones de euros registrado en el mismo periodo de 2022. Esta caída se atribuye a la carga fiscal extraordinaria impuesta por el Gobierno a las energéticas, ascendente a 323 millones de euros en 2023.
Según informó la compañía este jueves, el beneficio neto ajustado, que excluye la variación del valor de las existencias, se situó en 252 millones de euros hasta septiembre, marcando un descenso del 53% en comparación con el año anterior. Este resultado se ve influenciado por la venta de activos en Abu Dabi.
El ebitda ajustado de Cepsa también experimentó una disminución del 53%, alcanzando los 1.165 millones de euros en los primeros nueve meses del año. La venta de activos en Abu Dabi afectó significativamente a los volúmenes del negocio de Exploración y Producción, mientras que los márgenes de refino se mantuvieron elevados.
Cepsa da 158 millones al Gobierno en el segundo pago del impuesto
En el ámbito fiscal, Cepsa contribuyó con 3.358 millones en impuestos en España durante los primeros nueve meses, con 323 millones destinados al nuevo gravamen extraordinario. La compañía abonó 158 millones en septiembre como el segundo pago de este impuesto.
El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, destacó que los resultados financieros del tercer trimestre mejoraron gracias al aumento de los márgenes de refino, pero subrayó la persistente repercusión del impuesto extraordinario. Cepsa considera que el diseño de este impuesto es deficiente y espera cambios más allá de 2024, según lo pactado por el PSOE y Sumar en su acuerdo para reeditar el gobierno de coalición.
En cuanto a las áreas de negocio, la unidad de Energía registró un ebitda ajustado de 660 millones de euros, un 25% menos que en 2022. Cepsa, que recientemente firmó un acuerdo para adquirir más de 200 gasolineras de la red de estaciones de servicio Ballenoil, busca alcanzar las 2.000 estaciones de servicio en el mercado ibérico.
El área de Química de Cepsa experimentó una disminución del 44% en el ebitda ajustado, mientras que la unidad de Exploración y Producción sufrió una caída del 68% respecto a los primeros nueve meses de 2022, llegando a los 442 millones.
A pesar del impacto del impuesto extraordinario y las continuas inversiones, Cepsa logró reducir su deuda neta en un 11%, alcanzando los 2.488 millones al cierre de septiembre. La ratio de apalancamiento aumentó de 1 vez sobre el ebitda a 1,7 veces debido a la venta de activos, mientras que la liquidez creció un 9%, llegando a los 4.162 millones. Esto proporciona a la compañía un margen de 4,4 años sin riesgo de refinanciación.