Cellnex dice que no estudia volver a Cataluña y justifica 250 despidos por la automatización

Cellnex no está estudiando seguir los pasos de compañías como Banco Sabadell o Molins y, por el momento, no está estudiando devolver su sede social desde Madrid hacia Cataluña. El CEO de la torrera, Marco Patuano, ha matizado que el retorno de la compañía a la comunidad autónoma no es una decisión de la dirección sino del consejo de administración.

«Es un tema que nunca ha sido discutido», ha destacado durante su intervención en la presentación de los resultados correspondientes a 2024, que ha tenido lugar en Barcelona, y ha asegurado que no existe una «orientación» hacia una decisión u otra.

También ha recordado que el centro de actividad de la compañía se encuentra en las oficinas emplazadas en la capital catalana, donde trabajan 260 empleados, en contraposición a la quincena que están ubicados en Madrid.

Cellnex se queda en Madrid

La postura de Cellnex es la misma que ha venido mostrando en los últimos meses. Tanto en marzo como en abril del año, la presidenta de la firma, Anne Bouverot, descartó devolver la sede social a Cataluña, de donde se marchó en 2017 a raíz del referéndum de independencia que tuvo lugar en el 1 de octubre de ese año.

De esta manera, evita seguir la estela de Banco Sabadell que anunció a comienzos de este año su vuelta a la región, después de huir a la Comunitat Valenciana tras el estallido del procés independentista hace siete años. En plena OPA del BBVA, la entidad financiera trasladará su sede social desde la ciudad de Alicante hasta la localidad de Sant Cugat del Vallés.

Entre las compañías que volverán a la comunidad autónoma también figura Molins, anteriormente conocida como ‘Cementos Molins’, cuyo consejo de administración acordó por unanimidad devolver su sede social a Cataluña, pero también de Laboratorios Ordesa, que es la otra empresa que optó por llevar a cabo esta operación durante el año pasado.

Despido de 250 trabajadores

Otro de los temas sobre los que ha puesto el foco el CEO de Cellnex es el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que la compañía acometerá sobre 250 trabajadores, lo que representa el 9% de la plantilla. Concretamente, aplicará la medida sobre las sociedades Tradida y Retevisión.

Patuano ha desgranado que uno de los motivos que le ha llevado a tomar la decisión es la terminación de «dos grandes contratos» en que se asumían las operaciones de mantenimiento en redes de clientes, de manera que se producirá la salida de la plantilla de los trabajadores que estaban dedicados a estos proyectos.

La otra razón esgrimida por el CEO de la torrera es la automatización de los procesos. «Todos ven la parte positiva de la automatización, pero también acarrea reducciones de plantilla», ha advertido antes de señalar que España ofrece la posibilidad de recortar la plantilla de forma «respetuosa».

Después de especificar que los trabajadores más afectados serán los que forman parte de los equipos de operaciones y mantenimiento, ha puntualizado que los despidos en los perfiles de ingeniería serán «mínimos». También se ha mostrado convencido que la manera de evitar la aplicación de estas medidas es «aumentar las operaciones y los ingresos».

Con todo, ha concretado que en estos momentos están discutiendo las condiciones económicas con los sindicatos y ha avanzado que serán similares a las negociadas en los anteriores ERE impulsados por la compañía. El último, lanzado por la firma del sector de las telecomunicaciones en 2023, estaba basado en un plan de rentas y bajas incentivadas y afectaba a cerca de 60 empleados.

Reparto de dividendo

Por otro lado, la recompra de acciones por 800 millones de euros a la que la firma dará el pistoletazo de salida la próxima semana marcará el «suelo» de cara a las próximas remuneraciones a accionistas, que podrán materializarse en forma de recompras, pero también de dividendos, ha anticipado Patuano.

La cifra, que marcará el mínimo anual y podrá oscilar en función del «momento» que atraviese la compañía, también podrá aumentar en el caso de que se produzca una rotación de activos por encima de lo esperado o el flujo de caja sea mayor al estimado en las previsiones.

Además, la empresa ha trasladado su compromiso a repartir un dividendo mínimo de 500 millones el próximo año, si bien entonces deberá decidir la manera en la que se remunerarán los 300 millones de euros restantes.