Cartas descubiertas: Gimeno enseña su jugada al consejo de El Corte Inglés
El presidente de El Corte Inglés presenta este miércoles una propuesta de futuro para la empresa. También analizará la presunta corrupción en la seguridad
El Corte Inglés celebra este miércoles su primer consejo desde el mes de febrero en plena guerra por la presidencia de los grandes almacenes. Lo que estaba marcado en el calendario como un encuentro para simplemente aprobar las cuentas del ejercicio 2017, se ha convertido en el primer pulso entre Dimas Gimeno y las hermanas Álvarez. Los puntos de la sesión: las anomalías del departamento de seguridad y la presentación de un plan estratégico para modernizar la empresa.
Economía Digital ha tenido acceso a las líneas maestras de un proyecto que ya ha llegado a manos de algunos de los consejeros y que trata de convencerlos para lograr la paz social. Consta de cinco grandes puntos: llenar de independientes los órganos decisorios, cambiar el método de contratación, adoptar las sugerencias realizadas por la consultora Bain & Company, garantizar la independencia de la Fundación Ramón Areces y salir a bolsa en un plazo de entre dos y tres años.
El primero de los rasgos es una de las grandes reivindicaciones del sobrino de Isidoro Álvarez, incrementar el peso de los consejeros independientes pues sólo Manuel Pizarro no representa a ningún accionista entre los diez integrantes del órgano. También se propondrá el aumento de los independientes en las comisiones de auditoría y compliance. Gimeno plantea el incremento de independientes a través de aumentar el número de butacas del consejo.
Mientras, busca como reactivar el comité ejecutivo creado hace dos años y que por ahora se mantiene inactivo. Está formado por el propio presidente, Marta Álvarez y los veteranos Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría, ambos partidarios del cese de Gimeno.
Gimeno también quiere poblar de independientes la Fundación Ramón Areces, el máximo accionista de El Corte Inglés
El directivo quiere que la Fundación Ramón Areces, propietaria del 37% de El Corte Inglés, también se pueble de independientes para garantizar su neutralidad ante posibles conflictos en la empresa. Actualmente está formado por doce patronos escogidos por las diferentes familias de la órbita de los grandes almacenes.
Para el día a día del negocio, el presidente opta por desempolvar el Plan Estratégico que ya presentó al consejo de la mano de la consultora Bain & Company el año pasado. En el documento se categoriza los centros comerciales entre los rentables y los que pierden dinero. Para llevarlos de nuevo a números negros, opta por reformular el reparto de stock, que deja sin los productos más vendidos a las tiendas más pequeñas debido a que se reponen en primer lugar los establecimientos con mayor actividad. Al no disponer de los artículos con más éxito, el funcionamiento de las tiendas empeora todavía más.
Los locales muy pequeños y en ciudades de tercera fila podrían ser utilizados para obtener liquidez en caso se ver imposible cuadrar las cuentas. Por otro lado, la compañía también sufre de exceso de espacio en algunos inmuebles, por lo que se abre la puerta a buscar un operador externo que explote los metros cuadrados sobrantes.
Competir contra Amazon y rentabilizar los centros que pierden dinero, los dos retos que afrontar antes de salir a bolsa
Pero para competir con los grandes gigantes del comercio electrónico, Gimeno sabe que debe dar una vuelta de tuerca a la empresa. Como ya explicó hace unas semanas en un encuentro organizado por la Cambra de Comerç de Barcelona, la apuesta pasa por potenciar una página web que pueda hacer frente a Amazon y aprovechar la céntrica localización de los centros comerciales con tal de «entregar en menos de dos horas a casi toda la población de España”
“Mientras las grandes tecnológicas –por Amazon y Alibaba– tienen sus centros de distribución en las afueras de las ciudades, nosotros estamos en el centro, por lo que podemos ser imbatibles en la velocidad de la entrega”, prosiguió entonces. Y redobló el desafío: “Estamos abiertos a cerrar acuerdos con plataformas que ya entregan dentro de ciudad en menos de media hora». Una clara invitación a empresas de reparto como Deliveroo y Glovo.
El abanico de medidas busca profesionalizar la cúpula y modernizar el negocio antes de afrontar una salida a bolsa en un plazo mínimo de dos años. «Lanzar una opv con el conflicto sin solucionar sería un fracaso prácticamente asegurado», explican fuentes financieras a Economía Digital. Las mismas voces explican que ya se han producido leves acercamientos a bancos de inversión, pero todavía no está decidido ni el porcentaje que se ofrecerá el mercado ni mucho menos el precio.
Y es que el asalto a los parqués era uno de los deseos del jeque Hammad bin Jazzim bin Jaber al Thani –que en julio poseerá el 10% de la compañía–. Si bien no se ha pronunciado en favor de Gimeno, las líneas maestras del plan estratégico concuerdan con la visión de futuro del qatarí. Por ello, el presidente trata de atraer el voto favorable de su representante en el consejo Shahzad Shahbaz.
A vueltas con la transparencia y la seguridad
El último punto del proyecto presidencial es modificar el método de contratación. Hasta ahora adjudicados de forma directa, su intención es abrirlos a un concurso público en el que se elija la mejor oferta. Ya lo logró con el contrato de publicidad, pero todavía no ha podido modificar los acuerdos en la división de seguridad, acusada de corrupción por varios denunciantes anónimos.
Como informó el martes Economía Digital, algunas facturas realizadas por el grupo Mega-2 triplican los precios de la obra y los materiales de las ofrecidas por la competencia. Todos los convenios están firmados por la Dirección Central de Seguridad en Hermosilla. “Ni los responsables de seguridad de cada centro comercial, ni siquiera los gerentes de cada establecimiento tienen nada que ver, les pasa por encima”, explican fuentes internas.
Así, el consejo también versará sobre la presunta trama de corrupción existente en el departamento de seguridad. Las sospechas se ciernen sobre el antiguo responsable, Juan Carlos Fernández Cernuda y la propia Mega-2, propiedad de su madre, Clara María Concepción Hidalgo Iglesias, en un 51%. Las investigaciones podrían llegar hasta Florencio Lasaga, pues Cernuda admitió las adjudicaciones a dedo pero avisó de que las hacía con el consentimiento del consejero.