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Carlos Torres, el gran perdedor de las elecciones catalanas
La aparente torpeza del presidente del BBVA, Carlos Torres, en la gestión de la opa sobre Sabadell, ha puesto en contra del segundo mayor banco español a la mayoría de políticos y patronales en Cataluña.
Cerca de seis millones de personas están llamadas hoy domingo a las urnas en Cataluña, en las elecciones más reñidas de los últimos tiempos. No está claro quién será el ganador, ni siquiera si será necesario una repetición electoral. Pero lo que sí está claro a estas alturas, sea cual sea el resultado, es quien es el gran perdedor de las elecciones catalanas: Carlos Torres.
La aparente torpeza del presidente del BBVA en la gestión de la opa sobre Sabadell ha conseguido lo que hasta ahora nadie había logrado, poner de acuerdo en algo a prácticamente toda la clase política.
Con el juicio del caso Villarejo a la vuelta de la esquina, los tropiezos de Torres en la opa sobre Sabadell cuestionan su liderazgo al frente del banco
A la opa hostil de BBVA sobre Sabadell se han opuesto los independentistas de ERC y de Junts; el PSC y líderes del PP. También Sumar. Y Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, ha dicho que es necesario «ponerse en guardia», tras apuntar que no disponía de suficiente información.
Gran torpeza la del presidente del BBVA al iniciar la operación antes de la celebración de las elecciones catalanas. El plan de Torres, al parecer, era hacer públicas las intenciones de adquisición del Sabadell tras el domingo 12 de mayo.
El presidente del BBVA asegura que contactó con el presidente de Sabadell, Josep Oliu, por vez primera a mediados del pasado mes de abril para plantear de forma inicial la operación.
Y dice que la publicación de la pretensión del BBVA de adquirir Sabadell, por parte del medio británico Sky News, el 30 de abril, obligó a la entidad presidida por Torres a comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores su interés por fusionarse con el banco liderado por Oliu.
La publicación por parte de Sky News de la exclusiva financiera del año en España –el medio británico no ha vuelto a publicar ni un breve– apesta a filtración interesada para quebrar la operación.
Pero eso no exime a Torres del error de plantear la fusión poco antes de la celebración de las elecciones en Cataluña, con todo lo que ahora hay en juego.
A pesar de la filtración, tanto las patronales catalanas como los partidos políticos que acuden hoy domingo a las elecciones fueron comedidos en sus opiniones públicas sobre la operación, como informó este periódico.
Tanto ERC como PSC alertaron sobre la pérdidas de puestos de trabajo, pero priorizaron el respeto a la libertad de mercado y a la decisión de dos empresas. Hasta que la opa se convirtió en hostil.
El 6 de mayo Sabadell comunicó su decisión de oponerse a la propuesta de fusión, un título de nueva creación de BBVA por 4,83 acciones del banco catalán. Y el lunes 8 de mayo desveló al mercado el correo electrónico que Torres había enviado a Oliu tres días antes.
Nueva torpeza ahí de Torres, quien en su correo afirmaba a Oliu que BBVA no tenía margen para mejorar la propuesta, dando una imagen de debilidad inesperada.
La respuesta del segundo mayor banco español a la revelación de Sabadell, el lanzamiento de una opa hostil, tampoco se ha hecho de forma prudente.
El 9 de mayo BBVA informó que trasladaba la oferta anterior directamente a los accionistas del Sabadell, convirtiendo así la opa en hostil, al no requerir el visto bueno del consejo de administración del banco catalán.
El cambio de una fusión a una adquisición no pactada ha puesto en contra del BBVA a la mayoría de candidatos, al Gobierno, a las patronales catalanas, en las que Sabadell tiene una impronta especial.
Pero todavía tuvo tiempo ese mismo día 9 de mayo Carlos Torres de cometer un nuevo tropiezo.
El presidente del BBVA tuvo los arrestos de comparecer ante analistas e inversores, también ante los medios de prensa, durante más de dos horas, para explicar la operación. Pero en esas comparecencias, Torres se excedió al deslizar que ya había accionistas relevantes de Sabadell interesados en la oferta.
La regulación de opas establece que, desde que se produce el anuncio por parte del oferente hasta la presentación formal de la oferta (incluyendo folleto explicativo), este ha de abstenerse de «difundir o publicar por cualquier medio cualquier dato o información que no conste en el anuncio previo de la oferta«.
Sabadell no dio tiempo a que terminara el día y a las 22.25 horas del jueves denunció ante la CNMV que la documentación aportada por BBVA en esos encuentros con analistas y prensa vulneraba el régimen de opas y que, en general, «introducen datos incompletos que pueden afectar al mercado».
Los tropiezos de Torres le han costado a BBVA miles de millones de euros de valor en Bolsa. Durante el mes de abril el banco estuvo peleando por superar el valor de cotización de 11 euros por acción, un nivel que no alcanzaba desde hace más de una década, desde 2009. El viernes BBVA cerró a 9,71 euros por título.
La imagen de BBVA en Cataluña se ha resentido profundamente. Un daño quizá ya irreparable.
También en Valencia, donde Sabadell tiene su sede, y donde el presidente de la Comunidad Autónoma, el popular Carlos Mazón, ha declarado estar completamente en contra de la opa hostil. «Es una operación que destruye valor, es una operación que destruye trabajo, es una operación que destruye territorio, es una operación que destruye competencia”, ha manifestado.
Con el juicio del caso Villarejo a la vuelta de la esquina, los tropiezos de Carlos Torres en la opa sobre Sabadell ponen en cuestión su liderazgo al frente del BBVA.